Motos de segunda mano a precio de ganga

¿Necesitas moto y no tienes mucha pasta? ¿Vas a la caza del chollo? A continuación, tienes una selección de motos de segunda mano que puedes comprar a precios irrisorios por diferentes motivos. Son motos fiables y con un «buen envejecer».

Andrés G. Dorado

Motos de segunda mano a precio de ganga
Motos de segunda mano a precio de ganga

La Honda VFR 750 se puede considerar la precursora del sport-turismo tal y como lo consideramos en la actualidad. Nació en 1986 ya con el mítico motor V4 de casi 100 caballos y doble árbol de levas. En 1990 evolucionó adoptando nueva estética, cambios en el chasis, llantas con una medida para poner neumáticos actuales y un basculante monobrazo del que aún hoy no se ha desprendido.

Esta segunda versión es la más recomendable para comprar de ocasión. El motor es indestructible, por lo que no te eche para atrás ver un cuentakilómetros lleno de cifras, siempre que se haya cuidado correctamente, y cuando digo cuidado me refiero a hacer el mantenimiento mínimo. Puedes encontrar unidades en buen estado por alrededor de 1.500 euros.

El modelo Bandit nació a mediados de los 90 y enseguida tuvo mucha aceptación, sobre todo por su estética de naked pura con formas suaves y buenos remates como el chasis pintado en el mismo color que la carrocería. Montaba el motor SACS (refrigerado por aire y aceite) utilizado en la GSX 600 F probado y reprobado desde 10 años atrás, por lo que la fiabilidad es algo que no te debe preocupar.

Aunque declaraban 74 CV, en nuestro banco dio 83 CV al embrague. En la parte ciclo cabe destacar el equipo de frenos heredado de la Suzuki RF. En sus años de gloria costaba 949.000 pesetas, ahora por 2.000 euros puedes encontrar alguna en condiciones.

Tras una primera versión algo agresiva, la segunda versión de la Yamaha R1 (00-01) llegó para apaciguar esa brutal entrega de potencia trabajando fundamentalmente en la válvula Exup de su motor. Mantuvo los 150 CV solo que con una respuesta más agradable y menos abrupta.

Los cambios en el bastidor permitieron que perdiera algo de rigidez, lo que inspira más confianza rodando a ritmos fuertes. Ergonómicamente la postura de conducción también perdió algo de radicalidad con unos semimanillares más abiertos y un carenado que claramente protege mucho más.

Frente a los dos «kilos» de su precio en aquellos años, los 3.500 euros que piden ahora son más que razonables para hacerte con una toda una superbike con mucha historia.

Partimos de la base de que cualquier versión de este modelo es recomendable, pero esta segunda evolución, la CBR600F es una de las más recordadas, ya que supuso un salto cualitativo importante como moto deportiva, amén de revolucionar el panorama de las supersport de aquellos años.

Su chasis de acero ofrece agilidad en una conducción deportiva, el resto de la parte ciclo está a la altura. Aquel motor cuatro en línea de 100 CV capaz de llegar a los 250 km/h, pasará a la historia por ser uno de los más fiables.

De hecho, en la actualidad, es fácil encontrarte por la calle con alguna «F» en perfecto estado. La mayoría de las unidades que se venden se encuentran entre 1.000 y 2.000 euros.

La Kawasaki Vulcan 500 fue una custom diferente que se vendió muy bien en España desde principios de los 90. Uno de sus éxitos fue, aparte de ofrecerse a un precio asequible, utilizar el eterno bicilíndrico en paralelo que también montaban la GPZ y la KLE, un propulsor de 46 CV de potencia que dio muy buen resultado en términos de fiabilidad.

A pesar de sus 200 kilos de peso es una moto manejable y para todos los públicos, incluso para conductores de baja estatura por su bajísimo asiento. Es difícil encontrar una unidad que esté totalmente de serie, muchas de ellas están cargadas de accesorios, algunos excesivamente horteras. Por cierto, 2.000 euros es lo que vienen a costar las Vulcan 500 «comprables».

 

 

A pesar de no contar con la misma aceptación que su homóloga en 600, la Hornet grande se caracteriza por ser una moto agradable, potente y con una estética que encadila.

Monta el motor de inyección de la Fireblade de 919 cc y 115 CV. La sencilla, aunque efectiva, parte ciclo -bastidor de simple espina dorsal de acero, frenos y suspensiones modestas- hacía contener los costes, de ahí que fuera la más barata de su segmento.

Es una moto muy cómoda y agradable, que cuando aprietas el ritmo el motor responde, no así la parte ciclo, que pondrá los límites al tener los tarados blandos. Se vendió solo entre 2002 y 2005 a algo más de 9.500 euros, tiempo suficiente para que haya unidades usadas a partir de 3.500 euros.

Corría el año 1999 cuando Suzuki presentó la SV en dos versiones: naked y semicarenada (S). Ambas comparten motor V2 de carburadores y 70 CV, y prácticamente el 100% de los componentes, excepto detalles como el cuadro de mandos, basculante -10 mm más corto el de la S- y el empleo de semimanillares (S) o manillar.

Son motos con un marcado carácter deportivo, robustas y capaces de ofrecer muy buenas sensaciones. Desde siempre han tenido una excelente relación calidad/precio, algo que, pasados los años, se traduce en unos precios de ocasión muy ajustados.

Se pueden encontrar SV «de las primeras» en buen estado por unos 2.000 euros.

En España aterrizó en 1992 y se mantuvo muchos años entre las 10 motos más vendidas, a pesar de tener un precio superior al de sus rivales directas. Y ya que hablamos de rivales, la Honda CB 250 consiguió algo importante: desbancar a la actual reina del segmento, la Yamaha SR250.

El bicilíndrico que monta la «Two Fifty» tiene una respuesta suave, buenas prestaciones y un consumo razonable. Su tamaño ofrece un buen compromiso entre agilidad y espacio para conductor y pasajero.

Todo esto le hizo ser una moto muy popular, todavía algún mensajero la sigue utilizando. Se han dado casos en los que la moto ha sobrepasado holgadamente los 100.000 km. Si buscas bien puedes encontrar alguna por 1.000 euros.

La Kawasaki KLE 500 ha sido una de las trail de media cilindrada que más años ha estado con nosotros. A pesar de las evoluciones, en esencia seguía siendo la misma, es decir, chasis sencillo aunque robusto, bicilíndrico en línea (el de la GPZ) y componentes modestos en el resto de la parte ciclo.

A pesar de ello, su comportamiento es satisfactorio, mejor para asfalto que para off road, aunque exhiba llantas de radios. Nació en 1991 y en el año 95 se modificó el semicarenado, se añadió una pantalla y el asiento pasó a tener dos alturas.

Cualquier versión que se haya conservado bien es digna de ser comprada, cuanto más antigua, más barata. Las primeras KLE se ofrecen por un precio de entre 1.200 y 1.500 euros.