En el concesionario de Suzuki me enseñaron esta nueva evolución Suzuki SV1000S y acepté, al principio, con alguna reserva. Todas mis dudas y prejuicios se desvanecieron cuando me subí por primera vez en ella. Me enamoré del motor el primer día y hasta hoy me ha correspondido sin ninguna queja.
Ya había viajado bastante en moto, pero los primeros viajes con la SV me hicieron redescubrir el placer de conducir. Al principio, al pasar del manillar a los semimanillares se me dormían algo las manos, pero después fui aprendiendo a repartir el peso. De hecho, la moto ha terminado con unos aún más bajos y con unos estribos más altas. A poco que le dejes, la SV saca a relucir su faceta más agresiva.
Es una moto con un talante bastante deportivo que te va provocando y pidiendo cada vez una conducción más deportiva. Tanto es así, que tardé bien poco en pisar mi primer circuito con ella. Todavía recuerdo mi bautismo en pista, fue Almería. Después han venido un motón de rodadas en circuitos como Albacete, Cartagena, Cheste e incluso Calafat. Le hice un frontal y una quilla de fibra, y el día antes de cada rodada me entretengo en desmontar la moto para quitarle las cosas de calle y montarle la de pista. Para mí, es casi tan divertido como montar en moto.
Poco a poco fui combinado las salidas, los viajes y las rodadas. ¡Esta moto vale para todo!
En cuanto a los viajes, mi querida SV puede presumir de haberse recorrido prácticamente toda la geografía peninsular. Algún rinconcito queda, pero tiempo al tiempo, ya pasaremos allí. Con todos los km que tiene a sus espaldas, no se le conoce avería y nunca me ha dejado tirado. Por el contrario, su dueño si le ha dado algún que otro revolcón del que siempre se ha recuperado estupendamente.
El mantenimiento de la moto ha sido muy sencillo. Durante los dos primeros años pasó todas sus revisiones puntualmente cada 6.000 km en la casa. Aceite, filtros, bujías y poco más. Durante los primeros 10.000 km se le cambió en garantía la maza del embrague porque cogió algo de holgura y durante el periodo de la garantía también le cambiaron dos veces el empujador hidráulico del embrague porque perdía algo de líquido. Una vez finalizada la garantía, yo mismo le fui haciendo el mantenimiento. Filtro y aceite (sintético 10w40) cada 10.000 km y bujías cada 20. 000 km. El filtro del aire lo cambie por un BMC que lavó de cuando en cuando. Ha gastado tres kit de transmisión (lleva puesto el cuarto) y las pastillas me vienen durando unos 15.000 km.
A los 78.000 km se le hizo su primer y único reglaje de válvulas, se le cambiaron las cadenas de distribución, patines, tensores y todos los discos de embrague. La moto la verdad es que resucitó.
A los 80.000 km el amortiguador trasero dijo basta. Al montar un amortiguador moderno (Wilber) con un tarado bastante más deportivo, empecé a meter en problemas al tren delantero. La solución vino en forma de horquilla de GSX-R K7. Horquilla invertida, pinzas y bomba radial y un reglaje algo más cercano al de una «R». Conseguí así una combinación muy equilibrada.
¡Ah! la batería de la casa me duró 90.000 km. Por supuesto, cuando se gastó, le volví a comprar la misma.
Por el contrario, el claxon nunca llegó a funcionar más de dos mil kilómetros seguidos, y al final desistí y sólo lo arreglo para pasar la ITV. Sí que he gastado muchas ruedas, aproximadamente unos 20 juegos delanteros y unos 25 traseros. Esto se debe que salvo los neumáticos que traía de serie, siempre ha calzado ruedas muy deportivas que me servían igual para carretera que para circuito.
Hace algo más de un año, decidí pintarla y darle un look más moderno. La pobre tenía un par de arrastrones de Cartagena y el nuevo restiling le sentó de maravilla. Tengo que reconocer que a esta moto siempre le exigido el 100 % y no la he tenido que cuidar en exceso. El mérito de los 100.000 km es de un motor realmente brillante. Quizás, la única secuela que ha quedado con el paso de los kilómetros es el consumo de aceite, que no es que sea exagerado, pero hay que vigilarle el nivel.En fin, con todas estas vivencias a sus espaldas, el resultado es que puedo decir que estoy orgullosísimo de ella.
La vida de esta SV ha estado ligada al motoclub THRT de Alicante y al foro www.suzukisv.es. Desde aquí mis agradecimientos y mi cariño. No sé si un articulo de este tipo se puede o se debe dedicar, pero yo quiero hacérselo a mi hermano. Me acuerdo cuando compramos nuestra primera moto a medias y de cómo nos las ingeniamos para sacarnos el carnet. Si hoy vivo la moto como la vivo, en parte es gracias también a él.