Daelim Daystar 250FI, una moto custom barata y para el A2

La Daelim Daystar 250FI es una moto ideal para los que buscan una moto custom a buen precio y apta para el carné A2.

Álvaro Gavín. Fotos: Lluís Llurba

Daelim Daystar 250FI, una moto custom barata y para el A2
Daelim Daystar 250FI, una moto custom barata y para el A2

Tengo que reconocer que la única moto custom que había conducido antes de la Daelim Daystar 250FI fue una Ducati Diavel, y el motivo no fue más que para llevarla desde la redacción a un concesionario en el centro de Madrid, es decir, no más de 15 kilómetros. Y, evidentemente, se trata de motos que poco tienen que ver entre ellas, por lo que hay que considerarme como un auténtico novato en estas lides. Me echaba un poco para atrás la posición de conducción, con los pies en esos estribos adelantados a los que al principio tienes que acostumbrarte cuando solo has cogido motos «normales», pero por lo demás sabía que todo me iba a resultar familiar, pues en los últimos meses ya había realizado pruebas con motos de la misma cilindrada, es decir, de 250 cc 4T, las cuales me parecen ideales para moverse por la ciudad por prestaciones y facilidad de uso.

Y así ha sido, como estaba previsto lo único que he notado extraño en todo el mes con ella ha sido la posición adelantada de las piernas. No ha habido día que al coger la moto por la mañana haya intentado meter la primera desde la «vertical» e, incluso, al introducirla y al subir la pierna una vez la moto ha comenzado a avanzar, he tenido que pensar para colocar el pie en el estribo de forma correcta. Una vez en marcha y con la atención puesta en la caótica circulación urbana, puedo asegurar de que se lleva como cualquier otra moto y que la posición de conducción no afecta a la estabilidad ni a cualquier otro elemento. O al menos yo no he notado nada extraño. Es más, me he sentido realmente cómodo en todo momento, especialmente al coger varios semáforos en verde seguidos o en las vías rápidas.

El motor de la Daelim Daystar 250FI tiene suficiente potencia

El motor cuenta con potencia más que de sobra para callejear, vibra un poco, todo hay que decirlo, pero para que sea molesto hay que apurarlo más de la cuenta o salir a una autopista y mantener un régimen de giro alto durante un buen rato de manera continuada. Pero merece la pena si no quieres sentirte intimidado por el resto de vehículos a pesar de verles desde abajo, pues el asiento está colocado a sólo 720 milímetros del suelo. No me voy a quejar de ello, pues es de las pocas oportunidades que tengo de llegar al suelo con los dos pies. En un par de ocasiones he circulado por la A-2 desde la Avenida de América camino del aeropuerto y he rodado a la misma velocidad que el resto de vehículos sin tener la sensación de estar machacando la mecánica. Hay que reconocer que su bajo nivel sonoro ayuda a pensar que no estás poniendo al límite sus elementos mecánicos. Habrá quien, con una estética de este tipo, quiera un poco más de decibelios, pero no es mi caso, y creo que tampoco el del resto de ciudadanos.

A lo que no me he llegado a acostumbrar en todo este tiempo es al cambio ni a su selector. Son muy imprecisos y cuesta mucho encontrar el punto muerto y cuando das con él, la mejor forma de comprobarlo es soltando un poco el embrague. Sí, tiene un testigo luminoso en el cuadro de mandos colocado encima del depósito de gasolina, pero la luz verde es tan tenue que apenas se ve, a no ser que sea de noche. Lo peor de todo es que es que la luz de la reserva de la gasolina, de color naranja, brilla con la misma intensidad, por lo que no es complicado que os dé un susto si no estáis muy avispados. Menos mal que consume muy poco y el margen de error, por tanto, es elevado.

A diferencia del cambio, el embrague ofrece un tacto muy bueno y no ha mostrado ningún síntoma extraño incluso callejeando con ella. Todo lo contrario, entre los coches es donde mejor se encuentra la Daelim Daystar 250FI, y solo tendrás que andar con cuidado de no apretar el interruptor de apagado pues es fácil de darle por error al estar demasiado a mano. Yo me lo tomé como un sistema de apagado como el que montan los coches más modernos (y alguna moto).

Suspensiones y frenos de la Daelim Daystar 250FI

El mes que me tocó probar la asiática no llovió ni un solo día, por lo que no he tenido ocasión de poner a prueba la parte ciclo en situaciones extremas. Casi que mejor, pues carecer de ABS es un problema por mucho que toda la vida hayamos circulado sin ayudas en la frenada. Es cierto que el freno delantero me ha gustado mucho, ofreciendo mucho mordiente, pero el trasero es demasiado brusco y no debe de ser muy amable en situaciones de poca adherencia. Creo que este punto es el más negativo aunque también es cierto que en todo este tiempo nunca llegué a tener ningún susto ni contratiempo. Pero admito que siempre he dejado mucho margen de error para no tener que recurrir al freno posterior, el cual apenas he usado. Pero el doble disco delantero me ha parecido a la altura de alguna otra montura de mayor precio y, además, una opción poco habitual en las monturas de la competencia, que suelen contar con un único disco en el tren delantero.

En cuanto a las suspensiones, nada importante que reseñar de ellas. La horquilla trabaja con soltura, lo mismo que los amortiguadores traseros, aunque éstos, al tener tan poco recorrido, tienden a enviar demasiada información a la espalda sobre el estado de la calzada. Y no hace falta que os diga cómo se encuentra el estado de las calles y de las carreteras en estos últimos años. Pero nada de respuestas raras ni de sonidos metálicos o topes al encontrarme con algún agujero en el asfalto.

Quiero terminar este Un mes con hablando de un aspecto importante, el del consumo. La moto me ha gastado muy poco (consumo de 3,3 litros de gasolina a los 100 kilómetros) y al tener un depósito de 17 litros no he tenido que pasar por la gasolinera salvo para tener que verificar el consumo (tiene una autonomía de más de 500 kilómetros). Este detalle hay que tenerlo muy en cuenta pues el mercado demanda vehículos económicos y la Daystar 250FI lo es. Y no solo por el tema de la gasolina, su precio ya es interesante, 3.299 euros, y eso si no llegáis a tiempo a la promoción actual (lleva todo el año vigente) por la que puedes comprar esta custom a un precio de 2.999 euros. Parece mentira que por menos de 3.000 euros puedas llevarte una moto con una buena apariencia, que corre suficiente, que posee una parte ciclo bastante eficaz, y detalles de acabado como hueco para herramientas (con juego incluido), con llave y caballetes lateral y central.

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