La salsa del motociclismo de velocidad se encuentra en los adelantamientos. Por muy bonito que sea ver a los pilotos exprimir al máximo sus máquinas durante las sesiones de clasificación en busca de la milésima escondida en lo más recóndito de cada curva del circuito, no hay nada como las carreras. La diferencia está en los adelantamientos, evidentemente.
Ver a un piloto buscar el hueco, lanzarse y conseguir parar su máquina en el ápice de la curva para ganar la posición es lo que levanta a la afición de su asiento. Al mismo tiempo son el gran foco de la polémica, cuando alguno de los implicados mide mal, las trayectorias se encuentran y alguien acaba en el suelo, dando lugar rápidamente tanto a la búsqueda de culpables como a las más variopintas interpretaciones de lo sucedido.
Hay otros que son absolutamente inolvidables. Ya sea por la belleza su ejecución o por sus consecuencias directas o indirectas. La historia del Mundial de motociclismo está cincelada en adelantamientos que trascendieron de su momento y lugar para instalarse de forma definitiva en la memoria colectiva de toda la afición en general o de una marca o país en particular.
El Gran Premio de Argentina de este 2022 nos ha dejado adelantamientos de toda índole, que a la postre serían definitivos para dirimir las victorias de las tres categorías. El público congregado en Termas de Río Hondo por primera vez desde 2019 pudo presenciar tres momentos que cambiaron el curso de las tres carreras.

Tres momentos difíciles de olvidar por causas totalmente distintas. El primero por su increíble belleza: en la penúltima curva (la última donde se podía adelantar), Sergio García encontró un minúsculo hueco entre Dennis Foggia y el ápice, metió su GasGas y se hizo grande para llevarse la victoria y ponerse líder de Moto3 2022. Una maniobra para paladear despacito.
El segundo fue el polémico: Celestino Vietti se abrió demasiado, Fermín Aldeguer se lanzó al interior y, cuando le tenía casi adelantado, el italiano volvió a la trazada sin mirar y se chocaron, con la consiguiente caída del español. Una acción involuntaria que sin embargo afeó el triunfo del italiano, que después sí manejó bien una situación igual como Somkiat Chantra.
El tercero fue el histórico. En la tercera carrera del día, en su tercera pole en MotoGP, Aleix Espargaró necesitó tres intentos en el mismo punto para consolidar el adelantamiento sobre el siempre correoso Jorge Martín, que se defendió como gato panza arriba en los dos primeros intentos y nada pudo hacer en el tercero, donde la ejecución del catalán fue inapelable.
Sabía que no podía fallar: tenía tras de sí a toda una marca legendaria como Aprilia, empujando para alcanzar lo más alto del podio de la clase reina por primera vez en su vida. Y no falló, culminando un día lleno de salsa con tres adelantamientos inolvidables, cada uno a su manera. El primero por lo bueno, el segundo por lo feo y el tercero por lo histórico.
