Aprilia no sorprende con la nueva Aprilia Tuono V4 R. No es la primera vez que toma la base de su RSV para dar a luz una steetfigther de bandera, pues ya lo hizo en 2002 dando vida a la primera Tuono (trueno en italiano)... Pero en esta ocasión en Noale se han superado, creando la versión «desnuda» de toda una campeona del mundo de Superbike. Max Biaggi estará contento: ya tiene una réplica de su RSV4 de carreras para usar a diario, aprovechando toda su eficacia, y mucho más cómoda y accesible. Una moto mucho más agradable para circular fuera de las pistas que aquella. Y lo mejor de todo es que está al alcance del resto de los mortales y en dos diferentes versiones: una «estándar» y otra APRC (Aprilia Performance Ride Control). Esta última equipada con los más avanzados sistemas electrónicos desarrollados por Aprilia para la propia RSV4.
Circuito y carretera
Lo primero que deberíamos hacer es definir el carácter de la nueva Aprilia Tuono V4R y V4R APRC. Y no puede ser otro que el de una Streetfighter agresiva y radical, que ofrece un comportamiento general insuperable en términos deportivos, con un motor extremadamente potente y muy aprovechable, y una estética muy cuidada que adelanta de un solo vistazo sus intenciones.
Para probarla a conciencia Aprilia nos preparó una intensa jornada de trabajo que incluían una serie de cuatro tandas de 20 minutos rodando en el circuito de Cheste; para seguidamente salir a carretera y recorrer unos cientos
de kilómetros sin descanso por carreteras de todo tipo. Como veremos a continuación, nuestras impresiones fueron sobresalientes, salvo en algún pequeño matiz que no estropea un conjunto único y difícilmente superable.
Gas a fondo
Y llegó en momento. Las manecillas del reloj apenas superaban las 9:00 am cuando encaramos por primera vez el «pit line» del Circuit Ricardo Tormo. El sol se vislumbraba en el horizonte, y el día no podría ser más propicio. La Tuono V4R APRC (la versión que hemos probado) se siente ágil y muy manejable.
Comenzamos a forzar el ritmo y sale a relucir la gran rigidez de su parte ciclo. Es súper estable en las zonas rápidas y te permite efectuar los cambios de dirección con precisión y armonía. Es prácticamente idéntica en su parte ciclo que la RSV4 R, salvo por llevar corridas las tijas 10 mm hacia delante y el subchasis y motor anclados un poco más bajos. Así que no podemos añadir más que alabanzas, pues es de entre las actuales Superbike la que tiene el mejor comportamiento.
El más noble y seguro. Los estribos también están más bajos que en la RSV4 y nos obligan a esconder las puntas de los pies si no queremos ir rozándolos constantemente contra el asfalto. En su favor, luego al rodar en carretera se agradece porque mantienes una posición de piernas más descansada. Todavía en pista, destacamos su compacto¡ tamaño, como no podía ser de otro modo, y constatamos que «choca» bastante el ancho y plano manillar. Hacen falta un par de mangas para acostumbrarse a pilotar con él, y rodando muy al límite no te permite apuntalar el vértice de las curvas más cerradas en fuertes apuradas como lo harías con la RSV4 y sus semimanillares más estrechos. Y es que de la propia fuerza de tus brazos se transfieren algunos movimientos al tren delantero, en un efecto al que una vez te has acostumbrado no deja de ser casi anecdótico.
Frenos y suspensiones trabajan muy bien. Los primeros ofrecen un gran mordiente, son muy progresivos y constantes a pesar del uso intenso; mientras que en las segundas los cambios que realices en precarga de muelle e hidráulicos enseguida los aprecias, constatando así su gran calidad. Sí es cierto que el amortiguador de dirección de serie, válido en carretera, no lo es tanto en circuito, donde es más recomendable el Öhlins regulable que Aprilia tiene en su catálogo de accesorios originales.
A este compendio de virtudes hay que sumar el buen hacer de su cuatro cilindros en V a 65º refrigerado por agua. Con sutiles modificaciones ve reducida su potencia máxima en alrededor de 15 CV con respecto a la RSV4, ganando en suavidad de respuesta y un tacto de gas muy agradable. Aún con todo nos topamos con una potencia enorme, que es de 167 CV declarados. Y para administrarla, nada mejor que el APRC, que viene equipado de serie por sólo 1.000 € más que la versión estándar. Este incluye, entre otros, un fantástico control de tracción regulable sobre la marcha y válido para cualquier modelo de neumático. Con las gomas de serie y si tienes un nivel de conducción alto, nos ha gustado en las posiciones 2 y 3 en circuito, y 4 y 5 en carretera. A partir de ahí actúa bastante pronto limitando las cualidades del conjunto.
También incluye el APRC un cambio semiautomático extremadamente agradable (AQS); un sistema anti caballito (AWC) que ayuda a domar a la fiera a través de 3 diferentes posiciones de regulación; y un sistema de control de lanzamiento, por si quieres correr con ella y ser el rey de las salidas al apagarse el semáforo rojo. Y por supuesto no podemos olvidar sus tres modos de potencia (lluvia, circuito y deportivo), disponibles en las dos versiones de la Tuono...
Diversión
De postre, tras una amena comida relatando las heroicidades acontecidas en el trazado valenciano, iniciamos una larga ruta en carretera. En este ambiente la Tuono es extremadamente efectiva y divertida, y de nuevo apoyándose en el Control de Tracción es super segura y rápida en zonas incluso de baja adherencia del asfalto. La posición de conducción es deportiva, pero no demasiado forzada, y la lógica la ausencia de protección aerodinámica es su punto más débil, especialmente en autopista y circulando fuera de velocidades legales.
Las vibraciones no son para nada molestas, y el desarrollo, que se nos antojaba larguísimo en pista (no hacía falta engranar la 6ª velocidad en la recta), es muy agradable y adecuado en carretera. También lo es el ancho manillar, que aquí ofrece un gran control sin perjuicio de la efectividad. Menos agradable es el mullido del asiento. Éste más la fi rme suspensión trasera terminan por pasar factura sobre nuestras posaderas.