Catorce años consecutivos lleva España celebrando al menos un título en alguna de las tres categorías del Mundial. Con el de Izan Guevara en Moto3 y el de Augusto Fernández en Moto2 el motociclismo español prolongó un año más su increíble racha vigente desde 2009. Y que, por cierto, todavía no es la más larga en la historia ya que entre 1966 y 1982 Italia se pasó dieciséis años de celebraciones.
Pero el inicio de esta dinámica ganadora está todavía unos años antes, concretamente en 2003, con el primer Mundial de 125 cc ganado por Dani Pedrosa. Ese título marca el inicio de la generación dorada del motociclismo español que aún perdura en nuestros días. Desde entonces se han sumado la friolera de 32 entorchados y solo en 2008 se quedó el palmarés en blanco. Dos décadas marcadas por un dominio casi absoluto del campeonato que han convertido al motociclismo español en la superpotencia global del deporte de las dos ruedas.
Desde 2003 la generación dorada del motociclismo español ha sumado 32 entorchados mundiales y solo en 2008 se quedó el palmarés en blanco
Durante todo este tiempo se han construido en nuestro país instalaciones de carácter público y privado. Desde trazados internacionales con licencia para acoger Grandes Premios hasta pequeños karting que salpican toda la geografía nacional. España es un país de moto y de circuitos, y en este sentido un clima benigno también ayuda a rentabilizar buen parte de estas infraestructuras, no solo con competiciones, también con clientes motorizados de diferentes partes del mundo.
Aunque históricamente en nuestro país ha habido carreras en muchos puntos de su geografía, éstas se modernizaron y en buena parte se profesionalizaron. El gran paso que se dio en aquellos años fue la creación de competiciones monomarca de promoción, que eran apoyadas por diferentes estamentos a modo de patrocinio o mecenazgo y que nutrieron a la mejor cantera conocida hasta la fecha.
Mención especial merecen la celebérrima Movistar Activa Cup, creada a finales del siglo pasado, o la más actual Cuna de Campeones que tiene su sede en el Circuit Ricardo Tormo de Valencia. Así como las diferentes competiciones que a lo largo de los años se han celebrado en Cataluña bajo el paraguas del RACC. Si hace unos años los dos grandes graneros de pilotos españoles eran Cataluña y Valencia, en los últimos tiempos y con las regiones mucho más interconectadas, se han creado potentes escuelas en casi cualquier punto del país, y en la actualidad se puede ver una amplia presencia en el mundial de pilotos madrileños, mallorquines, andaluces o murcianos, por ejemplo.
Por otra parte, la entrada de Dorna como promotora Campeonato de España de Velocidad (CEV) dio un impulso a una competición que languidecía y que supo transformarla en una cantera inagotable del Mundial. Convirtió a la cilindrada pequeña en la clase reina del certamen y en punto de paso casi obligatorio para cualquier piloto con aspiraciones mundialistas. Tal fue su impacto internacional que acabó cobrando vida propia para terminar escindiéndose definitivamente del paraguas de la Real Federación Motociclista Española (RFME) y tomar un carácter mundial y continental (europeo). Aunque sus raíces, sus equipos y sus pilotos sigan siendo en su mayoría españoles y buena parte de las carreras se sigan disputando en nuestro país.
Pero a día de hoy no solo exportamos pilotos y equipos, en nuestro país se encuentran algunas de las escuelas de mecánica más prestigiosas del motociclismo, y muchos de los ingenieros y técnicos especializados en competición hablan nuestro idioma. También los profesionales dedicados a la organización carreras o la creación y dirección de circuitos. Los tentáculos de España en el panorama internacional de la dos ruedas llegan a todos los ámbitos y los que suben al cajón fin de semana sí y fin de semana también son la punta de un iceberg que sostiene al motociclismo de competición.