El fin de semana de la cuarta prueba del CEV ha estado rodeado de un halo especial, algo que flotaba en el ambiente, un cierto aire de nostalgia que venía dado por el hecho de que en el Circuit de Catalunya se celebraba el domingo la carrera número 100 del CEV. Quince años después de que arrancase el CEV de la «era Dorna» llegaba el momento de celebrar algo especial.
El espíritu centenario invadió el paddock donde las conversaciones giraban, en gran parte, alrededor de anécdotas o pilotos históricos del campeonato, a los que por fin pudimos ver durante el fin de semana, como Oriol Fernández y David De Gea, ambos con cuatro campeonatos nacionales a sus espaldas.
Además de las 100 carreras, el otro protagonista fue el calor, y es que durante el fin de semana se superaron los 30 ºC de temperatura con creces y, además, la Nit de Sant Joan, con hogueras y petardos, no ayudó a rebajar la temperatura ambiente.
De nuevo, la categoría de Moto3 se decidió por un margen de 74 milésimas entre los tres primeros, en Aragón fueron 52. Esto explica la igualdad que hay en carrera en la nueva categoría. Pero hay una frase que define la clave de esta carrera y las similares, dicha por Álex Márquez: «Las carreras en grupo nunca las tienes controladas».
Y esto ocurrió en Montmeló, si bien vimos varios momentos con grupos que luchaban por el triunfo, al final eran siete los pilotos que se jugaban el triunfo en la última vuelta. Márquez, Bagnaia y Ramírez fueron los que más estuvieron en los primeros puestos, pero un mínimo error te deja fuera de la lucha, como le ocurrió al de Conil, Marcos Ramírez, que vio truncada su mejor actuación en el CEV por un error de su predecesor.
El más listo fue Bagnaia, que aprovechó el río revuelto para superar en la misma línea de meta a Márquez por tres milésimas y al alemán Luca Amato por 74.
Sólo un piloto centró toda la atención en Moto2 durante el fin de semana, por varios motivos. Llegar como líder de Moto2 al Circuit de Catalunya era especial para Jordi Torres y luchar por la victoria de nuevo en este trazado, que trae tan buenos y tan malos recuerdos a su memoria.
Sin embargo, todo se fue al garete antes de la carrera, el marte, cuando Jordi Torres entrenaba con su bicicleta de montaña. El piloto de Rubí llamó a su jefe de equipo para decirle que se había caído y que la consecuencia era un esguince de segundo grado en el tobillo izquierdo, lo que más probablemente le impediría participar en la carrera del CEV.
El viernes su participación estaba dudosa, pero, a pesar de ello, el equipo le adaptó en su moto una palanca de cambio «punta-tacón» que le facilitase la conducción, para que reducir las marchas no supusiese un infierno. Con el «invento», salió a pista el sábado y, a pesar del inmenso dolor que sufría, firmó la pole position con un tiempo de 1:47.813, a casi medio segundo de Rusell Gómez.
Tras apagarse el semáforo, Torres se quedó tras Noyes y Syahrin, pero en dos giros puso la directa y decidió intentar dar un tirón para escaparse. Lo consiguió a base de vueltas rápidas y le ayudaron los otros tres protagonistas de la carrera: Noyes, Ramos y Mariñelarena, quienes lucharon por alcanzar los dos cajones que dejaba libres Torres en el podio.
Carmelo Morales se quitó la espinita de ganar en su circuito después de cinco años, y lo hizo a lo grande. El piloto de Castellar del Vallés dominó los entrenamientos oficiales, tanto en la primera como en la segunda sesión.
Esta vez, tanto Xavi Forés como Javi del Amor, estaban más cerca y el calor que acompañó durante todo el fin de semana podía ser la clave para la carrera, si bien la pista no alcanzó las temperaturas de Aragón, podía pasar factura al final.
Los pilotos, que son los que más saben de ello, se tomaron la carrera con un «poco de calma». Una buena salida podía ayudar a algún piloto que partía de atrás, como podía ser Barragán, que sigue sin alcanzar la forma de principios de 2011, o Adrián Bonastre, del Team Suzuki.
Pero la carrera tuvo cuatro nombres: Del Amor, Forés, Morales y Bonastre, que además leyeron la prueba de la misma manera, tal y como declararon. Después de unas primeras vueltas de tanteo, donde Morales fue el que peor salió y, viendo que era imposible escaparse, el lento ritmo iba a provocar una carrera en grupo.
Bonastre, que sigue muy ilusionado en estar en lo más alto del podio, fue el primero que perdió el tren de los tres primeros y aguantó en una cómoda cuarta posición hasta el final. Sin embargo, Del Amor, que lideró la carrera durante muchas vueltas declaró: «Grandes mejoras en la Suzuki que me acercan mucho a la Kawasaki y a la BMW». Al final, se tenía que conformar con la tercera plaza, y se quejaba de haber tenido problemas con los doblados.
Xavi Forés, que había hecho sombra a Morales durante todo el fin de semana, fue consciente de no poder escaparse y de la incorporación de Javi Del Amor a la lucha directa por el podio. El valenciano, con problemas en carrera con el neumático delantero que no había tenido en entrenamientos, vio truncadas sus ilusiones de triunfo con un par de «sustos» que tuvo que superar.
Morales, que lideró la prueba las tres vueltas finales, dio su golpe de efecto a falta de un giro cuando marcó el mejor tiempo en carrera y dejó a Forés y Del Amor a 1,4 segundos, lo que le permitió cruzar la meta con comodidad y afianzar su liderato en la provisional.
El andorrano Oliver Habib se convirtió en el dominador de los entrenamientos de la tercera prueba de la Ninja Cup, y se colocó en la primera plaza de la parrilla con un tiempo de 1:51.683, con más de medio segundo sobre Hugo Martínez.
Sin embargo, la carrera fue muy diferente y en la tercera vuelta el «poleman» se quedó fuera e Ignacio Contreras tomó el mando con Javi Hidalgo tras él. Ambos parecían poder luchar por la victoria, ya que Hugo Martínez se quedaba relegado a más de dos segundos del dúo líder.
Hidalgo se colocó primero a pocos giros para el final y vuelta a vuelta consiguió sumar una ventaja de más de dos segundo sobre Contreras y Palao, que terminó tercero.
Una efeméride tan importante como las 100 carreras del CEV no podía ser pasada por alto y, tanto la RFME como Dorna, quisieron celebrarlo a lo grande en el Circuit de Catalunya, en un acto que tuvo lugar el sábado por la tarde. Para tal ocasión, estuvieron presentes Carmelo Ezpeleta, consejero delegado de Dorna Sports, y Joan Moreta, presidente de la RFME.
El acto, presentado por Cesc Vila, contó con la presencia de numerosos invitados y los estamentos más importantes del CEV cobrarón protagonismo. En representación de los circuitos, acudieron Andrés Sánchez Marín y Salvador Serviá, directores del Circuito de Albacete y Catalunya, respectivamente.
También tuvieron su momento los equipos y, por esta razón, subieron al escenario jefes veteranos en el CEV, como Manuel Alonso, de Motorrad, Jaime Fernández Avilés, de LaGlisse, Felipe González, de MRGriful, y otros, como Emilio Alzamora, Manuel Hernández o Dani Devahive (estos últimos después de ser pilotos tienen su equipo en el CEV).
Durante el acto, se proyectó un vídeo con declaraciones de los campeones del mundo que han pasado por el CEV, como Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa, Álvaro Bautista, Toni Elías, Stefan Bradl o Nico Terol, entre otros.
Como los pilotos, los del Mundial y los del CEV, son los reyes absolutos de este campeonato, el protagonismo fue a parar a sus manos, a las de Elías, Viñales, Vázquez, los hermanos Espargaró, Rodríguez, Del Amor, Forés, Torres, Márquez y Oriol Fernández.
El momento más emotivo de la jornada fue el sentido aplauso que los asistentes dedicaron a Rubén Torres, el piloto fallecido en este circuito en 2006. El sábado se produjeron reencuentros de antiguos compañeros y rivales, y pudimos revivir momentos mágicos gracias al archivo fotográfico expuesto en la sala.