El Gran Premio de Austria, undécima cita de la temporada 2018, ha deparado tres bonitas carreras en el Red Bull Ring de Spielberg.
Moto3 vio la victoria de Marco Bezzecchi ante Enea Bastianini y Jorge Martín. En Moto2, Pecco Bagnaia pudo con Miguel Oliveira con Luca Marini completando el podio. En MotoGP, Jorge Lorenzo se impuso a Marc Márquez y Andrea Dovizioso.
A lo largo del fin de semana os hemos ido contando todo lo que sucedía en pista y ante los micrófonos. Como cada lunes post GP, toca un análisis más amplio en forma de píldoras. Son diez pequeñas dosis, con la velocidad como principio activo, la gasolina como excipiente y sin efectos secundarios descritos. Posología al gusto, aunque se recomienda tomar todas de golpe.
PÍLDORAS MOTO3
A tipo fijo
Su gran rival, a su lado en parrilla, estaba convaleciente. El circuito, ideal para las virtudes de su KTM. La sexta posición de Brno, un acicate. En Austria, Marco Bezzecchi estaba harto de quedar segundo, la posición que había ocupado en sus cuatro últimas presencias en el podio. De ahí que, lejos de idear una estrategia que formase un grupo grande para intentar meter pilotos entre él y Jorge Martín, el joven piloto italiano salió a tipo fijo: no miro atrás ni una sola vez, puso un ritmo endiablado que fragmentó el grupo desde el inicio y en los últimos giros adquirió unas décimas vitales que le dieron la segunda victoria de su vida, la primera en seco.
Adjetivo sin inventar
Pantagruélico. Inenarrable. Excelso. Magnífico. Maravilloso. Colosal. Soberbio. Imponderable. Magistral. Inconmensurable. Fantástico. Prodigioso. Admirable. Fascinante. Portentoso. Extraordinario. Excelente. Alucinante. Brutal. Utópico. Primoroso. Inmenso. Formidable. Sobrenatural. Indecible. Babilónico. Fastuoso. Grandioso. Salvaje. Mágico. Pasmoso. Legendario. Fabuloso. Deslumbrante. Ostentoso. Espléndido. Mirífico. Enorme. Inefable. Celestial. Imborrable. Histórico. Sensacional. Estupendo. Irracional. Sorprendente. Enloquecedor. Ideal. Bárbaro. Inaudito. Fenomenal. Inhumano. Divino. Impagable. Genial. Perfecto. Superlativo.
La riqueza del idioma español no tiene parangón, pero ahora tiene un nuevo reto: inventar un adjetivo que sea capaz de expresar la magnitud de lo que Jorge Martín ha hecho en los últimos diez días. No va a ser fácil.
Tardanzas y precipitaciones
Entre Marco Bezzecchi y Jorge Martín se coló Enea Bastianini, y lo hizo a base de exhibir un ritmo endiablado durante la segunda mitad de carrera, llegando al cuarteto cabecero y llevándose con él a su compañero Lorenzo Dalla Porta. Un segundo puesto meritorio pero que supo a poco, ya que la tardanza en encontrar ese ritmo le privó de pelear la victoria. Por el contrario, fuera del podio quedó Jaume Masiá, que lo perdió cuando ya se veía en él. Pronto empezó a girar la cabeza para comprobar que sólo venían cuatro y, en la última vuelta, no supo reaccionar cuando Bastianini le metió la moto y dejó el hueco para que lo hiciera también Martín, teniendo que irse largo y entrando sexto en meta. Se puede pensar que perdió un podio… o que ganó una lección que en el futuro le valdrá muchos podios y victorias.
PÍLDORAS MOTO2
El valor doble
Como una metonimia de lo sucedido en las diez carreras anteriores, su velocidad y los fallos de sus rivales les habían dejado solos. No había pasado en toda la temporada, donde sólo habían coincidido en tres podios y nunca como primero y segundo. Austria deparó lo que todos estábamos esperando: un mano a mano entre Pecco Bagnaia y Miguel Oliveira. Si se van a jugar el título –y eso parece-, qué menos que se midan en pista en un duelo de poder a poder sin más testigos que las cámaras. No decepcionó: ambos pusieron al público en pie y finalmente el italiano se llevó un triunfo que, además de devolverle el liderato, vale doble: los cinco puntos que suma él y los cinco que le quita al luso. Ahora quedan ocho carreras y esperemos que el duelo se vuelva a repetir varias veces más.
Cuestión de inercias
Evidentemente, las cámaras se habían centrado en la lucha por victoria/título. Por eso, no se sabía muy bien qué había pasado al ver entrar tercero a Luca Marini y no ver, delante o detrás, a Álex Márquez. Ambos habían empezado la última vuelta juntos, pero bajo la bandera a cuadros sólo pasó el italiano para firmar su tercer puesto consecutivo. Segundos después se conocía la caída del español en la última curva, firmando así su segundo cero seguido. Y es que, muchas veces, cuando todo está en juego en la última curva, la inercia de las carreras anteriores puede ser decisiva. Aquí lo fue: Marini llegaba de dulce y acabó en el podio. Márquez llegó dubitativo y acabó en el suelo y, esta vez sí, diciendo adiós al título.
De 10 en 10
A las puertas del podio se quedaron Mattia Pasini y Jorge Navarro, que poco a poco empieza a mostrar la progresión que se le esperaba. Tras ellos, en sexta posición, Brad Binder. Segunda vez consecutiva que acaba en esa posición tras su victoria en Sachsenring. Una victoria que es su único top 5 de la temporada. Pese a ello, es cuarto de la general a dos puntos del tercero: ¿cómo se come? Pues porque tiene una extraña regularidad que le hace ir sumando puntos de 10 en 10. Son diez los puntos que otorga la sexta posición, en la que el sudafricano ha acabado nada más y nada menos siete de las once carreras de la temporada.
PÍLDORAS MOTOGP
El mega duelo definitivo
La historia del motociclismo se ha escrito entre duelos de la categoría reina: Mike Hailwood vs Giacomo Agostini, Barry Sheene vs Kenny Roberts, Wayne Rainey vs Kevin Schwantz… Rivalidades que hacen afición y elevan tan bonito deporte a la categoría de arte. Hace años que Marc Márquez y Jorge Lorenzo empezaron a dibujar algo similar, pero la marcha del balear a Ducati lo interrumpió… hasta ahora. En Austria, ambos ofrecieron el mega duelo definitivo de la coyuntura actual de MotoGP, luchando hasta la última vuelta con victoria para Lorenzo y, sobre todo, para todos los aficionados. El año que viene compartirán equipo, pero hasta entonces hay que confiar en que nos regalen algún duelo más.
Champán amargo
Si había alguien sin motivos para estar contento en el podio del Red Bull Ring era Andrea Dovizioso. Segundo hace dos años tras ser batido por su entonces compañero Andrea Iannone, el año pasado ganó tras un bonito duelo con Márquez… y en este 2018 no ha podido ni pelear por la victoria, teniendo que conformarse con el tercer escalón y viendo cómo su actual compañero y su antiguo rival le relegaban por completo a un segundo plano. Para colmo, es la primera vez desde la llegada de Lorenzo al box en la que está por detrás en la clasificación general.
La emoción privada
Detrás del podio quedaron los dos primeros privados: Cal Crutchlow, cuarto, y Danilo Petrucci, quinto. Eso, unido a la novena posición de Johann Zarco, deja la lucha por la clasificación de independientes cargada de emoción. Tres pilotos de tres marcas distintas separadas por un solo punto. Danilo Petrucci es el nuevo líder de la misma con 105 puntos, uno más que Johann Zarco y dos más que Cal Crutchlow. Si la temporada transcurre por los derroteros que se barruntan en este punto de la misma, la resolución del título de independientes puede ser uno de los grandes alicientes en la cita final de Valencia.
Maestro del bricolaje
Desde la 14ª posición de parrilla, Valentino Rossi volvió a ejecutar una remontada marca de la casa para finalizar sexto, sumando diez puntos que le mantienen segundo en la general de una forma un tanto milagrosa. Con una moto que está por detrás de Ducati y Honda y cuyas carencias se magnifican en un trazado como el austriaco, el italiano volvió a salvar los muebles de la marca por enésima vez, llegando a un punto en el que más que piloto parece un maestro del bricolaje perdido en el laberinto de un Ikea donde hay cosas muy bonitas pero cuando sales está todo por montar.
PÍLDORA EXTRA
Las dos banderas
No son la española y la italiana. Esas sirven para saber qué himno poner en el podio y para hacer artículos de estadísticas históricas, pero poco más. A la hora de la verdad, en el motociclismo sólo hay dos banderas que realmente importan: una es la bandera a cuadros, a la postre la única que da y quita victorias, títulos y razones. La única bandera que todos persiguen y la que une a todo este bellísimo deporte y lo funde en un solo ser.
La otra bandera, que va a renglón seguido de la anterior, es la bandera de la deportividad. En Austria, las tres banderas a cuadros pusieron punto y final a tres bonitas carreras, pero a su vez hicieron de preludio para ver tres ejemplos fantásticos de deportividad: entre Bezzecchi y Martín, entre Bagnaia y Oliveira y, finalmente, entre Lorenzo y Márquez. Así sí, chavales.