Los intentos por salvar la temporada 2020 del Campeonato del Mundo de MotoGP pasan por dos premisas: por un lado, reducir al máximo los costes para paliar el negativo impacto económico que supone estar tantos meses sin correr –amén de las fábricas cerradas y la más que segura pérdida de patrocinadores de los equipos pequeños-, algo que se ha traducido en la congelación total del desarrollo de motor y aerodinámica para 2021.
Por el otro, en materia de seguridad es vital realizar los grandes premios con las máximas garantías posibles para mantener a raya el coronavirus dentro de los circuitos, y para ello se implementarán diversas medidas de seguridad como la realización de diversos test Covid-19 a los integrantes de la caravana del paddock y, sobre todo, por la reducción del personal de la misma.
Esta reducción de personal, que afectará sobre todo a los trabajadores de los equipos y de la organización –que pasarán a estar en una especie de servicios mínimos- también tendrá su impacto en algunos pilotos. Más concretamente en los wild cards, que tendrán que esperar a 2021 para poder acompañar a los pilotos titulares en los grandes premios.
Cada piloto invitado supone un aumento en el número de personal en el paddock y en la coyuntura actual se ha optado por prescindir de ellos para el presente curso, tal y como ha confirmado el director de la división de deportes de motor de KTM, Pit Beirer, a Crash: “Hemos acordado no tener wild cards este año para limitar el número de gente en el paddock. Para asegurarnos que el show sobrevive en forma y saludable", apunta.
Esto inevitablemente lleva a pensar en Jorge Lorenzo. Dentro de la actual generación de probadores de MotoGP, sin duda la mejor de la historia del motociclismo, la gran novedad para este 2020 era la presencia del pentacampeón del mundo en el equipo de pruebas de Yamaha, que confirmó su fichaje a finales del pasado mes de enero.
Una noticia que llegó menos de dos meses después del abrupto anuncio de su retirada y la consiguiente renuncia al segundo año de contrato que tenía firmado con HRC; y que a comienzos del pasado mes de marzo se tradujo en la esperada noticia de que haría un wild card en el Gran Premio de Catalunya, que a priori vendría sucedido de otros dos (ya que tres es lo máximo para las fábricas sin concesiones por los seis que pueden hacer KTM y Aprilia), que seguramente se hubieran producido en Misano y Motegi.
Así pues, Lorenzo pasará 2020 en blanco en lo que se refiere a competición y con un panorama incierto en cuanto a los test, ya que con el desarrollo congelado la tarea de los probadores se ve claramente reducida. De igual forma tampoco será el año de retorno de Dani Pedrosa –si algún día llega a producirse-, que comparte junto a Mika Kallio las tareas de probador en KTM.
Tampoco aparecerán en los grandes premios (salvo que les toque hacer alguna sustitución) los probadores más frecuentes: Michele Pirro, que lleva seis temporadas corriendo al menos tres carreras al año con Ducati; Sylvain Guintoli, wild card habitual con Suzuki los tres últimos años; Stefan Bradl, probador de HRC los dos últimos años; o Bradley Smith, probador de Aprilia desde el pasado curso. Tampoco podrá debutar Lorenzo Savadori con Aprilia.