Alpen Master 2014: Polivalentes

Las motos «polivalentes» reúnen un variopinto tipo de monturas: las hay funcionales y tranquilas, vistosas y atractivas, o excitantes y eficaces. ¿Cuál es tu elección? Aquí os mostramos a la Honda NC750X, Moto Guzzi V7 Special, Yamaha MT-07 y la Yamaha XV950.

Óscar Pena. Fotos: Motorrad

Alpen Master 2014: Polivalentes
Alpen Master 2014: Polivalentes

En este Alpen Masters 2014 se mantiene el sistema utilizado en las anteriores ediciones, excepto en lo que atañe a la gran final. En él participan 20 motos, que se dividen en cinco grupos. Cada grupo se corresponde con un segmento: deportivas, turismo, maxitrail, «fun bikes» y polivalentes. Para formar dichos grupos se eligen las motos teniendo en cuenta que sean modelos nuevos, que representen al segmento al que pertenecen y que no hayan participado en ediciones anteriores. La cilindrada, la potencia y el precio no influyen en la elección de la moto, de tal modo que el abanico de opciones es más amplio. Una vez halladas las ganadoras de cada categoría, se enfrentarán a la ganadora del año pasado, en esta caso la BMW R 1200 GS, en una apasionante ruta que, y aquí es donde radica la diferencia con las nueve ediciones anteriores, recorrerá todos los Alpes, de cabo a rabo, en una semana de ensueño, donde se coronarán todas las cumbres que han acogido el Alpen Master durante una década.

Pero antes de adelantar acontecimientos, en primera instancia todas las motos pasan por un circuito de pruebas que tienen preparado nuestros colegas en Alemania. Las prestaciones y evaluaciones que puedes consultar en la tabla de «nuestras mediciones» complementan todos los aspectos decisivos para evaluar el comportamiento de una moto en uso diario y en carretera. Se puntúa la manejabilidad en parado, el confort aerodinámico para el piloto y para el acompañante, la visibilidad anterior y posterior, la distancia al suelo disponible a carga máxima, el comportamiento de los frenos, la estabilidad en todo tipo de condiciones de carga, los consumos, la autonomía, finura mecánica, etc. Una vez superadas estos test, todas las motos recorren el circuito de pruebas establecido en los Alpes y se completan las puntuaciones en carretera. Así salen las cinco finalistas, que se unirán a la vencedora del pasado año.

La llegada de la Yamaha MT-07 ha revolucionado, en cierto modo, el segmento de las motos que dan acceso al mundo de las dos ruedas, del mismo modo que lo hizo en su momento la Honda NC700X, cuya sucesora, la NC750X, está presente en esta última edición del Alpen Master. Cada una de ellas, sin embargo, tiene un estilo propio y una orientación diferente. La novedosa moto de Iwata juega con interesantes argumentos, muy del gusto del público más joven y trasgresor, más aún teniendo en cuenta su estilo «manga» japonés: es llamativa, manejable, muy ligera, ergonómica y tiene un motor y parte ciclo contundentes que te permiten rodar con tremenda facilidad y eficacia entre el tráfico o en campo abierto, como bien pudiera ser en las carreteras plagadas de «tornanti» sin fin de los Dolomitas. Un ambiente en el que sin duda alguna se desenvuelve como pez en el agua. Tampoco renuncia a buenas dosis de polivalencia de uso, y con un muy bajo consumo, que incluso se acerca a los valores ofrecidos por el «mechero» de la comparativa, la NC750X. Así, la Yamaha se consolida como una moto de contrastes, que encandila tras los primeros metros y aúna un buen puñado de excelente cualidades. Incluido un precio realmente contenido, que no llega a los 6.000€. Yamaha XV950 y Moto Guzzi V7 Special son hasta 3.000 € más caras, mientras que la NC750X, con ABS de serie eso sí, se sitúa a medio camino.

Sin dejar la MT-07, es obligado comentar que es la hermana pequeña de la poderosa MT-09, que pudimos ver y probar en la primera entrega del Alpen Master, donde se erigió vencedora de la categoría «fun bikes», y con la que comparte su carácter guerrero y desafiante. Sin embargo, la MT-07 es más accesible y desenfadada que aquella, y ligera, muy ligera. En este aspecto destaca especialmente al ser claramente la de menor peso del grupo. Con 184 kg verifi cados es 15 kg más liviana que la Moto Guzzi V7 Special (sorprendentemente ligera también), 40 kg menos que la Honda NC750X y 70 kg menos que la Yamaha XV950 «Bolt». Pero sobre todo, la MT-07 te invita a rodar con alegría o relajadamente, gracias al agradable y contundente tacto de su motor. Con una parte ciclo de componentes sencillos, no renuncia, como veremos, a ofrecer un comportamiento que brilla a un buen nivel a la hora de «sacarle todo el jugo».

Sin embargo, no todos los iniciados, o los que buscan montura para todo y para todos los días, quieren algo de concepto tan «extremo» como el que representa la MT-07, una suerte de «mini» streetfi gther para todos los públicos. Los hay quienes prefieren la «súper» polivalencia ofrecida por la moto de la marca del «ala». Y es que la nueva NC750X supera a su predecesora en prestaciones y tacto, y mantiene su grandiosa capacidad de carga bajo el falso depósito (un espacio estanco que alberga sin problemas un casco integral), reducido consumo (apenas sobrepasa los 3,5 litros a los 100 km de media en la prueba), acertada posición de conducción y elevado confort. Aspectos estos muy valorados por muchos usuarios, que compensan en cierto modo su mayor sobriedad, peso elevado y discretas prestaciones, especialmente con respecto a la felina moto de la marca de los diapasones. No obstante, hay que aplaudir la evolución que ha supuesto esta nueva versión, al tratar de mejorar las pocas lagunas del modelo anterior. Y es que se ha aumentado su cilindrada (pasa de 670 cc a 745 cc). Una nueva gestión electrónica que implica un aumento de la potencia en torno a cinco CV, y del par en toda la banda de utilización; y se ha aumentado el rango de revoluciones máximas del motor. Y todo ello en conjunción con una parte ciclo muy noble y neutra que te permite exprimir al máximo su bicilíndrico sin llegar a ponerte nunca en grandes compromisos.

Entre las novedades de este año, y al otro lado del amplio espectro que abarcan las motos de media cilindrada, y que disienten con la funcionalidad de la Honda NC750X y la agresividad de la Yamaha MT-07, nos topamos con otras dos interesantes propuestas: la también Yamaha XV950, apodada «Bolt», y la Moto Guzzi V7 Special. En ellas se impone una imagen muy personal y un carácter tranquilo. El aire golpeando tu cara en un rodar sin la menor aspiración deportiva, y el  deleite por las formas al observarlas tranquilamente en parado, son parte de sus argumentos de venta. Por ello no son las mejores compañeras a la hora de hacer curvas a miles en el Alpen Master, al menos si no te lo tomas con mucha, mucha calma.

Tampoco sobresalen en nuestras mediciones, pues por diseño y concepto no buscan ni agilidad, ni rapidez, ni potencia... Sin embargo son estables, nobles, y seguras, siempre y cuando circules dentro de sus límites de  conducción. Así las cosas, la nueva Bolt se identifica con el estilo «bobber» tradicional, que implica el recorte de todos los elementos superfluos y pesados, prestándose además como una excelente base de partida para realizar tu propia customización. De hecho, Yamaha cuenta con una amplia gama de accesorios para ella. Se engloba igualmente dentro de la familia «Sport Heritage» de la marca, compuesta por modelos de diseño retro como la V-Max, XJR1300 y  la SR400.

En el caso de la XV950, toma su base ciclista y motriz de la conocida Midnightstar, con una interesante revisión que de hecho da lugar a una moto completamente nueva. Además, la Bolt se desdobla en dos versiones, una estándar, que protagoniza nuestra prueba, y otra «R» (se diferencian por su decoración  y la mayor calidad del doble amortiguador de la segunda), erigiéndose en ambos casos como una alternativa seria y real a la H-D Sportster Iron 883, su mayor  rival natural. La Moto Guzzi V7 Special, por su parte, es fiel representante del estilo «retro» que nunca pasa de moda. De hecho, la gama V7 evoca en su estética a las motos de finales de los años 70 que muchos nostálgicos aún añoran y que pueden seguir disfrutando, eso sí, con la tecnología actual.

La  versión Special es una de las nuevas V7 de la firma de Mandello del Lario. Las otras son las Stone y Racer. Viene a sustituir a la anterior Classic, de la  que se diferencia por su mayor empaque (se ha aumentado el volumen exterior de los cilindros del V-Twin, que sobresalen ahora un poco más por cada lado), las tapas laterales de nueva factura, y el mayor aleteado de los cilindros. Por su parte, el enorme depósito de combustible de chapa, con 22 litros de capacidad, está pintado en dos colores y exhibe el logotipo clásico de Moto Guzzi, un toque retrospectivo que le va que ni pintado, del mismo modo que las llantas de  radios. Su parte ciclo, como la de sus rivales de hoy, es ciertamente sencilla, al punto de ser la única de las 21 protagonistas del Alpen Master 2014 que no  equipa ABS, ni de serie ni opcionalmente.

En acción

Al tomar los mandos e iniciar la marcha camino de los más altos «passi» de los Dolomitas, nuestras cuatro protagonistas enseguida muestran su cara más  amable, además de sus variopintas orientaciones. Quitando la Yamaha MT-07, el resto de monturas se perciben pesadas en parado, aunque son ciertamente muy  dóciles. En el caso de la liviana japonesa, es ambas cosas. Sus motores de potencia contenida y tacto muy agradable te permiten desenvolverte a baja velocidad con absoluta naturalidad y soltura, y están bien
acompañados además por discretas alturas de los asientos. De este modo no supone un gran esfuerzo comenzar a moverse, ni para conductores noveles ni experimentados.

Aún con todo,  hay claras diferencias entre ellas. La Moto Guzzi V7 Special es la más tosca. A sus mandos te sientes «sobre la moto», debido a su asiento plano muy en línea  con el depósito. Los estribos están altos, lo que te hace flexionar bastante las piernas (algo que es más acusado cuanto más alto seas). Lo bueno de esto es  que al estar elevados, no rozas los estribos constantemente al tumbar en las curvas, como ocurre con la Bolt. Con todo, es una postura de conducción a la  antigua usanza.

Otra característica de la V7 Special es su movimiento hacia los lados cuando aceleras, ya sea con una marcha engranada o en vacío. Un rasgo personal del V-Twin a 90º refrigerado por aire. Su tacto es el de siempre, bastante amable y con cinco marchas muy aprovechables, aunque vibra cuando lo estiras y acercas  al límite máximo de revoluciones. Embrague y cambio son igualmente suaves, si bien es cierto que el recorrido de la palanca de cambios es bastante largo, y  algo impreciso por ello. La manejabilidad es elevada gracias a un radio de giro bastante amplio, y la ligereza de su tren delantero, precisión de dirección y  contenido peso general, le confieren unas cualidades dinámicas casi sorprendentes. Por otro lado, el doble amortiguador trasero es realmente firme, y pese a  ser regulable en precarga de muelle, se percibe seco y duro (como la Bolt). Con todo, la V7 es desde un punto de vista dinámico superior a la Yamaha XV950, pero menos eficaz que las NC750X y MT07.

La Bolt es, es este sentido, la más tranquila del lote. Sus estribos adelantados y bajos la condicionan  sobremanera. Tan bajos son (como la altura de su asiento, reducida a la mínima expresión), que a poco que inclines rozas con ellos. Por otro lado, el  recorrido de su suspensión trasera es muy reducido, y con el paso de los puertos de montaña que encontramos en el camino, alguno de ellos de firme un tanto  irregular, las lumbares terminan resintiéndose irremisiblemente. Tampoco ayuda al apartado confort el índice de vibraciones del propulsor o el poco mullido  de los asientos. Es sin duda alguna la más discreta en su parte ciclo del lote, de acuerdo también a su filosofía custom.

La Honda NC750X, aparte de tener otras muchas cualidades, es precisamente la más firme de suspensiones, incluso por encima de la Yamaha MT-07, que peca de «blanda» en conducción deportiva. Es estable y segura en cualquier circunstancia, y aunque el peso es un handicap importante, ciertamente solo la condiciona, precisamente, frente a la naked de Iwata. Además, tiene una frenada potente, con un ABS de funcionamiento muy correcto en ambos trenes. Ergonómicamente la NC750X es la más natural de las cuatro, y gracias a la protección aerodinámica que ofrece, es desde luego la mejor adaptada para desplazamientos de medio y  largo alcance. Su apreciada capacidad de carga es igualmente un plus inestimable. Ciclísticamente se distingue al optar por un bastidor tubular de acero, siendo en el resto de similar configuración salvo el doble cuna de la XV750. La NC750X apunta bien a los virajes, y ayudada por su manillar alto y ancho, puedes rodar con relativa rapidez y soltura.

La MT-07 se percibe muy corta y estrecha a los mandos, muy en concordancia con su estilo minimalista. Pese a todo no es para nada incómoda, y el conductor circula erguido, apoyando los pies en unos estribos relativamente adelantados y bajos. Una posición que se nos antoja ideal circulando despacio o entre el tráfico. Rodando en las angostas carreteras dolomíticas, ser percibe eficaz y poderosa, si bien puedes llegar echar de menos un poco más de firmeza de suspensiones. Especialmente en lo que atañe al tren delantero, con una horquilla no regulable que es quizá su punto más débil. También es la más rápida de reacciones y de movimientos, la más potente en su frenada, y con la que más te divertirás tratando de exprimir su concentrado potencial. Y es que tiene el propulsor más contundente de las cuatro.

Caballería bajo control

Uno de los rasgos de identidad de la MT-07 es su particular bicilíndrico en paralelo, con el cigüeñal calado a 270 grados, que crea un intervalo de encendido desigual (primero 270, luego 450 grados), que se traduce en un sonido muy particular, y lo que es más importante, una enorme sensación de empuje y aceleración a cualquier régimen, y especialmente a bajo y en mitad del cuentavueltas. Es muy característico y en cierto modo exigente. El caso es que por su preciso tacto del gas puedes rodar fluido y muy suave, pero a poco que te excedas con él, y gracias entre otras cosas a su buena relación peso-potencia, la MT-07 levanta sin problema la rueda delantera, enfatizando su espíritu más deportivo.

En el lado opuesto, el motor más discreto lo aporta la también Yamaha XV950. Su sonido tiene un carácter especial, sordo y discreto. Va en concordancia con  a finura de tacto y comportamiento del motor de dos cilindros en V a 60º, y eso que la marca de los diapasones ha montado su motor rígidamente al chasis para que también tenga su pulso diferenciador. Saliendo desde parado es más suave y fácil de manejar, para ser alrededor de los 100-120km/h la velocidad en la que mejor se desenvuelve en marchas largas.

A medio camino, nos vuelve a sorprender el propulsor de la Moto Guzzi. Con nuevos pistones, caja de cambios y electrónica revisada, reduce su consumo hasta en un litro con respecto a la Classic, y se queda un par o tres por encima de la competencia. Lo que es mucho en realidad, teniendo en cuenta sus poco más de 40 CV de potencia máxima verificada. Sin embargo, nos gusta su aceleración y velocidad, y un «nervio» a la hora de abrir gas que solo es superado por la MT 07. Su tacómetro carece de zona roja, ni falta que le hace, porque el propio motor te va indicando a través de sus vibraciones y su comportamiento cuándo se acerca al límite o cuándo es conveniente subir o reducir una velocidad. Por cierto que en esta operación el cardan se comporta a las mil maravillas, no produciendo retenciones de motor mayores a las de una transmisión convencional por cadena.

Finalmente, el bicilíndrico en paralelo de la Honda NC750X tiene una orientación muy tranquila, en parte porque es una moto dirigida a usuarios de automóvil que pasan a las dos ruedas para ganar movilidad. Así, es algo anodino, y aunque es más potente que el de la Moto Guzzi y la Yamaha XV750, ciertamente es menos excitante al rondar su régimen máximo. Más comparado con el de la MT-07. De todas maneras, salvo que circules buscando las prestaciones máximas, se percibe lleno y muy utilizable a bajo y medio régimen. Y además, te deleita con una finura y suavidad de tacto y de marcha desconocidas por sus rivales, y una rumorosidad mecánica infinitamente menor.

Conclusión

En un grupo tan variopinto como este, el resultado de los test y las mediciones empíricas no tiene por qué ser especialmente vinculante a la hora de que tú optes por una u otra montura. Elegimos en el cómputo general a la Honda NC750X como la novedad más completa entre las motos polivalentes. Y argumentos no le faltan: confort, protección aerodinámica, capacidad de carga, bajo consumo, diseño moderno, suavidad de marcha... En dos palabras, funcionalidad absoluta. Sin embargo, si anhelas una moto con más «nervio», de diseño vanguardista y con un carácter juvenil y excitante, equipada con un propulsor poderoso bien acompañado por una parte ciclo eficaz y útil, desde luego no te vas a equivocar si pones todos tus sentidos encima de la Yamaha MT-07. El sentido nostálgico lo aporta Moto Guzzi con su V7 Special, una moto particular tanto en lo referente a sus componentes como su comportamiento. Llamativa y vistosa, atrae miradas del mismo modo que lo hace la Yamaha XV750, que con su estética custom bien marcada aspira a rodar sin prisas, dejándote saborear cada metro recorrido a lo largo del camino.