La evolución de las especies descubierta por Chales Darwin en el siglo XIX no solo se puede aplicar a los seres vivos. En muchas ocasiones, y aunque no estén sujetas a cambios tan lentos, las motos también las sufren. Desde un modelo inicial se van adaptando al medio, que en este caso son los gustos y necesidades de los usuarios, obligadas por el paso del tiempo y la llegada de nuevos depredadores, materializados en este caso por sus competidoras.
La Monster nació casi por generación espontánea en 1992, como un cataclismo genético, una mutación entre el motor de dos válvulas de aire y un chasis parecido al de las deportivas que salió tan bien como para llegar a ser el modelo más vendido de la firma italiana desde entonces, convertirse en mito, y crear a su alrededor todo un nuevo mundo.
Darwin
Pero desde ese momento inicial, desde ese «Big Bang» que supuso su nacimiento, las Monster se han tenido que adaptar a las leyes de los demás, a las necesidades del mercado y de la legislación, evolucionando con pasos perfectamente controlados por sus creadores, como si las leyes de Darwin, en vez de avanzar sujetas al azar y los errores del mundo de los genes, pudiesen manejarse de manera inteligente. La prueba es esta nueva y diferente Monster 1200, que nace en dos versiones, y que supone no solo un claro paso adelante, sino una moto que vuelve a diferenciarse de cualquier otra.
La razón ya no es únicamente su estética, que la sigue identificando como a una integrante de su saga, una moto que es su mecánica y un depósito de gasolina, con el resto de los elementos en una composición minimalista, sino una estructura que ha cambiado por completo.
Ducati comenzó a emplear el motor como una estructura totalmente portante en sus Desmosedici de MotoGP, y luego aplicó la receta a la Panigale. Las Ducati desde hace mucho tiempo han tenido el basculante anclado a la parte trasera del motor, pero en estas ocasiones, también lo hacía la pipa de la dirección a la delantera. La Monster 1200 sustituye el clásico chasis multitubular de cajón que recorre la parte superior por un pequeño entramado multitubular sujeto a las culatas, y este es todo el chasis si exceptuamos la silleta de los ocupantes, también sujeta por detrás al motor. Todos los elementos tienen el propulsor como punto de sujeción: el basculante monobrazo, el amortiguador trasero, las placas que sujetan los estribos, los radiadores, los tubos de escape, la pata de cabra…Para lograrlo las nuevas culatas han sido dotadas de protuberancias en las que se han mecanizado los soportes.
Amigable
Pero todos los cambios estructurales sufridos por la Monster no se han realizado simplemente para crear una moto diferente en su mecánica, sino para convertirla en un modelo mejor. El motor lo es, el 1200 de cuatro válvulas y refrigeración líquida de la 1198, pero con las especificaciones de los modelos menos agresivos, con un cruce de válvulas de 11º. Hay peculiaridades exclusivas como la colocación de los cuerpos de las mariposas dentro de la caja de aire o la inyección de la gasolina directamente sobre la válvula de admisión. Se ha construido un motor, que es el más potente instalado en este modelo, con 135 CV en la versión básica y 145 CV en la «S», 10 CV más logrados a base de cambios en la electrónica, pero también con una curva de par mucho más plana. En los tres modos de gestión: sport, touring o street, esta faceta se mantiene siempre.
Con un motor de respuesta constante y adaptable a nuestras necesidades y una total ausencia de vibraciones, el tercer punto sobre el que trabajar era la posición de conducción, y en estas nuevas 1200 te vas a encontrar con la agradable sorpresa que ya no conduces como un Cristo crucificado. El manillar es más alto y está más cercano a ti, ni más ni menos que 50 mm en cada caso, y ahora puedes conducir más retrasado y más cómodo. El asiento además tiene, por vez primera, la posibilidad de situarse en dos alturas, de manera que se adapta a ti mucho mejor, aunque en ambas, 810 mm y 785 mm, es bastante bajo.
Para serte sincero, en esta primera toma de contacto no hemos podido verificar las promesas deportivas de la nueva Monster. Nos pilló el temporal que asoló la semana pasada el archipiélago Canario, y con alarma naranja en Tenerife. Todas las carreteras que subían al Teide estaban completamente nevadas y cortadas, y con unas tormentas de viento y lluvia de aúpa, hicimos lo que pudimos pese al mojado asfalto. Quizás así nos hemos podido concentrar más en otros aspectos más allá de su comportamiento deportivo, en el óptimo funcionamiento del control de tracción, que actúa de manera muy progresiva y con mayor o menor intervención dependiendo de tu elección. La efectivamente mucho más cómoda posición de conducción, o la suavidad de funcionamiento en general.
Más polivalente
Con un depósito de gasolina de mayor capacidad, un asiento más espacioso y la posibilidad de integrar maletas como accesorio, está claro que Ducati ha buscado aumentar la capacidad rutera de la Monster 1200, pero no ha descuidado su lado deportivo. La versión S, que es la que hemos probado, dispone no solo de un motor algo más potente, sino de suspensiones Öhlins, frenos delanteros con discos más grandes y pinzas M50 en vez de M40, ambas con una bomba pequeña de 16 mm que proporciona un buen tacto sin la agresividad de otros modelos, y llantas mecanizadas. El tarado de las suspensiones, aunque totalmente regulable, es relativamente duro ya de serie, lo que va a asegurar la firmeza a alta velocidad, situación en la que la estabilidad sí pudimos comprobar que era absoluta, y esta moto ronda los 250 km/h de velocidad máxima. Un dato que corrobora las posibilidades deportivas de la nueva versión es que el chasis tiene el doble de rigidez a la torsión que el anterior, lo que va a favor de la precisión de la moto. El peso de la nueva unidad, que cuenta con cuatro litros más de gasolina es de 209 kg, lo que comparado con el de la 1100 EVO precedente es de 19 kg más, pero eso sí, con un balance diferente, con el peso más retrasado al colocar la batería y otros elementos eléctricos justo delante del basculante para mejorar la agilidad. Lo cierto es que ahora tienes una mayor facilidad para adaptar tu posición a cualquier situación, agacharse a alta velocidad o entre curvas, descolgar el cuerpo o simplemente conducir de manera relajada. Los espejos en esta última posición, por cierto, siguen dejándote ver nada más que tus brazos en la mayoría de su superficie.
Ducati va a comenzar a distribuir las Monster 1200 en marzo con precios de 13.490 € en el caso de la estándar y de 16.490 € en el de la versión«S», 3.000 € de diferencia en equipamiento que no todos van a querer asumir.