Las administraciones públicas establecen las normas, la industria ofrece sus productos, pero es finalmente el usuario quien tiene la última palabra y decide hacia dónde se encamina la movilidad del futuro. Y de momento, a pie de calle, hay pocas certezas a las que agarrarse. Para conocer la opinión de los usuarios hemos realizado una muestra muy heterogénea (puedes consultar el cuestionario aparte), en la que han tomado parte tanto usuarios de moto como aquellos que carecen de ella. En nuestra muestra, un 30 por ciento de los participantes no tiene moto actualmente, pero ello no quiere decir que no muestren interés por la electromovilidad, o que no contemplen la opción de la moto eléctrica en un futuro más o menos próximo.
La muestra
Es bueno que definamos el universo de individuos sobre el que hemos realizado nuestro estudio, porque hemos de reconocer que nos hemos movido en un ámbito muy motorizado. En nuestra muestra, el 81,8% de los participantes son hombres, y el 69,6% tienen una edad entre los 30 y los 50 años. Por debajo de esa edad el porcentaje de usuarios que participó en la encuesta fue muy bajo, mientras que cerca del 30% eran mayores de 50 años. Igualmente, prácticamente la totalidad tenían permiso de conducir automóviles, mientras que los carnets de moto tienen una presencia menor: sólo un 57,5% dispone de permiso A, un 6% el A2, y un 66% dispone de permiso A1 por la convalidación del permiso B.
Entre los usuarios, el 86,9% posee una moto, un 30% disfruta de una moto de campo, y el 8,6% tiene un ciclomotor, pero ninguno posee una moto eléctrica. En toda nuestra muestra no hemos encontrado un solo propietario de moto eléctrica, aunque diversos participantes han reconocido ser usuarios ocasionales de “motosharing".
Aunque el segmento que domina el mercado español es el scooter de 125, en nuestra muestra había una mayoritaria presencia de motos de más de 125 cc, quizás por haberla desarrollado en un ámbito muy especializado. Lo que sí es indudable es que el uso mayoritario al que dedican los usuarios sus motos es al desplazamiento diario (82,6%), mientras que un 43,4% la emplean básicamente en el ocio del fin de semana, y un 21,7% dedican su uso a las vacaciones y los viajes fundamentalmente.
Lo que importa
En la segunda entrega de nuestra serie, se destacaba la economía como una de las barreras a la electromovilidad. La cuestión de los costes ha sido la primera pregunta que hemos planteado en nuestra encuesta, y hemos comprobado que, efectivamente, el precio es determinante, tanto como las prestaciones, a las que los usuarios conceden mucha importancia (75,7%). Sin embargo, es la autonomía de las motos la cuestión que más preocupa, con un 86,9%.
Por el contrario, el nivel de emisiones preocupa mucho sólo a un 36,3% (el nivel de máxima preocupación más bajo de la muestra), y para un 21,7% de los participantes esta cuestión no representa ninguna preocupación. De hecho, preocupa más el coste del seguro que el nivel de emisiones del vehículo… Este detalle quizás revela que todavía no hay suficiente concienciación entre el colectivo motociclista de la situación de emergencia a la que nos enfrentamos, porque ésta es de todas las cuestiones que tendrían que preocupar, a la que menos importancia se le concede, incluso menos que el consumo, que es algo que toca directamente al bolsillo.
Alternativas
Pero, en esencia, se asume que la situación actual es o va a ser insostenible a corto o medio plazo, y que será necesario adoptar medidas para promover una movilidad cada vez más limpia. Para los usuarios, las ayudas a la compra de nuevas motos, permitirían una renovación del parque y un descenso de las emisiones. Casi un 70% de la muestra así lo cree.
Otra alternativa que obtiene un respaldo mayoritario es el fomento del teletrabajo (63,6%), y es que hay una profunda relación entre esto y el cambio de hábitos en la movilidad que quiere potenciar el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima). De hecho, dentro del PITVI 2012-2024 (Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda) el teletrabajo se considera una opción prioritaria para la mejora de la movilidad, y entre nuestra muestra recibe mayor apoyo incluso que el aumento de la oferta de transporte público, que alcanza un 42,4%.
Los usuarios consideran que la moto eléctrica es poco atractiva por su falta de rendimiento y la escasez de la oferta existente
La cuestión del futuro que le espera a los motores de combustión, que en otros ámbitos de la sociedad parece clara y determinada, entre los usuarios de moto no resulta tan definida. Sólo un 3% considera que deberían desaparecer de forma inmediata, pero el 39% cree que nunca deben desaparecer. Un 27% piensa que si fin debería llegar antes de 2030, mientras que más del 21% considera que no debería ser antes de 2040.
¿Hay alternativas a la moto no contaminantes en la actualidad? La respuesta es mayoritaria: un 48,7% cree que sí. ¿Cuáles? La moto eléctrica (31,2%), andar (!) o ir en bicicleta (18,6%), la bicicleta eléctrica y el transporte público (12%), entre las principales sugerencias. Por el contrario, un 26% cree que no hay alternativas no contaminantes a las motos de gasolina. Quizás habría que haber ahondado en esta cuestión porque resulta evidente por las respuestas que las alternativas se conciben desde planteamientos eminentemente urbanos. En la ciudad se puede sustituir la moto por la bicicleta e incluso el paseo a pie, pero en un ámbito interurbano cada vez más frecuente, estas alternativas son totalmente inviables.
La moto eléctrica
Sin embargo, aunque se intuye cierta animadversión a la movilidad eléctrica en moto, una clara mayoría (54,5%) estaría dispuesta a comprar una moto eléctrica. A pesar de la escasa promoción que reciben, existen ayudas a la compra, aunque un 39% ignora cuáles son, y un 42,4% considera que son insuficientes y no compensan el cambio. Pero insisto: a pesar de ello la mayoría estaría dispuesta a comprarse una eléctrica, aunque del dicho al hecho…
¿Por qué no se venden más motos eléctricas? Un 66% lo achaca al elevado coste de las moto. Un 60% considera que son motos con reducida autonomía. Un 42% cree que hay una oferta muy escasa. Y el 27% considera que todavía no hay tecnología suficientemente desarrollada en el ámbito de la industria motociclista.
Es decir, la percepción generalizada es que, a día de hoy, la movilidad eléctrica en moto tiene más inconvenientes que ventajas. Valorando estas pegas, el elevado precio de las motos eléctricas vuelve a ser el mayor inconveniente (90,9%), mucho más que la escasa autonomía o las dificultades de la recarga (72,7%), aunque es la reducida oferta disponible (63,6%).
Conclusiones
A la vista de los resultados de nuestra encuesta, resulta evidente que al usuario de moto le cuesta encajar en el nuevo modelo de movilidad porque no encuentra alternativas que le aporten lo mismo que le ofrece una moto de gasolina, por coste, prestaciones y autonomía, y tampoco puede disfrutar de una oferta suficientemente atractiva entre la que elegir. Esa situación no se da en la industria automovilista, que aunque también tiene que bregar con la cuestión económica, al menos puede disfrutar con una variada oferta que, de un modo u otro, puede satisfacer a los usuarios.
Ante el elevado coste de la electrificación y las opciones poco satisfactorias de la movilidad eléctrica que existen, esto impide que ésta despegue, al menos para el uso privado. Otra cosa es el fenómeno del “sharing", que es por donde está creciendo el parque de motos eléctricas en nuestro país.
A la vista de la encuesta resulta evidente que todavía queda mucho camino por recorrer para una completa implantación de la movilidad eléctrica en moto. Es mayoritaria la queja por que las ayudas a la compra sean escasas y no compensen el achatarramiento de un motor de combustión. Sin embargo, los usuarios no dudan de la tecnología –sólo un 27,2% considera que no está suficientemente desarrollada-, aunque lamentan que la oferta sea escasa, pero la mayor pega para dos de cada tres usuarios es que las motos eléctricas resultan caras y que ofrecen un rendimiento escaso por culpa de su reducida autonomía.
Por tanto, el balón ha quedado en el tejado de los fabricantes. Lo que hay, todavía no atrae, y es demasiado caro. Hay una respuesta clara para la industria y la Administración: si quieren que los usuarios de la moto se sumen activamente a los nuevos hábitos de la movilidad y contribuyan a la mejora del medio ambiente, necesitan mejores herramientas y mayor sensibilidad de las diferentes administraciones.
El cuestionario
1) A la hora de comprar una moto, ¿cuánta importancia tienen para ti las siguientes cuestiones? (Mucha, poca, ninguna).
2) ¿Qué medidas consideras necesarias para promover una movilidad cada vez más limpia?
3) Hablando del futuro de la movilidad ante la emergencia climática, ¿es necesario que desaparezcan los motores de combustión?
4) ¿Crees que existe alguna alternativa no contaminante a la moto que tienes actualmente? ¿Cuál?
5) ¿Comprarías una moto eléctrica?
6) ¿Qué sabes de las ayudas para la compra de motos eléctricas?
7) Hasta ahora las motos eléctricas representan menos del 5% del mercado español. ¿Por qué crees que tienen una presencia tan reducida?
8) Valora los inconvenientes que consideras que presenta la electromovilidad en moto (mucho, poco, ninguno):