Una es la dominadora absoluta del desierto, la otra una aventurera indómita. Con planes muy distintos, Laia Sanz y Sara García serán las dos pilotos españolas presentes en la línea de salida del 7 de enero en Lima para participar en el Dakar 2019 en moto (en coche está Cristina Gutiérrez como piloto y en SxS está Rosa Romero como copiloto) con un mismo objetivo: regresar a la capital peruana el 17 de enero.
No estarán solas. Este año, la categoría de motos cuenta con una nutrida representación femenina con un total de seis pilotos, y ambas tendrán sus particulares rivales.
SANZ, LA DEFENSA MÁS DIFÍCIL
La piloto catalana encara su Dakar más difícil. Las enfermedades no le han permitido competir ni entrenar durante todo el año, por lo que llega muy corta de preparación. Eso hace que no se fije su habitual objetivo de meterse en el top 15, sino simplemente poder terminar por novena temporada consecutiva, un hito al alcance de poquísimos pilotos a lo largo de la historia del raid.
Eso sí, una cosa es lo que diga y otra lo que haga; porque conociendo a Sanz, en cuanto se suba a su KTM y tome la salida no va a ir de paseo, aunque mantenga más prudencia que otros años. Según vayan pasando las etapas irá ganando sensaciones y será la carrera la que le diga hasta dónde puede luchar.
Eso en lo que se refiere a términos absolutos, porque si hablamos de la categoría femenina, su objetivo no puede ser otro que el de defender su trono y conquistarla por novena vez. Este año tendrá hasta cinco rivales, y aunque en teoría tiene bastante más nivel que todas ellas, la incógnita de su rendimiento puede hacer soñar a las demás.
Especialmente a dos de ellas: una es la holandesa Mirjam Pol, que el año pasado retornó para participar por sexta vez después de seis años de ausencia y que pese a sufrir una dura caída en la penúltima etapa en la que se rompió la muñeca y se dañó la espalda y el cuello, logró terminar en 75ª posición con una moto que no le gustaba. Para 2019 llega mucho más confiada en su Husqvarna y podría ser la gran amenaza de Sanz.
La otra es la checa Gabriela Novotna, que debutó el año pasado y no pudo terminar al tener que retirarse en la infernal décima etapa tras pilotar 80 kilómetros con la clavícula fracturada. Con esa experiencia y a lomos de una Husqvarna, tratará de acabar su primer Dakar y derrocar a Sanz.
Menos opciones parece tener la local Gianna Velarde. La jovencísima piloto peruana de tan solo 24 años debutará en esta edición a lomos de una KTM.
GARCÍA, ATAQUE A LO DESCONOCIDO
Campeona del mundo de bajas en 2017 y subcampeona en 2018, hace años que la zamorana Sara García tiene el Dakar entre ceja y ceja, y con la particularidad de hacerlo en la categoría Original, donde los pilotos acuden sin asistencia y con las pertenencias que les caben en un baúl que la organización se encarga de transportar entre las distintas etapas.
A sus 30 años, García por fin ha logrado su meta de estar en la salida, y la misión no puede ser otra que la de intentar llegar a la meta para convertirse en la primera mujer de la historia en completar el Dakar en categoría Original a lomos de su Yamaha y donde sus conocimientos de mecánica pueden marcar la diferencia.
Una misión para la que quizás no le baste con acabar, ya que tampoco será la única en dicha aventura. De los 31 participantes en Original, 29 son hombres… ya que García no será la única mujer en perseguir la histórica hazaña de ser la primera mujer en lograrlo.
Su rival será la rusa Anastasiya Nifontova, que contará con la ventaja de haber competido ya en la prueba. Fue hace dos temporadas, cuando logró terminarlo en la 75ª posición. Después de su ausencia el año pasado, la piloto rusa –que cumplirá 40 años días después del final del Dakar- ha decidido volver pero hacerlo sin asistencia, dedicando este año tanto a la preparación física como a la adquisición de ciertos conocimientos mecánicos para reparar su Husqvarna.
García y Nifontova persiguen el mismo sueño: ser la primera mujer en acabar el Dakar en Original, lo cual significa que si ambas logran a la meta –como si ya de por sí fuese algo sencillo-, el hito será para la que invierta menos horas en hacerlo.