Aprilia pone en escena una nueva gran supermotard. Una máquina de fuertes sensaciones que llega a un segmento en auge y que sin duda satisfará los deseos de los seguidores de las motos de Noale. Con ella se mejoran claramente las prestaciones ofrecidas por su hermana pequeña, la Dorsoduro 750, gracias a su propulsor de nueva factura. Pero no sólo esto cambia, pues el chasis, pese a mantener la misma estructura, varía sus cotas, dimensiones y rigidez, adaptándose al nuevo corazón de la bestia.
Alta calidad
Para comprobar de primera mano el comportamiento de su nuevo modelo, Aprilia nos llevó a Jerez y preparó una animada ruta por la preciosa sierra de Grazalema, un ambiente ideal para explorar las cualidades de esta Dorsoduro 1200 gracias a sus carreteras enrevesadas de curvas sin fin.
A primer golpe de vista llama poderosamente la atención su imponente figura. Es una moto grande y alta, que deja a la vista y con exquisito cuidado todos sus componentes. Se aprecia la calidad de su terminación, el buen ajuste de sus piezas, la presentación inigualable de su cuadro de instrumentos o la elaborada careta frontal con un pequeño deflector de aire que además de buena imagen proporciona a la Dorsoduro 1200 cierta protección aerodinámica. A todo ello sumamos un equipamiento de lujo, especialmente en lo que atañe al trabajo en la electrónica donde Aprilia, con esta Dorsoduro 1200 y la nueva RSV4 APRC Factory, se convierte en uno de los referentes entre los constructores.
Cuando tomas los mandos la moto no es tan fiera como la pintan o como su excelente equipamiento nos hace pensar. No es particularmente alta, el asiento es bastante agradable y la ergonomía muy acertada. El tacto de los mandos es muy bueno y el embrague hidráulico muy progresivo y blando. Además, el motor bicilíndrico pese a su mayor cilindrada mantiene prácticamente intactas las dimensiones de su hermano pequeño, y gracias a su doble bujía e inyección independiente para cada cilindro respira excelentemente. Por otro lado, el conjunto de su parte ciclo incluso adelgaza 4 kg con respecto a la Dorsoduro 750, para así mantener la agilidad y maniobrabilidad. No obstante el peso se nota en ciudad y en carretera, y habrá que esperar a ver el valor que arroja la báscula cuando dispongamos de una unidad de pruebas. Con todo, nos topamos con una moto muy agradable a baja velocidad y en ambientes urbanos, fácil de conducir y con una gran capacidad para desplazarse entre los coches sin el más mínimo problema.
Control total
La Dorsoduro 1200 monta un bicilíndrico completamente inédito que rebosa par y potencia por los cuatro costados. Su potencia máxima declarada es de nada menos que 130 CV y el par de 11,7 kgm, que se distribuyen perfectamente a lo largo de toda la curva, sin picos ni sobresaltos. El tacto del gas es bastante bueno y el control sobre el bicilíndrico elevado, mucho más aún si optas por la versión equipada con ABS y control de tracción. El incremento de precio por disponer de estos dos elementos es de 800 €, un coste que sin duda merece la pena porque funcionan de maravilla. El ABS actúa sólo cuando lo necesitas incluso en conducción deportiva, y si por tu estilo o circunstancias lo requieres se puede desconectar fácilmente a través de la piña de control del cuadro de instrumentos sita en la parte derecha del manillar. El control de tracción es regulable en tres niveles de intensidad, siendo más intrusivo en la posición número tres (para utilizar sobre firme muy deslizante o agua), y deportivo en la uno, permitiéndote en este caso efectuar una conducción muy, muy agresiva con el acelerador a sabiendas de que finalmente la moto resolverá cualquier pérdida de adherencia con la máxima seguridad.
Además incorpora la posibilidad de autocalibrarse a través de una función específica del cuadro de mandos lo que permite utilizar neumáticos de diferentes medidas y marcas y que siga funcionando con la máxima precisión (algo que es novedoso incluso con respecto a los más avanzados sistemas de control de tracción de la competencia).
Aparte de estas particularidades técnicas, la Dorsoduro 1200 mantiene las tres curvas de encendido que ya posee su hermana menor gracias al acelerador electrónico «Ride by Wire». En la posición Sport dispones de toda la potencia y la entrega de la misma es contundente; en la Touring tienes igualmente los 130 CV desarrollados por el motor pero la entrega es mucho más dulce; y en la Rain se limita la potencia a 100 CV.
Rienda suelta
En carretera abierta la Dorsoduro 1200 manifiesta unas excelentes prestaciones. Es muy poderosa y estable a alta velocidad, permitiéndote abordar los virajes con total seguridad y a un ritmo endiablado. Además te puedes apoyar en su excelente control de tracción a la hora de acelerar, cuanto antes mejor. Sin embargo cuando la carretera se retuerce, el comportamiento no es tan homogéneo, quizá producto del tarado interno de la horquilla y el tacto del freno. Y es que la primera se hunde muy rápidamente en su primer tramo para luego endurecerse, y los segundos tienen un mordiente excesivo junto a una poca progresividad, algo que resulta en ocasiones incómodo y no te permite atacar las curvas con la máxima precisión. Apretando los hidráulicos de la horquilla se mitiga en parte esta impresión general.
Por otro lado, la dirección se siente algo pesada y no es tan precisa como se espera de una supermotard deportiva, por lo que en definitiva nos topamos con un tacto peculiar del tren delantero al que hay que acostumbrarse para rodar con confianza y fluidez, ya que repercute en todo el conjunto, incluida la estabilidad del bastidor.
La Dorsoduro 1200 se plantea como la supermotard más potente y sofisticada de la actualidad. Su comercialización es inmediata y vendrá en dos decoraciones: blanca y negra.
Precio: 12.399 euros