Buell 1125 R

En exclusiva, las primeras impresiones de la superbike americana. Hemos sido invitados al circuito de Laguna Seca, California, a una prueba dinámica de la Buell 1125 R, la nueva superbike americana, animada por un motor Rotax diseñado en exclusiva para Buell. Estas son las impresiones que nos ha causado, en exclusiva para los lectores de Motociclismo.es.

Buell 1125 R
Buell 1125 R

El alma de la Buell 1125 R es un nuevo motor Helicon desarrollado en colaboración con su fabricante, Rotax. Frente al anterior motor Sportster, que utilizan los anteriores modelos deportivos de la gama, este supone un paso de gigante. El Helicón se muestra potente desde poco más de 2.000 rpm hasta las 10.000 rpm, punto en que entrega la potencia máxima y debes cambiar de marcha.

Más impresionante que la curva de potencia es la de par motor, ya que entrega prácticamente el noventa y cinco por ciento de sus 11,3 kgm desde 5.000 rpm hasta la raya roja.

Precio: 13.000 € aprox.

Disponibilidad: Finales de 2007



Puedes rodar en la marcha que debes, pero el motor te permite llevar una marcha menos en la Buell 1125 R sin resultar desagradable por estresante, o una o dos marchas más y encontraras respuesta cuando abras gas. De veras han hecho un gran trabajo y han desarrollado una inyección de toberas enormes (61 mm) y que, sin embargo, funcionan bien a todo régimen. El cambio de la Buell 1125 R resulta igual de fino que el de sus rivales japonesas de última generación: poco recorrido recorrido de palanca y precisión asombrosa.

El embrague incorpora un sistema similar al que ya conocemos en las Aprilia RSV, que, con el vacío de los conductos de admisión, afloja la presión del diafragma del mencionado embrague al cortar gas y eso lo convierte en un antirrebote suave, progresivo, imaginativo y muy efectivo. Un diez para el motor, vamos.

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Bastidor y frenos
El bastidor de la Buell 1125 R es rígido y forma un todo con el motor, diseñado para ser parte integrante del conjunto. Es más, Rotax esperó a las indicaciones de Buell para colocar los anclajes en el lugar debido, lo que es sin duda mejor que partir de unos puntos estándar que obligan a construir el bastidor con compromisos.

La suspensión trasera es sencilla pero efectiva y cuando más rápido vas menos notas nada detrás. Tan sólo pasarse de frenada y levantar la rueda trasera marca pequeñas diferencias con otros sistemas más progresivos. Pero no nos engañemos, para el segmento que busca esta moto, el amortiguador trasero cumple de sobra.

Delante Buell 1125 R hay una horquilla, también Showa, de 47 mm de diámetro de barras, y a fe que funciona como es debido, porque nunca mostró una vacilación; todo lo contrario, se comportó firme y segura, y era capaz de absorber todo, incluso frenadas a la desesperada.

Precisamente, en este tipo de acciones, hace su aparición el freno delantero, con su maxidisco perimetral que tiene una sensación diferente en uso extremo, pero que es potente y progresivo en todo momento. El trasero es un mero apoyo, como pasa con los humanos y algunas humanas, y resulta curioso no ver la pinza si no te tiras encima de ella, pues va oculta y ahorra peso eliminando el tirante de reacción.

Posición de conducción
La posición de conducción en la Buell 1125 R es cómoda, se notan los estribos altos pero no exagerados, y el manillar tiene una curiosa forma de adelantarse a la pletina para que una moto tan corta no resulta imposible para los tipos altos. Esto desplaza también hacia delante el semicarenado, que va más allá del eje de la rueda delantera, y que conjuntamente con «las orejas laterales» que alojan los radiadores y sus ventiladores, conforma una parte delantera llena de personalidad y que te puede gustar a la primera o tardar un poco más, pero que no va a ser un problema a la hora de elegirla.

El colín es discreto y fácilmente convertible en asiento trasero, lo que multiplica las posibilidades de este modelo.