Honestamente he de reconocer que no esperaba grandes diferencias con el modelo precedente, sin embargo las hay, y lo que es más importante, se notan, principalmente en su propulsor que, aunque sigue siendo el conocido monocilíndrico refrigerado por aire, ahora se alimenta gracias a un sistema de inyección en lugar de un carburador.
Este cambio le ha sentado de maravilla. Su tacto ahora es más agradable y progresivo, permite "estirar" marchas hasta bien entrada la zona roja, y consigue recuperaciones bastante dignas teniendo en cuenta de que estamos hablando de una pequeña 125. También se han conseguido minimizar las vibraciones, que siguen siendo perceptibles, pero ahora de forma muy leve y en ningún caso molestas.
Estéticamente no pasa desapercibida, no sólo por sus brillantes cromados, también ayuda la nueva decoración naranja- ocre que, además, consigue el efecto de hacer que la moto parezca de mayor tamaño. Los intermitentes, siguiendo las últimas tendencias "tuneras", son ahora blancos en vez de amarillos. Sin embargo, un detalle que me ha gustado menos es que se ha eliminado la práctica palanca de arranque, muy útil si te quedas sin batería, o para ponerla en marcha en plan "purista".
En cambio no se ha eliminado la dichosa pata de cabra retráctil que se pliega en cuanto mueves la moto, con el consiguiente sustito. Menos mal que además disponemos de un sólido caballete para mayor tranquilidad cuando la dejamos aparcada en terreno poco fi rme o con cierto desnivel.
En cuanto a lo demás, se mantiene sin cambios reseñables, sigue siendo muy fácil de manejar al tener bajo el centro de gravedad y un ancho manillar tipo "cuerno de vaca", que nos ofrece un gran brazo de palanca. Las sencillas suspensiones cumplen sin más, siendo la trasera igual de seca que en la Daystar anterior. Por su parte, el equipo de frenos, disco delante y tambor detrás, se muestra más que suficiente para las características de esta custom.
El secreto del éxito
Sigue teniendo empaque de moto de mayor cilindrada y sus detalles cumplen a la perfección con lo que se pretende… Llamar la atención. Monta doble escape cromado, simulando ir dotado de un motor bicilindrico y plataformas en vez de estribos, con su correspondiente doble palanca, muy útil para no ensuciar los zapatos. El asiento, de dos piezas y a distinto nivel, es ancho y cómodo para el conductor pero pequeño y estrecho para el pasajero.
En defi nitiva, una "joyita" que va bien, se maneja con suma sencillez, tiene unos acabados que han subido un nivel, y encima sólo cuesta 100 euros más que el modelo anterior.