Comparativa Naked: Ducati Monster 696, Kawasaki ER-6n y Suzuki Gladius 650

Las naked representan uno de los lados más lógicos del mercado por su carácter funcional, su cilindrada, sus prestaciones y su notable confort. Y sin embargo gozan de un poderoso atractivo, marcado por su desnudez, su imagen vanguardista y un comportamiento excitante.

Oscar Pena Fotos: Lluis Llurba Colaboran: Carlos de la Fuente, Marco Blanco

Comparativa Naked: Ducati Monster 696, Kawasaki ER-6n y Suzuki Gladius 650
Comparativa Naked: Ducati Monster 696, Kawasaki ER-6n y Suzuki Gladius 650

Ducati Monster 696, Suzuki Gladius 650 y Kawasaki ER-6n son motos polivalentes y aptas para un extenso número de usuarios. Y además de por sus cualidades, son interesantes por uno de los factores determinantes en los tiempos que corren: su precio.

Y es que por poco más de 6.000 € puedes comprar cualquiera de las dos japonesas (y de 7.000 la europea), adquiriendo en la operación una moto atractiva estéticamente, con alrededor de 70 CV reales, capaz de superar los 200 km/h, y con un consumo que ronda los 5/6 litros.

Algo que no es poco. Además, nuestras tres protagonistas son muy apropiadas para los que tienen menos experiencia en moto, o simplemente para los que por su altura tienen problemas de adaptación a otros modelos más voluminosos.

De las tres, la Kawasaki es la única novedad tras la remodelación experimentada recientemente y de cara a 2012. Gladius 650 y Monster 696 son las mismas desde hace unos años. A modo de introducción, la Ducati destaca por aportar la mayor dosis de glamour y deportividad, y ofrece un escalón más en cuanto a equipamiento.

La Suzuki es la más fácil, suave y sencilla a la hora de conducir. Y la Kawasaki está en una especie de medio camino, aportando más sensaciones que la Gladius, pero sin llegar a ser tan pasional como la Ducati.

Y todas ellas, sin discusión, tienen como único inconveniente real la ausencia de protección aerodinámica, que se aprecia especialmente cuando hace frío. Precisamente es en su desnudez donde reside gran parte de su atractivo...

La Monster 696 es la más pequeña y económica de la conocida saga producida por la factoría de Borgo Panigale, y tras unos cuantos años desde su última remodelación profunda, sin duda se ha asentado con éxito en el mercado.

Es la más compacta de las tres y su manillar plano está ubicado más bajo. La postura es peculiar pero no incómoda, dado que los estribos están elevados y son algo cortos. Esto hace que te cueste un poquito más adaptarte, aunque te alienta a la acción.

La Kawasaki es en este aspecto algo más convencional, especialmente en la zona delantera. No así en lo referente a los estribos, que se perciben igualmente altos. Y por su parte la Suzuki es claramente la más accesible por posición de conducción.

Todas son agradables y cómodas, pero ésta está un paso por encima por naturalidad a los mandos. También es la que ofrece un tacto de los mismos más suavecitos, un giro de manillar más amplio y mayor soltura entre el tráfico. Desde luego parece dirigida a un público menos experto y se erige en un arma muy lógica dentro de la ciudad, pero da para mucho más.

Eso sí, transmite menos sensaciones intensas al rodar. En este aspecto la Monster 696 marca la diferencia, y no solo por su peso, ostensiblemente inferior, que la hace más ágil y divertida en cualquier ambiente.

Y eso que la Gladius siendo tan pesada como la ER-6n es tan sumamente fácil que lo parece aún más. Como Ducati que es, la Monster 696 no puede ocultar su espíritu deportivo, bien armonizado con un talante equilibrado.

La rigidez de su chasis tubular y la mayor firmeza de las suspensiones la colocan por encima de sus rivales, y se muestra más firme en curvas rápidas y bajo frenadas o aceleraciones intensas. Es noble y nunca emite movimientos extraños.

También es en la que, para aprovechar sus posibilidades dinámicas, hay que hacer más kilómetros a sus mandos, o bien ser un ducatista consagrado. En las motos japonesas las reacciones son más predecibles, y el tacto más «blando», que no peor. Es otra forma de comportarse porque a la hora de la verdad son prácticamente igual de efectivas que aquella.

También es cierto que la calidad de algunos componentes se aprecia especialmente cuando buscas una conducción deportiva, y aquí la Monster, también más cara, es superior. Los frenos son mejores en la italiana, por mordiente y por tacto, y las suspensiones también, aunque sobre asfalto irregular son ciertamente secas.

Otros detalles de acabado y materiales utilizados marcan igualmente la diferencia a favor de la italiana. Destacamos el acertado trabajo de horquilla y amortiguador de la nueva ER- 6n, realmente progresivas y equilibradas en cualquier circunstancia, y claramente mejores que en la versión anterior.

Las de la Gladius trabajan bien, son más blandas que las de las otras dos, con más diferencia con la Ducati que con la Kawasaki, y su dirección da la sensación de estar menos asentada que en sus rivales a alta velocidad, aunque siempre es noble y da suficiente confianza.

En realidad, las medidas generales, las cotas del chasis, el tipo de suspensiones, etc., tienen una gran cercanía entre ambas motos japonesas.

Las tres comparten número de cilindros y prácticamente cubicaje, pero tienen características particulares.

El Desmodue de la Monster, con refrigeración por aire, es el más poderoso y es capaz de rendir 72 CV de potencia máxima en nuestro banco, a pesar de subir 1.000 rpm menos antes del corte de encendido.

Su entrega es sensiblemente más agresiva, ya que hasta las 6.000 rpm los caballos llegan con algunos altibajos. El embrague, gracias al APTC, tiene un tacto suave en la maneta y admite cualquier reducción brusca. No obstante, el recorrido de la misma es escaso y un pequeño inconveniente en uso ciudadano.

El sonido de su escape es el más excitante y agresivo, en concordancia con el resto del conjunto. Se agradece el testigo de sobrerrégimen localizado en el cuadro de instrumentos, mientras que el consumo, sin llegar a ser elevado (poco más de 6 litros a los 100 km), es sensiblemente superior al de sus rivales.

La Kawasaki y la Suzuki se parecen más en sus cualidades, a pesar de que los dos cilindros de la Kawasaki están en línea y los de la Suzuki en V a 90º (como la Ducati), pero es que su rendimiento es muy similar. La ER-6n es bastante suave, ligeramente menos que la Suzuki pero más que la Ducati. Sus vibraciones quedan perfectamente filtradas a través de los «silentblocks» y las gomas de los estribos.

Su entrega de potencia es lineal y la curva está llena desde medio a alto régimen. Ha sido la que menos potencia ha desarrollado en el banco, pero las diferencias no son muy significativas, y nada importantes en este tipo de monturas.

El tacto de la palanca de cambio es un poco más esponjoso que el de sus rivales, y más cómodo, aunque no es un prodigio en precisión. El de la Ducati es algo tosco y un punto que juega en su contra. Por último el V a 90º de Suzuki es el referente de las tres en términos de suavidad de funcionamiento.

Su respuesta es la más agradable, y entrega unos buenos 71 CV de potencia máxima. Y lo mejor es que lo hace de forma lineal, y con genio de 7.000 a 10.000 rpm. El cambio es una maravilla y las vibraciones que pueda emitir el motor pasan totalmente desapercibidas. Sin duda la Gladius, a pesar de percibirse algo anodina, sorprende por su suavidad, sus buenas prestaciones y su equilibrio general.

La nueva ER-6n es por su parte eficaz en cualquier ambiente, y una excelente montura para todo. Y la Monster 696 tiene ese «algo» tan particular que representan los modelos salidos de la factoría de Borgo Panigale.