Andrea Dovizioso: Zanahoria inalcanzable

Píldoras 2019, capítulo 6: Andrea Dovizioso, subcampeón de MotoGP.

Andrea Dovizioso (Foto: Gold & Goose).
Andrea Dovizioso (Foto: Gold & Goose).

Andrea Dovizioso comenzará la temporada 2020 a punto de cumplir 34 años (el número que nunca le dejaron llevar en MotoGP al estar retirado) y lo hará como claro candidato… a subcampeón. En apenas dos años ha pasado de llevar a Marc Márquez al límite de Valencia a ser la víctima del récord de diferencia de puntos al segundo establecido por el de Honda en este 2019.

Perdida la abrumadora ventaja técnica que la Desmosedici tenía sobre la RC213V allá por 2017, el título mundial de MotoGP se ha ido convirtiendo para Dovi en una zanahoria más que inalcanzable: se va alejando temporada tras temporada. Sí, ha vuelto a ser subcampeón, pero apenas ha ganado dos carreras, y en circuitos donde la mecánica de su moto marca la diferencia.

En 2019 ha vuelto a demostrar que a nivel de constancia es el único que se puede acercar a Márquez (con permiso de Pol Espargaró), pero ni se asoma a la velocidad del octacampeón. Se ha convertido, desde el punto de vista más resultadista, en el gran damnificado de la era Márquez.

Sin Dani Pedrosa ni Jorge Lorenzo, ya solamente queda él de la generación que fue trepando por 125cc y 250cc. El italiano se resiste a doblegarse ante el dominio del 93, pero la sensación que ha dejado durante esta temporada es que la cúspide de su binomio con Ducati se quedó atrás, y son ya numerosas las voces que apuntan a que 2020 será su último año en rojo.

La peor noticia es que, salvo que Gigi Dall’Igna se saque medio segundo de la chistera de cara a la GP20, Dovizioso seguirá siendo candidato a subcampeón pero ya no será favorito. Al menos si se mantiene la tendencia: si en 2017 llegó a soñar con el título y en 2018 peleó hasta el final el subcampeonato con un gran Valentino Rossi, en este 2019 lo ha sido más bien por demérito del resto.

Lo ha logrado por la mala primera mitad de curso de Maverick Viñales, la inconsistencia de la dupla Álex Rins y Suzuki, la bisoñez de Fabio Quartararo y la nula adaptación a la Honda de Jorge Lorenzo. La buena noticia para el de Forlí es que la marcha del balear le permitió preservara el estatus de número uno en Ducati. La mala, que Danilo Petrucci se lo llegó a discutir al inicio de curso.

Si conserva ese estatus es, igual que el subcampeonato global, por demérito del resto. Pero cerca de los 34 años la sombra de Jack Miller empieza a aparecer en su espalda, donde también aparece la figura de Pecco Bagnaia como esperanza transalpina. Para colmo, le han metido a Johann Zarco con vistas a ser oficial en 2021.

Habrá que ver cómo se desarrolla el próximo curso, pero todo apunta a que salvo sorpresa mayúscula, la historia de Andrea Dovizioso y el título de MotoGP será la de perseguir la zanahoria que Márquez le enseñó pero que jamás le permitió llegar a morder.

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