La nueva máquina de Gas Gas supone no solo el lanzamiento de un nuevo modelo más, sino que se trata de un momento clave para el presente y el futuro inmediato de la marca gerundense. Tras vivir hace un par de años los problemas financieros que casi acaban en su desaparición, la compra por parte de la empresa Torrot Group –fabricantes de motos infantiles y scooters eléctricos-, supuso una vía de salvamento para la firma de la gran G.
La reanudación de la producción a principios de 2016 propició la llegada nuevamente de las Gas Gas de enduro a las tiendas, pero con modelos 2017 basados principalmente en las mismas motos que en años anteriores. Se anunció entonces el desarrollo de una nueva EC, cuyas primeras imágenes se desvelaron en el Salón de Milan de 2016. Después de medio año de espera, ahora por fin sale a la luz de forma oficial la nueva Gas Gas EC 250/300 2018, que empezarán a llegar a las tiendas a partir del mes de junio, a un precio de 7.850 euros, la EC 250, y de 7.950 euros, la EC 300. La presentación estática ha tenido lugar en la propia fábrica de Gas Gas en Salt, Gerona, donde asistimos justo a tiempo para ver salir de la cadena de montaje la primera «Phoenix». Un poco más tarde, también pudimos subirnos a la nueva moto de enduro española.
Las Gas Gas EC 250/300 llegarán a las tiendas en junio, a un precio de 7.850 y 7.950 euros, respectivamente.
Gas Gas EC 300 2018, nuevo chasis
La ciclística es sin duda el apartado más renovado en nuestra protagonista, gracias a la llegada de un nuevo bastidor, fruto del desarrollo llevado a cabo por Miki Arpa –laureado expiloto de enduro y ahora Mánager de Producto de Gas Gas- y el ingeniero mecánico Quim Riera –con tan solo 26 años, y ya al cargo del desarrollo de su primera moto-. Cómo no, el piloto estrella de la marca, el madrileño Jonathan Barragán también ha contribuido al desarrollo de la nueva Gas Gas en numerosas sesiones de pruebas.
La aplicación del nuevo bastidor tiene como objetivo recuperar el talante de las Enducross de hace unos años, destacadas por su facilidad de manejo. Es por ello que el anterior chasis de estructura perimetral –seña de identidad de las Enducross desde hacía décadas-, deja su sitio a un bastidor de espina central, fabricado en acero al cromo-molibdeno, diferente en geometrías, reparto de pesos y también en rigidez –además de ser un 20% más ligero-. También son nuevos el basculante, el subchasis, las bieletas, toda la carrocería y muchos otros detalles –estriberas, asiento, protectores, etc-.
Se ha buscado recuperar el talante dócil y agradable de las Enducross, con la llegada de un nuevo chasis de espina central.
Algunos de éstos elementos poseen una apariencia que, innegablemente, se asemeja a motos de la competencia como las KTM y las Husqvarna, y tampoco es difícil encontrar parecido en el proyecto, que nunca llegó a la venta, de la Jotagas MK –de la que estuvo al cargo el propio Miki Arpa-. Los técnicos de Gas Gas nos han explicado que, pese al parecido, las cotas del chasis y otros parámetros son muy distintos. Además, lo cierto es que este caso de parecidos entre motos de distintas marcas, o cualquier otro tipo de productos, tampoco deberían escandalizar a nadie, puesto que están a la orden del día. Y, al fin y al cabo, en bastidores del mismo tipo, bien sean doble viga en aluminio, perimetral en acero, espina central o multitubular, lo cierto es que casi todos guardan una apariencia bastante parecida entre sí en las motos de campo.
Otra novedad importante en la nueva EC 2018 la encontramos en el apartado de las suspensiones, que emplean nuevo material de la firma japonesa Kayaba, con horquilla AOS, de doble cartucho, y nuevo amoritguador -ambos, multiregulables-. Los frenos mantienen las bombas y pinzas Nissin, pero ahora emplean discos NG. En el embrague, también repite la bomba Magura.
Gas Gas EC 300 2018, motor revisado
El motor no exhibe una renovación tan acusada como el apartado ciclo, habiéndose confiado en la base anterior, trabajada en ciertos elementos para mejorar las prestaciones pero sin modificar su conocido carácter. Dichos cambios afectan al cilindro, el cigüeñal y el escape, que se vale de un silenciador FMF Powercore 2.1 –en una futura versión Factory, también la bufanda será FMF-. También se ha revisado el embrague –mejor lubricación-, la refrigeración –nuevos radiadores- y se ha añadido en la culata un soporte al chasis para reducir vibraciones mecánicas. La caja del filtro muestra un nuevo diseño, con mayor capacidad y accesibilidad mejorada –tapa lateral de desmontaje rápido, sin herramientas-. Encima de la «airbox», en un nuevo alojamiento específico –ya no va embutido en el asiento, como antes-, es donde se han reubicado componentes electrónicos como el CDI, el relé de arranque y la batería, que ahora es de litio. Con todos estos cambios, Gas Gas anuncia un incremento de prestaciones en todo el régimen, con un aumento de potencia máxima de 7 caballos, en la EC 250 2018, y de 10 CV., en la EC 300 2018.
El motor mantiene la base conocida, con mejoras en el cilindro, el cigüeñal y el escape, para aumentar las prestaciones sin variar el carácter.
El nuevo modelo también luce otros cambios motivados por la entrada en vigor de la normativa Euro4, como lo son los catadióptricos, el clausor, el portamatrícula, el cuentakilómetros, el tapón del depósito, el botón de pare en la derecha, el circuito de reconducción de gases de escape y el carburador –un Dell´Orto de 21 milímetros-. Componentes, presentes todos en las Gas Gas EC 250/300 2018 E4 que se pondrán a la venta en los concesionarios, incluyendo el kit de competición –con un Keihin de 38 mm., otro escape y corona de 48 dientes-. Señalar también que, junto a las versiones de enduro EC, Gas Gas también ha lanzado los modelos de cross-country XC, con la misma base que los de enduro –mismo setting de suspensión y depósito de 10 litros-, pero algún componente diferente –bufanda de escape FMF y sin luces-. Pese a la plástica diferente y el circuito eléctrico simplificado, la marca anuncia un peso idéntico para las EC y XC, de 105 kilos en seco, igual en las 250 que en las 300.
Las Gas Gas EC y las XC comparten la misma base, con igual setting de suspensiones, desarrollos de cambio y depósito de 10 litros. Solo varía el escape, la instalación eléctrica y algunos plásticos.
Gas Gas EC 300 2018, primeras impresiones
Dos tandas de treinta minutos, nos aguardan a los mandos de la EC 300 2018 para tener una breve pero interesante toma de contacto –la EC 250 2018 no estaba disponible para probar-. El marco de test son las magníficas instalaciones de la Escuela Offroad Miki Arpa, en Girona, donde rodamos sobre una crono rápida y amplia, poco bacheada y en la que no faltan obstáculos de superenduro y un par de saltos. También tenemos acceso a un pequeño recorrido de bosque.
La nueva Gas Gas EC 300 2018 ofrece un puesto de conducción sobresaliente, destacando la gran estrechez del conjunto e ideal distancia entre el manillar, las estriberas y el asiento. La enduro roja aporta un confort elevado e inmediato. Mandos, pedales y manillar proponen buen accionamiento y diseño, percibiéndose una alta sensación de calidad general. El arranque eléctrico facilita la operación de puesta en marcha del motor, presumiendo de gran eficacia, aunque con marcha engranada exige más insistencia de la ideal. Se mantiene como opción, en caso de agotarse la batería, el arranque manual, también correcto, aunque con un pedal ligeramente corto y poco separado –el mismo que antes-.
El comportamiento del apartado ciclo en general, y del chasis en particular, ha sido lo que más nos ha gustado de la nueva Gas Gas EC 300 2018. La roja se muestra especialmente eficaz en zonas de curvas, con una inserción muy ágil en el ángulo y gran precisión en toda la trazada. Su tren delantero transmite mucha precisión y confianza, pareciendo de esas motos con una carga de peso ligeramente mayor en el tren delantero. Lo bueno es que, aun con ello, la estabilidad en recta también resulta intachable. Pese a que las condiciones de la pista de pruebas se alejan un poco del auténtico uso endurero, en la presentación hemos disfrutado a lo grande con el gran equilibrio de aporta este bastidor, resultando siempre muy noble, dócil, amable y siempre listo a obedecer nuestras órdenes. En general, resulta una máquina muy complaciente, aportando mucha «química» a su relación con el piloto, y reaccionando de forma casi intuitiva a nuestros pensamientos. Desde luego, el chasis plantea un equilibrio muy logrado.
El comportamiento del apartado ciclo en general, y del chasis en particular, es el gran punto fuerte de la nueva Gas Gas.
Gran nivel, y mucho potencial, lo que muestran también las nuevas suspensiones Kayaba, aunque percibiendo un tacto general algo firme. En realidad, su respuesta nos ha parecido magnifica en la rápida pista de pruebas, con mucho aguante en apoyos rápidos y frenadas fuertes, e incluso con gran resistencia a los topes de recorrido en los aterrizajes de los saltos –si habláramos de una moto de cross, las calificaríamos sin duda como unas de las mejores suspensiones del mercado-. Tal respuesta puede resultar quizá excesivamente dura ante un recorrido de enduro puro, más lento, ratonero y machacón, pero no tuvimos ocasión de confirmarlo. Eso sí, pese a una alta firmeza hidráulica, tanto la horquilla como el amortiguador, que se hunden despacio y siempre hay sensación de sobrar recorrido, la realidad es que convencen por su forma de trabajar muy progresiva, sin rastro de sequedades, como también por su rebote bien controlado y su buena compenetración entre ambos ejes. Los frenos también aportan un rendimiento intachable, con un freno delantero muy potente y de mordiente directo –bomba durita de tacto «crossero»- y un trasero muy preciso y dosificable.
Las suspensiones proponen un setting algo firme, pero trabajan con un tacto general muy progresivo y una eficacia excelente.
El talante del motor combina perfectamente con las virtudes del bastidor, gracias a una respuesta general dócil, amable y muy fácil de aprovechar. La Gas Gas EC 300 2018 propone una entrega en bajos llena pero no agresiva, seguida de un medio régimen con buen músculo y gran progresividad. La sensación de potencia en altos es positiva, sin parecer la más poderosa, ni la más elástica, pero con «chicha» más que suficiente para contentar a la mayoría de usuarios. El motor no aporta quizá un tacto tan refinado y una respuesta global tan completa y redonda como otros dos tiempos más modernos, pero su funcionamiento general es muy complaciente, natural y divertido. Nos parece de ese tipo de motores con los que conectas al instante, y te permite disfrutar de la conducción sin estar pensando todo el rato en lo que hace, ni temer una reacción inesperada. Un aspecto en el que se ha mejorado es el nivel de vibraciones, claramente más bajas que en las generaciones anteriores. El embrague plantea un tacto blando y preciso, como también el cambio de recorridos largos en la palanca y manejo suave, aunque a altas revoluciones, y en plena carga, exige ayuda con el embrague para subir marchas.
Lo mejor:
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Chasis completo y equilibrado
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Conjunto agradable y muy fácil
Mejorable:
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Setting suspensión crossero
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Capacidad estirada del motor