Los cuatro ejemplos que este Supermatch te propone no son ni mucho menos los únicos, pero sí algunos de los más rentables que puedas encontrar hoy día en el mercado; puede que tengas en mente motos más baratas, pero posiblemente no lleguen al nivel de nuestras cuatro protagonistas. Nada más y nada menos que Honda CBF 600S, Kawasaki ER-6f, Suzuki GSX-F650 y la Yamaha Diversion XJ-6F. Tal vez hayas encontrado una similar a éstas en esa tienda por la que pasas a diario donde venden todo tipo de motos de segunda mano, pero… ¿vas a eludir el gustazo de estrenar toda una sport turismo por una diferencia tan pequeña de dinero? Yo que tú me lo pensaría.
Y es que las motos que te traemos a estas páginas son auténticas virtuosas del mundo de la moto. Vale, de acuerdo, las versiones naked de nuestras carenadas son más baratas, también las que prescinden de ABS, pero si lo tienes todo por un poquito más, merece la pena. Es, en otras palabras, lo que te comentaba en el párrafo de arriba en relación con las supuestas 'gangas' de segunda mano. Todo irá mucho mejor con esa pequeña aportación extra: cilindrada decente, potencias para disfrutar de todo un poco, carenados integrales que además de proteger más realzan la imagen de la moto, sistemas antibloqueo, llaves codificadas… Además de conocer tu moto desde el kilómetro cero.
La propia denominación, sport turismo, lo dice casi todo de estas motos, incluso mucho más que el poder contar con un completo paquete de utilización tan versátil como divertido. Te vales de consumos parcos a ritmos más o menos legales, revisiones que no disparan peligrosamente su precio, así como una conducción al alcance de prácticamente cualquier usuario independientemente de su nivel. Todo ello lo lleva demostrando durante años Honda con su CBF 600 S, una moto que eleva los cánones de la polivalencia y el confort a niveles que no imaginas en un modelo de gama media.
Tal vez por eso su precio ha resultado ser un tanto elevado respecto a la competencia, lo que en cierto modo le ha perjudicado costándole aparecer en los primeros puestos de los listados de ventas. Pero la calidad se vende por sí misma y su buen hacer no ha pasado desapercibido para los más exigentes. Kawasaki lleva tiempo siguiendo la política del precio imbatible, y qué duda cabe que le ha funcionado a tenor de los resultados, sobre todo con la versión naked de la que hoy traemos a este Supermatch. De nuevo te repito lo dicho más arriba: ¿no te vendrá mejor la 'efe' que la 'ene' por un poco más?
Suzuki ha seguido la misma política, pero cambiando el nombre de la saga para separar sus incombustibles Bandit de las no menos afamadas, y carenadas a tope, GSX-F de los 80 y 90. Aunque lleva unos cuantos años entre nosotros, sigue gozando de una salud a prueba de bombas. Por último, Yamaha logró renovar por completo la Yamaha FZ6 esdoblándola en la Yamaha FZ8 y las XJ6, las de 100 CV por un lado y las de 76 CV por otro. Una brillante idea que abre el acceso a todo tipo de usuarios sin distinción. Es esto precisamente lo que persiguen las motos de esta prueba. Veamos cómo lo plantea y resuelve cada una.
Honda CBF 600S
Las siglas CB significan mucho para Honda y, por ende, para gran cantidad de usuarios que durante décadas han disfrutado de motos tan atractivas como fiables. Hoy en día, con la saga CBF todavía vigente gracias a las mejoras obtenidas respecto a la primera versión, se posiciona como una de las opciones más interesantes del mercado en su sector. De entre el grupo aquí reunido, es la única que cuenta con chasis de aluminio, lo que se ve reflejado en un peso francamente contenido, igualando el de la Diversion y bastante por debajo de la GSX-F. Mientras pilotas esta CBF te viene a la cabeza aquello que se suele decir del 'tacto Honda': todo es una auténtica delicia, desde el embrague, pasando por un cambio absolutamente delicioso, la racional posición a los mandos o el acabado general de una moto que convence más por sus cualidades que por una estética algo ecléctica.
Es posible que no atraiga las miradas de los viandantes, especialmente vestida con el color negro de nuestra unidad de pruebas, pero sin embargo el piloto que la conduce será uno de los más felices que puedas encontrar a muchos kilómetros a la redonda. Moverte con esta Honda es tan fácil que hasta te despreocuparás de compensar la frenada con el pie derecho… Ya lo hace ella por sí sola gracias a su sistema combinado. Cualquier maniobra es sencilla y fluida, en gran parte debido a un acertado diseño del asiento, mientras que el manillar coloca las manos según caen sobre los puños y las piernas se flexionan lo justo para colocar los pies sobre los estribos. Todo en ella es natural, nada es forzado. Tal vez sólo pediría una pantalla de regulación rápida como la CBF 'grande', ya que cuando sales a carretera comienzas a darte cuenta de que deberías haber subido su posición antes de cerrar la puerta del garaje. La protección queda algo justa situada abajo y merece la pena el esfuerzo para resguardarte tras ella sin tener que agachar la cabeza. Los kilómetros a sus mandos no son los que indica el mapa y, aunque vas sentado bastante erguido, las posaderas apenas se resienten.
El mullido del asiento es el que debe ser, ni mucho ni poco, pero lo suficientemente confortable como para aguantar largos recorridos sin queja por tu parte. Incluso gracias a un peso reducido, las salidas a carreteras de montaña son bienvenidas con rápidos cambios de dirección y una seria velocidad de paso por curva, ¿o sólo pensabas divertirte en tramos interurbanos?
Kawasaki ER-6f
Si la CBF nos parece ágil y juguetona, espérate a subirte a la Kawasaki. Desde luego sabe muy bien jugar su baza de bicilíndrica, con una estrechez y rapidez de movimientos digna de un boxeador en plena forma. La inmediatez de reacciones de su motor es extraordinaria, tanto que terminas abusando de ella. Tal vez la energía de sus pulsaciones transmitidas en forma de vibraciones, comiencen a molestarte en un principio… sobre todo si vienes de un «tetra» como el de la CBF, pero más tarde acabas exprimiéndolo sin caer en la cuenta de ello. Además, si no abusas de la zona alta de su nuevo cuentavueltas, los consumos serán tan contenidos que reducirás más de lo que esperabas las visitas a los surtidores del camino.
Sentado en la Kawasaki, llama la atención la postura, con un manillar alto y ancho que no fuerza nada la zona superior del cuerpo, pero en cambio los estribos se colocan algo altos y atrasados, obligando a una posición que sí logra apretar un poco las rodillas, sobre todo si superas la media en talla. La conclusión es que te va a costar trabajo tocar con los estribos en el suelo si practicas una conducción agresiva de montaña, pero a cambio circularás ligeramente forzado si te mueves a diario en tramos urbanos. Aquí la agilidad resulta extrema, con un amplio giro de la dirección que te permite maniobrar en un palmo de terreno, mientras que la progresividad del embrague no parece querer relacionarse con la suavidad del cambio. Resulta algo tosco a bajo régimen, aunque afortunadamente es una sensación que desaparece a medida que subimos el régimen de giro; también el recorrido de la palanca podría ser más corto, pero pronto te acostumbras, y no llega a ser un serio inconveniente.
En carretera las vibraciones pueden llegar a molestar en los estribos, pero a poco que te concentres en la conducción ni te percatarás de ello, sobre todo cuando la carretera comienza a serpentear y la aguja del cuentavueltas se sitúa cada vez más arriba. Pese a que el cambio no es demasiado rápido, la inmediatez del tacto de gas al mínimo giro con el motor a medio régimen convierte a esta Kawasaki en toda una luchadora de fondo. Aquí agradeces la altura de los estribos y el buen trabajo en general de los frenos, si bien la horquilla no resiste con firmeza en caso de abusar de la maneta derecha.
Suzuki GSX-F650
Dicen que hoy día un valor seguro es, en caso de contar con liquidez, tenerlo bien guardado en un lugar a salvo de los bancos… Nada de compras de activos tóxicos ni ideas por el estilo. Yo iría más allá en el caso de las cuatro integrantes de este Supermatch. Todas ellas son valores seguros, y si apuestas por ellas lo harás a 'caballo ganador'. Sin embargo, la Suzuki va un poco más allá en este concepto al ser una moto que se ha beneficiado de un larguísimo recorrido en su evolución. Si ya de por sí las primeras Bandit ofrecieron un magnífico rendimiento con el probadísimo tetracilíndrico refrigerado por aire y aceite SACS, el posterior de agua subido a 650 centímetros cúbicos no se ha quedado atrás. Si a ello le sumas un esbelto carenado integral y un manillar ligeramente más plano para facilitar una conducción polivalente a tope, no tan urbana como en las Bandit, el resultado es una moto 'todoterreno' como la GSX-F 650. Por ella no pasa el tiempo y sí las satisfacciones de sus múltiples usuarios, entre los que tal vez te encuentres.
Si es así, tal vez tengas alguna que otra queja en cuanto al peso del conjunto, un detalle en el que esta Suzuki no ha reparado hasta ahora; tampoco ha incidido demasiado en los consumos a ritmos más o menos elevados, donde la GSX-F termina desmarcándose de sus rivales con registros de los que no se enorgullece precisamente; eso sí, le salva el enorme depósito de 19 litros. Pero lo cierto es que el resto es casi, casi impecable. Sentado a sus mandos resulta imposible echar en falta cualquier detalle. El triángulo manillar, asiento y estribos parece estar pensado para todo tipo de pilotos. La altura del asiento podría recortarse para mantener bajo control el peso con mayores garantías. En cierto modo, y sobre todo si eres piloto de talla corta, necesitarás cierto entrenamiento para no acabar en el suelo trastabillado en una maniobra en parado…
Pero sin duda una de las grandes aficiones de esta GSX-F es la de viajar tan lejos como la economía te lo permita. A ritmos más o menos legales, esta Suzuki arroja consumos moderados y sólo si llegas con la hora pegada notarás cómo desaparecen del indicador de gasolina una tras otra sus rayas con cierta celeridad. Ahora bien, la sensación de confort, incluso rodando a ritmos elevados, es plena a sus mandos. La pantalla cubre con bastante dignidad y sólo si echas en falta más protección tendrás que echar mano de la que la propia marca ofrece como opción. El asiento, por mullido y dimensiones, es casi perfecto para soportar largas jornadas en moto, si bien el pasajero no disfrutará tanto por unos estribos demasiado altos. En cambio, en cortos tramos urbanos apenas será un hándicap; el piloto sí tendrá uno añadido: moverte entre coches salvando la integridad del enorme silenciador lateral…
Yamaha Diversion XJ-6F
He aquí un problema por el que la Diversion pasa de puntillas. El diseño del conjunto catalizador y silenciador resulta tan compacto y bien situado, bajo el motor, que no sabrás dónde está si no lo buscas a propósito. No aparece por ningún lado, no sobresale, no molesta. Simplemente pasa desapercibido. Ésta no es más que una de las ventajas de un largo listado que atesora Yamaha en su XJ6 Diversion F, entre la que también sobresale una descarada agilidad que le permite maniobrar sólo con pensarlo. Si su asiento fuera sólo un poco más bajo, acabaría despuntando como el arma definitiva para la ciudad entre sus iguales; también podría llegar a serlo por un lugar cuidado para el pasajero, aunque aquí resulta mejorable la disposición de las asas: se integran a la perfección en el conjunto, pero resultan poco eficaces si el que pilota lo hace con brusquedad…
Como quiera que el que conduce suele ser el que paga, habrá que soportarlo, o dicho con otras palabras, si nadie te quiere acompañar desde el asiento trasero, entonces no necesitarás excusa para disfrutar de la Diversion en lugares tan excitantes como cualquier carretera de montaña. Lo equilibrado de la parte ciclo permite, junto con un motor con ganas de rodar arriba, exprimir una moto de apariencia seria pero que lleva dentro de sí genes deportivos en lo más profundo de sus diapasones. Frenos correctos, horquilla regulable y rápida de reacciones, la Diversion hace honor a su nombre en una falsa traducción al castellano. Algo que ni mucho menos impide el hecho de que en recorridos largos tampoco aparezca un cansancio excesivo; eso sí, la protección aerodinámica no es de las mejores aunque si la buscas, la encontrarás tras su pequeña cúpula de anclaje fijo.
Por último, y si eres un manitas con la mecánica de mantenimiento, seguro que aprecias un buen caballete central de serie. Sólo lo encontrarás en la Diversion y en la CBF, dos ejemplos en los que no se ha escatimado en seguridad y atenciones al usuario a la hora de estacionar la moto o, simplemente, mantenerla en orden de marcha con un mínimo y básico mantenimiento. Excelente iniciativa.
De nuevo recurrimos a la economía para hablar de valores en alza. En los mercados de hoy pocos encontraremos, a no ser que recurramos al mundo de la moto, donde vemos cómo las económicas y polivalentes ganan terreno frente a otros modelos más, digamos, especializados y caros. Bajo este planteamiento, queda claro que estas cuatro motos son auténticos valores en alza que requieren pocas atenciones por tu parte. Si de lo que se trata es de disfrutar de la conducción sobre dos ruedas con algo más que mínimas garantías de éxito en diferentes ambientes, ¿por qué no pensar en cualquiera de ellas? Por algo son, en tiempos de crisis, valores en alza, que se dice pronto…
En momentos como los que estamos viviendo ahora, es cuando motos como éstas cobran un merecido protagonismo. Sirven para todo y para todos sin ser especialistas en nada en concreto, lo que ya les lleva a un serio compromiso con un público que debe ser necesariamente inconformista. En este sentido y puestos a pedir, habría que reivindicar el uso del caballete central en este tipo de motos, algo en lo que sólo han tomado la iniciativa Honda y Yamaha. El hecho de pedir más calidad en ciertos componentes como suspensiones y frenos es algo que podría estar fuera de lugar, sobre todo a tenor de los precios que estamos barajando y que se contienen al máximo en busca de futuros compradores. Tal vez lo más importante de todo sea que cumplen con buena nota su cometido y que son suficientes para la gran mayoría de usuarios. Si tú eres uno de ellos y te gusta lanzarte a la aventura en viajes interminables, la GSX-F será una de tus favoritas, con la CBF y la Diversion pisándole los talones. En cambio, si te mueves más por ciudad que por otros círculos, la ratonera ER-6F sabrá recompensarte como mereces. Todo ello en función de lo que prefieras en cuanto a tacto de motor, ya que si te decantas por un 'tetra' lo tendrás más complicado al elegir entre tres de las cuatro compañeras del Supermatch. El bicilíndrico de la Kawasaki reivindica su condición con cierto nivel de vibraciones, pero éste no es uno de los problemas que empañen la grata labor de una moto extraordinariamente completa y entregada, de forma fiel, a la noble causa de servirte como elemento de transporte y diversión.
Honda CBF 600 S
1 La altura de la pantalla es regulable, aunque necesitas herramienta para ello; no sucede lo mismo para variar la del asiento.
2 El depósito metálico de 20 litros ofrece una excelente autonomía, que puedes controlar a través del indicador de nivel situado en el cuadro.
3 El tetracilíndrico deriva del empleado en la CBR600RR, y se monta sobre una estructura monoespina central de aluminio.
4 La CBF empleada para la prueba cuenta con el sistema C-ABS, beneficiándose de frenada combinada además de antibloqueo.
Kawasaki ER-6f
1 La pantalla del carenado puede ajustarse en tres posiciones, con una variación total de 60 mm.
2 El depósito crece en altura respecto al de la anterior versión en 20 mm, aunque su capacidad se mantiene en 16 litros.
3 La instrumentación es de nueva factura y recupera la esencia de la unidad que montara la primera serie, con cuentavueltas analógico en la zona superior.
4 En la zona derecha del basculante encontramos más novedades de esta ER-6f, como la forma asimétrica del mismo y el estilizado diseño del silenciador.
Suzuki GSX-F 650
1 Aunque la cúpula es fija, su tamaño y disposición es la correcta para desviar gran cantidad de aire sin pensar en modificaciones.
2 El frontal de la GSX-F evoca a la saga deportiva GSX-R, imitando el frontal de anteriores versiones. Dispone de dos ópticas superpuestas.
3 La GSX-F monta un asiento de dos alturas pero en una pieza, no en dos con opción de variar la altura en la zona del piloto como su hermana Bandit.
4 El tetracilíndrico en línea sigue siendo uno de los valores seguros de esta moto. Se agradece ese pequeño extra en cilindrada…
Yamaha Diversion XJ-6F
1 La posición de la pantalla es fija, aunque salvo si ruedas a tope no echarás en falta protección útil.
2 El tetracilíndrico en línea deriva de las anteriores FZ6, aunque modificado para ofrecer 78 CV a 10.000 rpm. Pierde potencia en alta, pero gana en bajos y medios.
3 El chasis es un tubular en acero con motor portante. El basculante también se fabrica en el mismo material.
4 La versión ABS supone un incremento en el peso del conjunto de 5 kilos, así como un precio 850 euros superior.