Después de un extraño 2020 donde el Covid-19 obligó a modificar todo, para el 2021 el British Superbike pudo recuperar la que es una de sus señas de identidad en la era más reciente: el Showdown. Una palabra que se podría traducir por ‘momento decisivo’ con la que designan a las tres últimas rondas del campeonato, decisivas en el sistema de puntuación del certamen.
Antes de empezar el Showdown, se igualan los puntos de los ocho clasificados para el mismo y se les entregan unos puntos extra en función de los podios que hayan conseguido durante el curso, empezando así casi desde cero una pequeña temporada a nueve carreras repartidas en tres fines de semana que hace que lo anterior cuente relativamente poco.
El 2021 ha sido el perfecto ejemplo. Durante las ocho primeras rondas, las anteriores al inicio del Showdown, el australiano Jason O’Halloran tuvo una actuación estelar, ganando 11 de las 24 carreras por las 5 de su compañero Tarran MacKenzie. Los pilotos del McAms Yamaha se repartieron el 75% de los triunfos, y no solo eso, ya que ningún otro piloto logró más de dos.
Eso daba una cierta ventaja de puntos a O’Halloran, pero con nueve carreras por delante todo estaba por decidir. El australiano no ganó ninguna, diluyéndose en el momento de la verdad, con Tommy Bridewell apareciendo con dos triunfos en la primera cita, siendo la otra victoria para el menor de los hermanos MacKenzie, que estaba ante la mejor oportunidad de su vida.

Hijo del mítico Niall MacKenzie, tricampeón del BSB entre 1996 y 1998 y que logró hasta siete podios en el Mundial de 500cc, Tarran despuntó conquistando el British Supersport en 2016 como rookie y con apenas 20 años. Empezó 2017 como un ciclón para revalidar su título, pero fue reclutado por el Kiefer Racing para sustituir a Danny Kent en el Mundial de Moto2.
Sin pretemporada ni experiencia ninguna en la categoría, fue un año de aprendizaje para el joven escocés, que logró un solo punto en 13 carreras. Nadie le dio la oportunidad de hacer un segundo año y volvió al BSB, ya en la categoría reina con el McAms Yamaha, terminando décimo y logrando cuatro podios en su primer año.
Arrancó 2019 ganando en la segunda carrera de Silverstone y parecía optar al título, pero no ganó más y se desinfló hasta acabar quinto, resultado que repitió en el extraño 2020, donde logró dos victorias. Su explosión llegó en la fase decisiva de 2021, donde tras los cinco triunfos de la fase regular sumó otros cinco en el Showdown, triplete final incluido.
Su Showdown fue todo un ‘show up’ (aparición, revelación), llegando líder a la cita final en Brands Hatch. Allí, en el mismo día en el que su hermano Taylor MacKenzie, campeón del nacional de STK1000 en 2016, anunciaba su retirada, Tarran hizo suyo eso de que ‘show must go on’ para conquistar el título 25 años después del primero de su padre. ¿Igualará sus tres seguidos?