- Ficha técnica y precio de la MV Agusta Brutale
- Ficha técnica y precio de la Yamaha MT-09
Estas dos naked son un buen ejemplo de las diferentes corrientes o filosofías que mueven a los fabricantes europeos y japoneses a la hora de crear un modelo. La receta desde fuera puede parecer similar, una moto sin carenado, con un motor de tres cilindros de cilindrada media y mucha personalidad. Pero según te vas acercando a ellas empiezas a ver las diferencias.
La MV Agusta Brutale 800 nació la temporada pasada como un escalón intermedio en la gama de las naked italianas. Tomó como base la pequeña 675 y a partir de ahí da un paso adelante en cuanto a prestaciones, gracias a la mayor cilindrada del tricilíndrico en línea. En su ADN todavía está la impronta que dejó Tamburini en la marca y su estética se caracteriza por unas líneas latinas llevadas a su máxima esencia. El depósito y el colín son voluptuosos pero de dimensiones muy armónicas en el conjunto y los componentes firma de la casa, como el chasis multitubular con placas de aluminio, el basculante monobrazo, el faro elíptico y las llantas de cinco radios dobles rematan el «look». Esa conseguida imagen unida al aura que envuelve a la mítica marca hace que la Brutale sea una moto admirada en los semáforos y muy llamativa para casi todos los espectadores. Esa característica ha despertado el interés de los japoneses, que han perdido de alguna manera la personalidad en muchos de sus modelos a pesar de haber sido los reyes de la técnica durante décadas.
Es por eso que han recurrido a las tendencias más alternativas de Japón, a la influencia californiana y a algunas universidades europeas para recuperar el alma en los modelos más marcados por la moda, como son estas naked. Bajo estas circunstancias llegó a finales del año pasado la Yamaha MT-09, una moto que toma otra dirección diferente a lo que habíamos visto hasta la fecha, ya que aunque se mueve en esta nueva «cilindrada de moda», cercana a los 800 cc, lo hace con una configuración poco habitual en los japoneses: un tricilíndrico en línea.
Su diseño se hace bajo el lema «The dark side of Japan», algo indicativo sobre las tendencias que comentábamos anteriormente. Si en la MV Agusta se aprecia ese estilo latino inconfundible, aquí hay un inequívoco diseño manga con líneas cortadas que marcan la minimalista carrocería. También es una moto llamativa y desde luego moderna, ya que no hay muchas otras parecidas en el mercado, a excepción de su hermana la MT-07 que comparte inspiración con ella. Ante esta situación y sin todavía haber puesto tus manos en ellas, ya te asaltan las dudas, ¿cuál es la más atractiva? Seguro que muchos ya lo tienen claro, pero este es un aspecto muy subjetivo, de modo que será mejor probarlas.
El lado amable
Las dos tienen mucho potencial y un marcado carácter, pero también un «lado amable» que permite que sean unas buenas motos para la vida diaria, especialmente la Yamaha. Ésta tiene el manillar un poco más elevado que la Brutale y una posición menos agresiva en general, con los estribos a media altura y más peso sobre el tren trasero. La zona del depósito es muy estrecha, tienes la sensación de tener una moto muy ligera debajo de ti. La MV Agusta es más deportiva, con el manillar un poco más bajo, los estribos algo más elevados y el cuerpo más integrado en la moto, pero pesa lo mismo que la MT-09 y en ambos casos el asiento ronda los 800 mm, con un poco más de altura en el caso de la Brutale. Se manejan con facilidad en ciudad, pero es cierto quela japonesa gira más y al llevar el cuerpo en una posición más erguida pilotas con más fluidez.
Con 190 kg en lleno las dos son ágiles y agradecidas cuando hay que hacer maniobras a baja velocidad. Ninguna de ellas destaca por el buen tacto de su embrague, ni del acelerador en ciudad, de modo que te tienes que acostumbrar en las maniobras abrir-cerrar entre el tráfico. Es curioso este punto, ya que sobre el papel. los tricilíndricos tendrían que ofrecer un tacto muy lineal, pero lo cierto es que además de la configuración mecánica, la gestión electrónica juega un importante papel en lo que transmite una moto. Una vez sales de la ciudad y dejas atrás todas las miradas que ambas atraen cada vez que paras en un semáforo, te encuentras con lascaracterísticas inherentes a las naked, que básicamente se pueden resumir en la falta de protección aerodinámica.
La MV Agusta tiene una pequeña carcasa sobre el cuadro de mandos que desvía más aire del que parece y además el cuerpo, como he dicho antes, queda bien integrado tras el voluminoso depósito. Así que tienes la sensación de sentir menos el impacto del viento que en la Yamaha, en la que el alto manillar y la ausencia de carrocería dejan al piloto más expuesto. Coinciden las dos en que sus asientos no son especialmente cómodos para realizar tiradas de más de 100 km, ya que sus mullidos no son muy generosos. En lo que sí supera la japonesa a la italiana es en la finura de funcionamiento, que se nota especialmente en las menores vibraciones de motor y el mejor tacto de cambio. De modo que cuando mantienes cruceros en autovía resulta más suave y agradable. Si te pica la curiosidad durante el viaje, la Brutale te permite manipular la información del cuadro desde el mando de la piña izquierda. Puedes moverte entre el cronómetro, los ajustes del control de tracción, el cambio semiautomático y la información convencional. También te informa de la marcha engranada y el mapa de motor elegido, que se cambia con el botón de arranque. Para manipular la información en la compacta instrumentación de la MT-09 tienes que soltar las manos del manillar, ya que se maneja desde el propio cuadro.
A cambio ofrece indicador de nivel de gasolina, consumo medio e instantáneo y temperatura del aire, unos datos que no están en su rival, ya que la Brutale hereda el cuadro de las deportivas de la marca y por lo tanto su información está más destinada a este campo.
El lado oscuro
Sobre el papel la MV Agusta parece un poco más deportiva, ya que cuenta con un rígido chasis multitubular de acero y componentes de calidad en su parte ciclo, como la horquilla invertida Marzocchi de 43 mm, el amortiguador Sachs, ambos multirregulables, y las pinzas Brembo radiales. La Yamaha en cambio confía en un doble viga de aluminio muy estrecho, con una horquilla invertida de 41 mm y amortiguador progresivo, regulables solo en dos vías, y también frenos con pinzas de anclaje radial. En cuanto al peso, como he dicho, apenas hay diferencias, al igual que en la geometría de dirección, pero sí se nota la diferencia en el reparto de pesos, donde la Brutale carga más del piloto sobre el tren delantero. Desde los primeros compases en conducción en carretera esta última ofrece un tacto más deportivo, debido a esa mayor firmeza de suspensiones y rigidez general. Su horquilla aguanta muy bien todas las maniobras y trabaja muy bien en consonancia con las pinzas Brembo de cuatro pistones, que junto con su bomba Nissin, ofrecen más potencia que las de la Yamaha.
La Brutale es una moto con menos transferencia de pesos y precisa, especialmente cuando la carretera no está muy bacheada. Esto se debe a que el amortiguador trasero es duro y eficaz al acelerar, pero también algo seco en las irregularidades del asfalto. La MT-09 se mueve muy bien en conducción normal y es estable en las curvas rápidas con buen asfalto, como las que encontramos en la autopista. A cambio, tiene unas suspensiones con poco freno en sus hidráulicos y eso hace que sea imprecisa cuando la fuerzas un poco o al pasar sobre baches. Además, no tienes tantas sensaciones de lo que hace el neumático delantero, de modo que te da menos confianza que su rival entrando en curva. Aun así es divertida y poco exigente en una conducción a ritmo medio, que es el que se suele llevar en carretera. Las dos ofrecen la práctica opción de montar ABS, por 700 euros más en ambos casos.
Cuestión de tres
Durante mucho tiempo los motores de cuatro cilindros en línea han sido los más utilizados en casi todas las categorías, porque al final reúnen una serie de características que los hacen prácticos, utilizables y con altas prestaciones al mismo tiempo. Pero vivimos una época de cambio, en la que ya no importan las cifras máximas y los usuarios buscan salir de la rutina sobre sus motos. Así que los tricilíndricos están en un buen momento, por esa personalidad y por el buen equilibrio que ofrecen entre par y capacidad para subir de vueltas. El motor italiano se caracteriza por su cigüeñal contrarrotante y sus carácter deportivo: alta compresión (13,3:1), elevada potencia (125 CV declarados) y alto régimen de funcionamiento (13.250 rpm).
La MT-09 equipa un propulsor de tres cilindros y 847 cc totalmente nuevo, que por su respuesta se asemeja a los motores «cross-plane» de la R1 y la MT-07. Las diferencias entre nuestras protagonistas son notables desde que las pones en marcha, dado que la mecánica de MV Agusta ruge a un tono mucho más alto, señal de que se trata de un motor «más cabreado». Antes de salir hay que elegir el modo de motor que utilizaremos, en los dos casos se puede variar con solo pulsar un botón. En el caso de la Brutale hay cuatro disponibles: Sport, Normal, Rain y Custom, con potencias que oscilan entre los 115 CV del más deportivo y los 96 CV del ideado para la lluvia. Por su parte, en la Yamaha podemos elegir entre tres modos de motor (A, B y Std), que se diferencian en la respuesta al acelerador, aunque sin demasiadas variaciones en los valores máximos (106 CV en el Std y 95 CV en el B).
Los primeros compases son más difíciles con la moto italiana, ya que independientemente del modo que utilices tiene una respuesta un poco brusca en el primer toque y luego una entrega irregular de la potencia. Y eso que la electrónica MVICS ha recibido, desde que apareció este modelo, varias actualizaciones de software y una de hardware, así que es mucho más precisa. Una vez le coges el pulso al acelerador electrónico te encuentras con un motor rabioso, lleno de potencia y de carácter, que te hace sentir como en cualquier deportiva si le buscas las cosquillas. Una vez la escala de las revoluciones llega a las 7.000, entra la potencia a raudales y sigue subiendo con ganas hasta el corte de encendido a 13.000 rpm, al que llega muy suavemente y encendiendo una luz en el cuadro.
El cambio semiautomático EAS, que viene de serie, te permite empalmar marchas sin cortar gas y es una delicia. La MT-09, a pesar de que la marca introdujo muy pronto y de manera excelente el acelerador electrónico (YCC-T), también tiene un primer tacto de gas brusco, algo que se minimiza en el modo B. Pero una vez abierto el acelerador, la respuesta es directa, contundente y el motor es una delicia en cuanto a su suavidad de funcionamiento. También es potente y te tienes que agarrar bien al manillar si estiras las marchas, aunque suba un poco menos de vueltas y rinda 10 CV menos que el de la Brutale. Tiene a su favor, además del tacto general, el menor consumo de combustible, pero no dispone de control de tracción. En cualquier caso es un motor tan agradable como efectivo