Su nombre, Rieju MIUS, viene acompañado del tan actual «3.0», porque a pesar de su simplicidad y contenidas prestaciones no renuncia a ser un producto que ha tenido muy en cuenta la oferta eléctrica existente. Bien es cierto que no es un scooter tan polivalente como la todavía dura competencia alimentada por gasolina, más que nada por su limitación en la autonomía, del orden de 30 a 35 kilómetros (según su modo de uso) que lo restringen a un escenario prácticamente urbano.
Así como las prestaciones, la aceleración en el inicio de marcha no es tan impactante -en realidad, nada- con el objetivo de preservar los recursos de la batería. Ésta es de ión-litio con celdas Panasonic, de 48 voltios y 31 Amperios/hora, en total y su montaje se hace en Alemania. Cuenta con control de estabilidad electrónico para favorecer tanto su propia seguridad como la más óptima entrega de potencia, como decimos muy suave.
La batería del Rieju MIUS no se fabricará hasta que no se formalice el pedido del modelo.
Se aseguran 1.000 recargas mínimas, lo que equivaldría a unos 35.000 km recorridos, antes de que el sistema deje de ofrecer su rendimiento al completo. La recarga total se realiza en cuatro horas pero en dos ya tendremos un 80% de la carga con el cargador de 8 Amperios que trae incluido.
Como curiosidad no habrá unidades en exposición para ser inmediatamente comercializadas, sino que ya cursado el pedido en firme se mandará la orden de fabricación de la batería (en Alemania), estrenándola el cliente , lo que evitará que al empezar a usar el vehículo la batería haya perdido parte de su eficacia debido al periodo de almacenaje. Ésto supone una demora de unas ocho semanas y la batería tiene una garantía de dos años.
Rieju MIUS, movilidad individual urbana sostenible
Mobility Individual Urban Sustainable es la idea que defiende el modelo, es decir, un vehículo para un solo ocupante. A sus mandos la postura es cómoda y el funcionamiento de manetas y mando de acelerador están acordes a su fin, una conducción pensada en los desplazamientos de la ciudad con especial predilección por esas zonas peatonales compartidas con vehículos donde no es extraño encontrar señales con prohibición de circular a más de 30 km/h, o incluso menos.
El día de prueba, con lluvia fina constante y asfalto húmedo no era el más apropiado para ver sus límites... ¡o tal vez sí! Ninguna pintura del suelo nos desestabilizó en ningún momento al iniciar la marcha y frenos (discos en ambos trenes) o suspensiones cumplieron bien. Por cierto, el mando del acelerador es una célula sin desgaste (y no tiene regeneración).
La marca argumenta un coste de mantenimiento siete veces inferior al de un vehículo de explosión homólogo, y viendo los actuales precios del carburante nos lo creemos a pies juntillas. Pero habrá que ver qué pasa con los precios de la electricidad (por cierto, al alza) cuando la movilidad eléctrica sea más popular y otra fuente atractiva de ingresos...
La inquieta marca catalana no descansa y para final de año está previsto que la MIUS tenga un hermano mayor con el MIUS 4.0, mucho más elaborado que esta versión primeriza, con mejores prestaciones (dos marchas) y relegando a la 3.0 a flotas de vehículos.
