Bien sea por un accidente de tráfico o por un golpe fortuito, podemos vernos en la tesitura de enfrentarnos a una moto tirada en el suelo. Es ahí cuando el conductor debe armarse de maña, más que de fuerza, para poder levantarla del suelo (sobre todo si es de tal volumen que apenas se puede con ella). Sin embargo, existen una serie de trucos para poder hacer este gesto sin que lleve horas y horas y la desesperación no acabe, además de, con algún que otro tirón en la espalda o patología peor.
Un peso importante
De media, una moto de deportiva puede llegar a pesar hasta 200 kilogramos. Un peso que, como es comprensible, no todo el mundo puede levantar y menos si, además, se ha sufrido un accidente de consecuencias no muy graves pero que ha dejado dolorido al piloto. Si es el caso y no se tiene a nadie cerca para echar una mano, siempre vienen bien estas sencillas recomendaciones.
Lo primero de todo es esencial que el motor esté apagado (puede ya darse el caso si el vehículo estaba aparcado y que, por un golpe de un coche, por ejemplo, haya ido a parar al asfalto). De esta manera, las ruedas no seguirán rodando (con el consiguiente peligro). El siguiente paso es comprobar también que esta no está en punto muerto, además de intentar bloquear la rueda delantera. Si está en punto muerto hay que tratar de poner la primera marcha o bien trabar la rueda trasera con un palo o algo para evitar que la moto se mueva al intentar levantarla.
Ahora es el turno de fijar la atención a la pata de cabra. Si la moto se ha caído al suelo pero la pata de la cabra está en la parte de arriba lo mejor es intentar sacarla y, si está del otro lado (justo pegando con el suelo) será de utilidad cuando finalmente se pueda levantar la moto para apoyar sobre este accesorio.
Los últimos pasos
La motocicleta todavía sigue en el suelo, por tanto los siguientes movimientos son colocarse de espaldas a la moto e intentar agarrar el manillar de esta por la parte más cercana al suelo mientras que con la otra mano se agarra la parte del asiento que ha quedado pegada al firme. En esta posición, el trasero de la persona se colocará encima del asiento con las piernas abiertas y flexionadas y es ahora (y con estas extremidades inferiores) cuando se debe hacer fuerza hacia arriba para intentar subir la moto.
Cuidado en este paso con hacerse daño en la espalda o todos estos trucos no habrán servido de nada. Y ya solo queda el último esfuerzo: dar unos pequeños pasos hacia atrás para lograr finalmente levantar la moto y que la pata de cabra cumpla con su función.
Eso sí, si nada de esto ha funcionado, lo mejor es llamar a un servicio de emergencia o a otra persona que pueda ayudar a la hora de levantar la moto. Una llamada que se antoja si cabe más importante todavía si la moto se encuentra tirada en una zona de difícil acceso (un terraplén) o bien atrapada en un guardarraíl. Lo más prudente en este caso es pedir ayuda.
