Segunda mano: Honda CB1300S

Su estampa de superbike de los años 80, te enamora y no pasa de moda, pero lo que verdaderamente te engancha es su funcionamiento. La mayor de las CB es una auténtica delicia, sencilla de manejar a pesar de su porte.

Marcos Gil. Fotos: Honda/MPIB

Segunda mano: Honda CB1300S
Segunda mano: Honda CB1300S

Si en los años 80 ya tenías algo de conciencia motorista, no podrás negar que cuando ves alguna CB por la calle que te trae buenos recuerdos, aunque sólo sean los de soñar acercando la nariz a Motociclismo para ver motos como la CB1100R de 1981, un objeto inalcanzable para la mayoría de los mortales, una suerte de RC30 de la época.

Honda dio un paso adelante para acercar este concepto de naked musculosa al gran público, pero lamentablemente, la CB1300 de 1998, ya con el motor refrigerado por agua de la X4, el arma con el que Honda quiso hacer frente a la Yamaha V-Max, fue una moto que no llegó a nuestro país hasta la versión de inyección que nos ocupa. Ésta suponía un avance considerable, con un motor que de serie igualaba en potencia a la especial CB1100R del año 81, pero con más par y todo ello a menos vueltas. Y lo que era mejor, con el mismo planteamiento que la de 1998, la versión de inyección PGM-FI conseguía bajar considerablemente de peso respecto a la anterior CB1300.

La Honda es realmente una moto sencilla de planteamiento técnico, y basa su innegable atractivo en una estética muy ochentera y en un funcionamiento que enamora desde el principio. Absolutamente suave y fina, se destapa como una moto muy sencilla de manejar en toda circunstancia y cómoda tanto para el piloto como para el acompañante, sobre todo su versión semicarenada, aparecida en 2005 dos años antes de la llegada del sistema de frenada C-ABS. Todo un acierto en su diseño, la cúpula, que cambia la redondez del faro de la versión naked por uno rectangular, acentúa el carácter rutero de la CB y contribuye a trasladarnos de forma más inequívoca a la década de los años 80. Esta gran naked, no tiene pretensiones deportivas, aunque con ella puedas ir más ligero de lo que te podría indicar su aspecto. Exprimiéndola no conseguirás que muestre su mejor cara, sino todo lo contrario, ya que su considerable masa hará que aparezcan flaneos que no te invitarán a seguir explorando sus límites durante mucho tiempo. Mejor deléitate con su tremendo motor, capaz de acelerar sin titubeos en 5ª desde apenas 50 km/h; una delicia de la que no te cansas nunca.

Motor

Tan duro como suave, es el eje de este modelo. Ninguna mala palabra que decir de su fiabilidad, salvo que con ella no tendrás problemas. El cambio desentona con la finura del resto del motor (demasiado recorrido y peligro de encontrar puntos muertos de forma esporádica al reducir). Fuérzalo si te dejan probarla (pon cuarta acelera hasta más de medio régimen y corta y abre varias veces para asegurarte de que no se sale).

Frenos y suspensiones

Tiene la suficiente potencia como para poner en aprietos a la horquilla delantera. Las pastillas de freno que monta de serie tienen un compuesto que es un buen compromiso entre tacto y duración/precio. Las suspensiones van bien pero si pecan de algo es de blandas. Honda no especifica intervalos de mantenimiento. Los amortiguadores traseros se fatigan con 30.000 km, pero permiten ser mantenidos.

Electrónica

Con el paso de los kilómetros el mayor problema en este sentido es la corrosión que puede aparecer en las conexiones por entrarles agua. Los conmutadores de las piñas son un buen ejemplo de ello; soplarlas tras el lavado y espray de silicona evitará malos contactos. El regulador puede dar problemas. Revisar de vez en cuando la masa (situada en la parte trasera del motor), porque puede darte quebraderos de cabeza.

Acabados

Es una moto en la que se nota rápidamente si ha sido cuidada. Quienes hayan empleado tiempo en su cuidado periódico evitarán la aparición de corrosión blanca en las tapas de aluminio del motor. El radiador y sus protectores de aluminio es uno de los componentes en los que se nota más el paso del tiempo. Otros, como el cubrecadenas de acero, son piezas muy agradecidas, por las que el paso del tiempo no se deja notar.

En general estamos ante una moto bastante simple y con relativamente buen acceso a los puntos fundamentales de revisión periódica. Se echa mucho en falta un caballete central para facilitar el tensado y engrase de cadena. Su tabla de mantenimiento es muy sencilla y si eres un poco manitas, puedes hacer tú gran parte del mismo. Se basa en inspecciones cada 6.000 km. En caso de no cubrirlos en 2 años, remplazar líquido de frenos y refrigerante.

Mantenimiento
1.000 km Revisión tras el rodaje. Cambio de aceite y su filtro. Comprobar apriete de los principales tornillos. Inspección de frenos.
6.000 km Inspección del respiradero del cárter, sustituir líquido de frenos y de la bomba de embrague. Inspección de pastillas de freno.
12.000 km Comprobar manguitos de combustible, funcionamiento del gas, estado de bujías, cambio de aceite y su filtro, nivel y estado del refrigerante, inspección del líquido de frenos y de embrague, comprobación de apriete tornillos. Inspección de suspensiones.
18.000 km Como la de los 6.000 y además limpieza de filtro de aire y cambio de líquido de frenos y embrague.
24.000 km Como la de los 12.000 y además limpieza de filtro de aire, cambio de bujías y comprobación de holgura de válvulas.
30.000 km Similar a la de los 6.000.
36.000 km Similar a la de los 12.000 más limpiar filtro de aire y remplazar líquido refrigerante y líquido de frenos y de embrague.