Antiguamente, las motos contaban con un sistema de alimentación donde el carburador era el principal protagonista del mismo. Sin embargo, con el paso del tiempo, acompañado de toda una serie de avances y novedades en la mejor tecnología e ingeniería, este elemento ha ido dejando paso a sistemas electrónicos de inyección de gasolina para dar vida a las motos.
Como era de esperar, esta novedad en cuanto a la alimentación de un vehículo de dos ruedas ha venido acompañada de una mejora en cuanto a su eficiencia; además de que consigue que la moto rinda mucho mejor y contamine menos. Algo esencial hoy en día con los graves efectos del cambio climático.
¿Qué es la alimentación por inyección electrónica?
Si el motor de una motocicleta quiere funcionar de manera correcta necesita un sistema que le aporte el comustible necesario para ponerse en marcha. Precisamente, de esto es de lo que se encarga este sistema de inyección electrónica. Un componente del vehículo cuya misión es la de llevar ese carburante hasta las cámaras de combustión. Atrás queda ya ese carburador que, por medio de unos chorros de gas, hacía lo mismo: empujar ese combustible para que sirviera de alimento a la moto. Eso sí, en este sistema ya obsoleto el rendimiento no era del todo preciso, al no controlarse la relación entre aire y combustible, además de ser más perjudicial para el entorno natural.
En el caso de la inyección electrónica, este sistema lleva consigo una serie de sensores y elementos electrónicos cuya función es la de calcular la cantidad de aire y de combustible que se necesita aportar en cada momento y, así, poder inyectarse en los cilindros que forman parte del motor. Sensores como el encargado de controlar la presión atmosférica, la presión de admisión, el oxígeno, la posición de aceleración o el aire de admisión. Con toda esa información, el sistema comprende cómo debe funcionar y la cantidad exacta de carburante que se requiere. Se logra, por tanto, una mayor eficacia, un consumo más responsable y menos emisiones perjudiciales medioambientalmente.
Sus ventajas
Estas últimas son las principales bondades de este sistema de alimentación pero no son las únicas:
- Se emplea justo el carburante que se vaya a necesitar; ni más ni menos. Así pues, es sencillo que el dueño de esa moto pueda hacer un cálculo de lo que se gastará en combustible al cabo de un mes, por ejemplo.
- La moto rinde mucho mejor gracias, precisamente, a ese uso más preciso y adecuado del carburante. Algo que se nota especialmente a la hora de encenderla y al acelerar y subir la velocidad.
- Pese a lo que pueda parecer en un primer momento, el mantenimiento de este sistema de alimentación de la moto no resulta complejo. Todo lo contrario.
La única pega que se le puede poner a este sistema tiene que ver con su precio; algo más caro en comparación con el antiguo carburador. Sin embargo, a todas luces, la inversión resulta mejor sobre todo en lo referente a cuestiones tanto medioambientales como del ahorro que se produce a largo plazo en combustible para la moto.
