Cómo hacer tuning a las motos

Cualquier modificación en la moto deberá estar debidamente homologada para no ser multada

Moto tras pasar por un proceso de tuning. Fuente: iStock/ermess
Moto tras pasar por un proceso de tuning. Fuente: iStock/ermess

Personalizar la moto es algo que muchos conductores hacen para sentirla más suya. No cabe duda de que cualquier elemento adicional puede ofrecer una imagen más diferenciadora o rompedora que llamará la atención de los demás. Y es que, ¿a quién no le gusta que miren su moto con admiración?

Las personalizaciones pueden ir de lo más básico a un cambio de cara total. En ese punto ya podríamos hablar de tuning, es decir, de decorar y variar por completo el concepto o el diseño de una motocicleta. Y claro está, teniendo en cuenta las leyes que hay vigentes, ¿es posible realizar cualquier variación en la moto? ¿Hasta dónde se puede tunear?

Tuning en las motos

Como la mayoría de los lectores sabrán, los elementos que más se tunean son los externos, de hecho el fenómeno tuning se circunscribe más al aspecto exterior que al interior. De ahí que no sea extraño ver cambios en carenados, en la pintura, en las ruedas, en los escapes e incluso en los faros. Y no importa el tipo de moto, cualquiera es susceptible de pasar por un proceso de tuneado. Claro que para ello deberá cumplir una serie de requisitos que conviene tener presentes.

La ley es la ley

Y el más importante de todos esos requisitos no es otro que cumplir con lo que dice la normativa vigente, es decir, con la Ley 866/2010, la cual apunta qué es reforma de una moto y qué no lo es. Además, especifica cuáles son los elementos que bajo ningún concepto se podrán variar si no pasan antes por un proceso de homologación, así como aquellos cuya modificación está terminantemente prohibida.

Estos últimos son el chasis, el motor, el depósito de combustible, los filtros de admisión directa y la presencia de guardabarros. Por lo tanto, si se quiere tunear una moto, se ha de hacer sabiendo que nada de esto puede ser modificado (en el caso del tuning, tanto la parte del chasis como la de los guardabarros tienen una especial importancia).

Un hombre tunea una moto. Fuente: iStock/Georgiy Datsenko
Un hombre tunea una moto. Fuente: iStock/Georgiy Datsenko

Solo vale la homologación

Esto quiere decir que cualquier motero que quiera tunear su máquina y salir a la carretera a rodar con ella, deberá pasar por una homologación de los componentes que haya instalado o variado, pues de lo contrario será motivo de sanción. Así pues, como si de la reforma de una vivienda se tratara, habrá de presentar los documentos pertinentes firmados por un taller especializado.

De hecho, esta es una de las principales recomendaciones: ponerse en manos de expertos, puesto que ellos no solo tunearán la moto tal y como se ha imaginado, sino que además están al tanto de todo lo que hay que hacer para que ese trabajo sea legal y homologable.

En este punto, el dueño de la moto que se quiera tunear ha de tener muy en cuenta que el gasto para cambiar el aspecto de la máquina no solo se ceñirá a los elementos que se vayan a instalar o a la pintura que se vaya a poner, sino que la homologación de cada una de esas partes tendrá un coste adicional. Por ello, deberá solicitar un presupuesto total, pues el precio podría ascender y que se llevara una desagradable sorpresa.

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