Suzuki Intruder M800

Una custom muy natural, Intruder M800. Para tener una custom no tienes por qué ser malo, ni tampoco aparentar serlo. Para ponerte a los mandos de tu custom no tienes que transformarte. Con la Suzuki Intruder M800 puedes ser tú mismo y tu naturaleza.

Texto: Víctor Gancedo | Acción: Carlos de La Fuente | Fotos: Lluis Llurba

Suzuki Intruder M800
Suzuki Intruder M800

Durante el tiempo que llevo montando en moto he de reconocer que he conocido a mucha gente. Usuarios de todo tipo y de un rango de edades muy amplio, con motos de todos los segmentos. Y siempre me han llamado mucho la atención los que yo considero transformistas, esos que cuando están lejos de su custom parecen de una manera y cuando están a los mandos de ella se les agría el carácter o, por lo menos, les cambia el gesto de la cara.

También es verdad que esto puede llegar a ser un nexo de unión entre varias capas sociales y personas de muy distinta condición que se sienten igualadas cuando se encuentran en eventos relacionados con sus motos. Creo que esto no es ni mucho menos malo, pero también pienso que no es necesario transformarse en ningún momento de la vida. Cada uno es como es y así es como cada uno debe vivir la vida. Por eso creo que si eres una persona "bien", no tienes ninguna necesidad de disfrazarte de "malo" para coger tu custom. Suzuki también lo cree así, y por eso su actual gama de este tipo de motos es realmente amplia, para adaptarse a todo tipo de condición social y formas de ser.

La Intruder M800 que ahora nos ocupa es vistosa, llamativa y al mismo tiempo discreta. Es una de esas motos que te permiten acudir a cualquier sitio con naturalidad. Con muy buenos acabados, una decoración alegre y unas características que le otorgan personalidad, como la horquilla invertida con un lanzamiento generoso, el cupolino que envuelve su faro o su diseño "low&long", la pequeña de la saga M de Suzuki es una moto que también destaca por un precio que se puede considerar interesante. Por 7.799 euros puedes hacerte con los servicios de un modelo que se ha renovado este año y que es muy aparente para su cilindrada.

Robusta y no tan radical
Para ser una custom media, la Intruder M800 destaca por la robustez de todos sus componentes. Los 259 kg que pesa sin gasolina son la mejor forma de demostrar que tiene mucha materia prima. Y eso que aletas, tapas laterales y cupolino son de plástico. Incluso el "dash-pannel" que incorpora sobre el depósito y la tapa del filtro de aire son del mismo material, aunque su aspecto cromado puede llevarnos a equivocación. La verdad es que todos los acabados son excelentes, incluyendo los cromados sobre metal del motor y los escapes. Por otro lado, la horquilla invertida le otorga un aspecto muy recio y personal al tren delantero, así como el neumático que la acompaña con una anchura de 130 mm. También la tija y la pletina superior de la dirección, además del grueso manillar, contribuyen a acrecentar el aspecto robusto de esta japonesa.

A primera vista la M800 parece una custom muy radical, pero en la práctica es una moto mucho más fácil de conducir de lo que aparenta y su comportamiento es bastante normal. La horquilla declara un lanzamiento generoso de 33,6º y ya he dicho que el neumático delantero es de los gordos, pero no se siente torpe y la verdad es que la dirección se mueve con bastante soltura.

También la posición de conducción es mucho más natural de lo que pueda parecer. Los estribos están ligeramente adelantados, pero lo justo para que no tengas que forzar las piernas para apoyar tus pies sobre ellos. También el manillar plano y ancho le confiere un aspecto ciertamente radical, pero éste se ancla sobre unas altas torretas que están curvadas hacia atrás y que se encargan de acercar los puños a nuestras manos. De este modo, la nueva M800 es una moto que en términos custom se puede calificar como confortable, si además tenemos en cuenta que el asiento posee unas formas acertadas y un mullido considerable, y que la suspensión posterior, aunque su recorrido no es excesivo, está acompañada de un sistema progresivo que suaviza las reacciones del eje trasero. Otro aspecto que contribuye a acrecentar el confort de marcha es el cupolino que incorpora en su frontal, que además de otorgarle personalidad en términos estéticos, también funciona y desvía el aire en cierta medida de la parte alta de nuestro cuerpo.

Discreta
En cuanto a su rendimiento, no es una moto que aspira a batir ningún récord. Con 45 CV verificados, tanto por carácter, como por planteamiento, es ideal para mantener ritmos legales. Si quieres puedes llegar a superarlos, pero la verdad es que es una moto que no te incita a correr y se disfruta mucho más manteniendo ritmos sosegados. Además, si la exprimes, vibra un poco más de lo deseado y rápidamente te percatas de que su bicilíndrico en V no ofrece demasiado a alto régimen.

En lo que respecta al tacto de sus mandos, la M800 es agradable. Presionar la maneta de embrague no supone apenas esfuerzo y el cambio cuenta con un accionamiento rápido, preciso y silencioso. Sólo el grupo trasero del cardan puede escucharse un poco a la hora de subir o bajar marchas.

La frenada mantiene la discreción del conjunto. La Intruder se conforma con un único disco de freno delantero y un tambor trasero. Aunque no son ningún exceso, ambos elementos cumplen, aunque, como buena y larga custom (su distancia entre ejes es de 1.655 mm), la utilización del freno trasero en combinación con el delantero es primordial a la hora de detenernos con la suficiente prontitud.

En definitiva y no sólo por el atractivo de su precio, la nueva Intruder M800 es una moto que irrumpe en el mercado con argumentos suficientes como para ser una de las más deseadas de su clase. Un modelo racional que te puede ayudar a vivir con mucha naturalidad y tranquilidad.