“Sea usted bienvenido, Mr. (insertar aquí el apellido que toque)”, es una frase que a más del 99% de la población española no le dirá absolutamente nada. Sin embargo, unas cuantas decenas de miles lo harán con la voz y entonación de Sergio Manuel Gutiérrez, el fantástico narrador de snooker, que la emplea cuando un jugador ‘irrumpe’ de repente en el partido con algún 'break' espectacular.
Había muchas miradas puestas sobre el murciano Pedro Acosta en el año de su irrupción en la categoría reina del Mundial de MotoGP. Con el ‘Rookie del año’ ganado de antemano (no había ningún otro novato en parrilla), solamente se le podía medir como a cualquier otro piloto: en términos absolutos o en comparación con los demás pilotos de su marca.
Una vez ha completado su primer curso en la élite, las valoraciones del mismo son de lo más variopintas. Hay quienes apuntan hacia una pequeña decepción por no haber conseguido todavía su primera victoria o por no haber sido capaz de finalizar como mejor KTM en la general final, en la que ha terminado sexto justo por detrás del sudafricano Brad Binder.
Incluso, si se va todavía más allá y se le sitúa en una clasificación histórica de rookies de MotoGP, aparecería en la 15ª posición en una estadística a priori tan significativa como el porcentaje de puntos conseguidos: un discreto 29,05% que le pone por debajo de pilotos como Stefan Bradl, Pol Espargaró o Troy Bayliss, por citar solo a unos pocos.

Argumentos totalmente válidos y respetables que, evidentemente, podrán encontrar réplicas tan válidas o respetables como los cinco podios logrados en carreras dominicales -aspecto donde solo le superan como rookies Marc Márquez, Dani Pedrosa, Fabio Quartararo y Jorge Lorenzo- y, sobre todo, por haber sido logrados en un contexto de monopolio casi absoluto de las Ducati, que solo dejaron escapar siete.
Habrá también quienes le achaquen haber acumulado un total de seis ceros, cuatro de ellos casi consecutivos en la segunda mitad de temporada. Tampoco faltarán quienes le afeen la futilidad de su explosivo inicio en Qatar, donde se comió las gomas para dejar por el camino momentos icónicos como el adelantamiento a Marc Márquez. O quienes le reprochen ser el piloto con más caídas del año.
Y sí: quizás, desde una perspectiva más efectista, Acosta podría haber amarrado unos cuantos puntos más y haber terminado quinto en la general. Pero, entonces, seguramente no habría sido el único piloto capaz de inmiscuirse de forma periódica entre las Ducati. No hubiera sido ese piloto al que en Borgo Panigale miraban de reojo antes de empezar cada carrera.
Lo cierto es que casi todas esas críticas se difuminan fácilmente en cuanto se tienen en cuenta tres cosas. La primera, que es rookie. La segunda, que estaba en inferioridad mecánica. Y, la más importante, que pilotos rápidos hay muchísimos; pero que lo que MotoGP lleva años esperando es alguien que lleve el espectáculo en las venas. Precisamente por eso, ‘sea usted bienvenido, Mr. Acosta’.