En la primera vuelta de la carrera de MotoGP 2023 en Le Mans, Álex Márquez entró por el interior y tocó ligeramente a Aleix Espargaró primero y a Brad Binder después, un leve contacto -que hasta hace nada era un lance de carrera y que ahora parece ser que se castiga con tres posiciones en parrilla para el siguiente GP- que hizo que el sudafricano se fuese larguísimo y bajase de la séptima a la 18ª posición.
En el momento del contacto, Marco Bezzecchi rodaba en sexta posición apenas unos centímetros por delante del piloto del Red Bull KTM Factory Racing.
Es la quinta vuelta de carrera. Tras perder y recuperar la sexta posición ante, precisamente, el menor de los Márquez, el número 72 viaja en esa sexta plaza a la rueda de su compañero Luca Marini. Desde ahí, ambos presencian como Maverick Viñales intenta pasar a su compañero de academia, Pecco Bagnaia, con infausto resultado. El de Aprilia mete la moto en la entrada de la chicane, ambos piensan que el otro va a ceder y, como ninguno lo hace, colisionan en el cambio de dirección y se van al suelo.
Apenas han pasado unos segundos. La gente todavía está tratando de entender qué ha sucedido, asistiendo atónita al conato de combate de boxeo entre Viñales y Bagnaia… cuando se produce una acción todavía más chunga. Luca Marini pierde el control de su Desmosedici a la salida de la primera chicane y trata de salvarla, yéndose hacia el interior de la pista.
Sin tiempo de reaccionar, Álex Márquez choca contra el italiano y ambos se van al suelo. La suprema habilidad de los pilotos que venían detrás, aderezada con una chispa de fortuna, permitió que todo quedase en un tremendo susto con los dos pilotos implicados saliendo por su propio pie.

En el momento del incidente, y aunque estaban separados por apenas dos o tres décimas, Luca Marini rodaba en tercera posición y Álex Márquez en quinta. Entre ambos estaba, quién si no, Marco Bezzecchi.
Si el primer incidente le había pillado justo por delante y el segundo justo por detrás, éste le pilló totalmente en medio. El piloto del VR46 Racing Team era cuarto en ese momento y salvó el impacto con su compañero de milagro, ya que pudo pasar a su lado cuando Marini todavía estaba inclinado tratando de enderezar su moto.
El resto es historia. Un par de vueltas más tarde superaba a Marc Márquez con un adelantamiento mal medido en el que se fue demasiado largo, obligando al español a salirse por la zona de la long lap y provocando que Jorge Martín superase a ambos. Consciente de que le harían perder una posición por ello, se apresuró en rebasar de nuevo al madrileño para devolverle la posición en cuanto se anunciase el castigo.
Dicho y hecho. Se dejó adelantar por el del Pramac, le volvió a pasar y, prácticamente sin esperar, metió la moto a Jack Miller para situarse como líder en la undécima vuelta, todavía con 16 giros por delante.
A partir de ahí, todo le fue rodado. Con pista libre pudo sacar el ritmo que tenía guardado y, aunque seguramente no le hubiera hecho falta, los adelantamientos que se siguieron sucediendo a su espalda le echaron un cable a la hora de poner tierra de por medio rápidamente.

Durante la segunda mitad de carrera, la acción se centró en la lucha por la segunda posición y en ver cómo se intercambiaban posiciones los pilotos que rodaban dentro del top 10; tanto que las cámaras casi se olvidaron de que él seguía por delante.
Él fue descontando vueltas ajeno a todo, tranquilo, casi como si la cosa no fuese con él. Desprendiendo esa aura de calma que le acompaña desde siempre, haciéndolo parecer sencillo. Como si no acabase de salir indemne y victorioso de la carrera más caótica de lo que va de temporada.
Como ese dibujo, convertido en un popular meme de internet, en el que un perro marrón (como son los perros siempre en los dibujos) está sentado en una silla delante de una mesa en la que solamente hay una taza mientras toda la habitación está en llamas y el techo se llena de humo.
Ese fue Marco Bezzecchi en Le Mans. Mientras MotoGP ardía entre los diversos incidentes que él esquivó por los pelos, y el humo de las sanciones y las no sanciones se iba apoderando de todo el paddock, el pupilo de Valentino Rossi permaneció sentado delante de su taza y no se inmutó hasta que cruzó la línea de meta, donde Giacomo Agostini esperaba para dar ondear la bandera a cuadros del GP número 1000 de la historia.
Como dice el meme en algunas de sus versiones: “This is fine”.