Las motos de serie se fabrican bajo el compromiso de ofrecer un conjunto equilibrado y que sea válido para un abanico de usuarios lo más amplio posible. Pero ello también deja la puerta abierta a que ciertos atributos no sean ideales para unos gustos más concretos.
Por ello, para los fabricantes de motos cada vez es más importante la articulación de una buena lista de accesorios originales con las que los usuarios puedan personalizar sus máquinas y, así, ganarse su fidelidad.
Este tipo de customizaciones es de lo más habitual en el segmento del motocross, pues casi todos los usuarios cambian una o varias piezas incluso en el mismo momento de estrenar su nueva montura.

Y no solo con la finalidad de mejorar sus prestaciones intrínsecas, sino también para mejorar el confort del conjunto, reforzar la integridad de los componentes más expuestos a golpes y desgaste; y, por qué negarlo, a veces también para realzar la estética.
Yamaha hace tiempo que ha entendido muy bien la importancia de esta forma de atención al cliente y, dentro de los fabricantes japoneses, es seguramente la que mejor cuida los servicios postventa en su gama de motos off road.
Lo hace con iniciativas en varios frentes, como la convocatoria de copas de promoción, organizando cursillos para sus pilotos, las jornadas de pruebas del MX Pro Tour y desarrollando una buena oferta de accesorios originales dentro de su catálogo GYTR.

Producto genuino
“Tecnología de carreras genuina de Yamaha” son las palabras que se esconden bajo las siglas GYTR (Genuine Yamaha Technology Racing), y definen perfectamente el origen y la finalidad de estos componentes.
Son piezas que se desarrollan y se testean en los equipos de competición oficiales de la marca, y una vez validados se ofrecen a los usuarios para su adquisición. En verdad tampoco es un invento nuevo, pues muchos lectores de MOTO VERDE recordarán las piezas YRRD (Yamaha Rinaldi Research & Development) que tan buena reputación tuvieron hace un par de décadas.
Digamos que Yamaha ha centralizado la fabricación y la comercialización de estas piezas en su red de concesionarios especializados en off road, pero sí que se mantiene la cooperación con colaboradores especialistas en diferentes partes del mundo para el desarrollo de los componentes.
Por ejemplo, los kits para la YZ 125 se desarrollan principalmente en Europa, por lo potente y exigente que es la categoría EMX125, mientras que las piezas para la YZF suelen provenir de los equipos de Estados Unidos, donde la escuadra Yamaha Star Racing se ha convertido en una de las más dominantes -esta temporada han ganado tres de los cinco títulos en los certámenes AMA SX y MX con Cooper Webb y Haiden Deegan-.

En el caso de la YZ250F, las piezas GYTR disponibles van desde funda de asiento “Racing”, kit de adhesivos, guíacadena, filtro de aire Twin Air PowerFlow, dispositivo de salidas, tapa de encendido mecanizada, protector de radiador, tapa de embrague, cubrecárter de carbono, juego de llantas y mucho más -en la web de la marca podéis consultar la lista completa y los precios-.
Estas digamos que son piezas “genéricas”, pero también se ofrece componentes de motor de lo más interesantes, como la culata GYTR (sobre 3.400 €), que se sirve completa con unos árboles de levas de mayor alzada y viene con los conductos modificados mediante mecanizado CNC.
Esta culata procura un aumento de la relación de compresión hasta 14,5:1 (de serie, 13,8:1) con el pistón original, aunque también se puede implementar con un pistón GYTR (400 €) que eleva la cifra a 15,3:1.
Para este grupo térmico los técnicos de Yamaha proponen acompañarlo con un sistema de escape, o bien Akrapovic y o uno propio de GYTR; así como con un volante magnético 135 gramos más pesado que aumenta la inercia en 60 %. La admisión se puede mejorar con una tapa del filtro más abierta y una espuma Twin Air PowerFlow.
La lista de pieza también contempla el refuerzo del embrague, mediante una campana y un plato mecanizados, y un portadiscos diferente, que optimizan la lubricación, la refrigeración y la durabilidad.

Revolucionada
Durante la presentación de la nueva YZ450F 2026 en Holanda, Yamaha Europa reservaba para los medios un par de tandas para que pudiéramos probar también los kit GYTR aplicados a sendas YZ250F e YZ 125. Dos modelos, cuyas versiones 2026 de serie no reciben cambios técnicos, aunque también están disponibles bajo la decoración 70 Aniversario -también, la YZ 250 2T, pero no así las 85 y 65-.
Esta se ha convertido en una práctica habitual en las presentaciones de Yamaha y a nosotros nos encanta, porque os aseguramos que sentir los efectos de estas preparaciones es una experiencia alucinante.
Pensad que, en el caso de la YZ250F, la unidad probada contaba con todo el kit de motor y casi todas las piezas mencionadas previamente -salvo las llantas-, con un montante total de casi ¡nueve mil euros!
La cifra impresiona, pero estamos hablando de una preparación muy “top”, válida para competir con garantías en competiciones internacionales e incluso en el Mundial de MX2.

Hay que señalar también que este modelo tenía un mapa de motor específico para el kit pero aplicado en la centralita original con la aplicación de Yamaha, y que las suspensiones se mantenían de estricta serie.
En marcha, los efectos del kit GYTR impresionante tanto como su coste, siendo claramente la YZ250F más prestacional que hemos probado nunca. De hecho, entre los colegas de los medios europeos ya nos referimos a esta moto como la YZF “trescientos”.
La mecánica reacciona a bajas vueltas con una energía tremenda, saliendo de las curvas en tercera marcha sin necesidad de picar embrague casi nunca. El empuje resulta lleno e inmediato, pero sin caer en un tacto de acelerador impreciso.
En la gama media también se mantiene la percepción de estar en una moto de más cilindrada de lo que indican las pegatinas, disfrutando de una subida de vueltas rapidísima.

La progresión es exponencial y en cierta medida el medio régimen parece breve porque en muy pocos metros ya estamos en la gama alta de revoluciones. La experiencia es de lo más sensorial, porque además es cuando más ser percibe el sonido de aspiración remarcado por la tapa del filtro más abierta -el contraste es total en comparación con la nueva YZ450F ‘26, que es más silenciosa que nunca-.
Los técnicos japoneses presentes en Holanda no “sabían” decirnos la potencia que rinde este motor, aunque sí sugerían que la mejora está por encima de los cinco caballos.
En verdad, la respuesta a alto régimen de esta preparación también nos ha impresionado, quizá no tanto por sentir una caballería desbordante pero sí tenemos claro que estira mucho más que las 13.300 revoluciones que alcanzó la YZ250F de serie en nuestro banco de potencia. De hecho, al principio nos daba reparo subir tanto de vueltas la mecánica y llevarla hasta el corte por la absurda idea de que podría explotar el motor.
La Yamaha 250 probada no tenía piezas especiales que afectaran al comportamiento del apartado ciclos, aunque podemos señalar que la funda “Racing” proporciona una sujeción excelente. Eso sí, al probar la 250 y 450 en el mismo circuito nos ha servido para apreciar con más claridad que, efectivamente, el revisado chasis ofrece un tren delantero más aplomado que el anterior.