Victory Judge

La firma Victory Motorcycles ha madrugado y ya nos ha dejado probar su primer modelo 2013. Bautizado como Judge, se trata de una  custom muy atractiva y musculosa, cuyo precio ciertamente contenido puede hacer que caigamos en la tentación de poseer una Victory.

Víctor Gancedo. Fotos: Victory Motorcycles

Victory Judge
Victory Judge

Mientras la mayoría de fabricantes de motocicletas han perdido ventas en 2011, la firma Victory Motorcycles anuncia haber conseguido un incremento de sus matriculaciones de un 51 por ciento. Esto ha supuesto que de su fábrica de Spirit Lake (Iowa) hayan salido más de 10.000 motos el año pasado y en 2012 pretende seguir creciendo. Para ello, su personal está realizando una política de expansión en los mercados más importantes del mundo, pues en 2011 el 84 por ciento de su producción se ha quedado en Estados Unidos (70 por ciento) y Canadá (14 por ciento).

De este modo, la semana pasada fuimos invitados por Victory Motorcycles a la Alta Saboya francesa, muy cerca del mítico Montblanc, para conocer de cerca y poder probar su última novedad, la espectacular Judge. Propulsada por el conocido y enorme bicilíndrico en V a 50º de 1.731 cc, la nueva Judge (que traducido al español significa Juez), se desmarca de sus hermanas de saga al incorporar unas «pequeñas» llantas de aleación de cinco palos y 16” calzadas con unos aparentes Dunlop Elite II (de 130 mm delante y 140 mm detrás), que le otorgan un aspecto muy robusto al conjunto. Con respecto a basculante, chasis, motor y caja de cambio, este nuevo modelo utiliza los mismos elementos que las versiones varias de la Vegas.

Aparte de las llantas de diseño un tanto «cochero», una de las cosas que más diferencia a la Judge de los modelos de la familia Vegas es su musculosa y angulosa carrocería, con un depósito en el que caben hasta 17 litros de gasolina y unas tapas laterales diseñadas a modo de placa portanúmeros, muy indicadas para ser personalizadas. También el asiento de dos alturas muy marcadas es propio de este modelo, al igual que el manillar plano y adelantado. Ambos elementos contribuyen a que desde el primer momento que te sitúas a los mandos de esta norteamericana te sientes muy cerca del asfalto. El asiento declara una altura de solo 658 mm, por lo que nos podemos hacer una idea de las sensaciones que nos puede transmitir una moto que a la vista se aprecia realmente larga, baja y corpulenta al mismo tiempo. También los 1.647 mm de distancia entre ejes y los 300 kg en seco (ambos datos declarados), nos pueden ayudar aún más a hacernos una idea de cómo es esta montura en vivo.

Por otro lado, los estribos se han retrasado ligeramente con respecto a sus hermanas, por lo que la posición no es especialmente forzada una vez que nos habituamos a conducir con los brazos estirados. Curiosamente, esta Victory recuerda en su ergonomía a una de las primeras motos fabricadas por la marca, la V92SC (Sport Cruiser) que llegó al mercado a finales del siglo XX. Aunque con respecto a aquella, muchas cosas han  mejorado de forma ostensible, especialmente el comportamiento y los acabados. Además, otro detalle importante a considerar es el precio al que se va a comercilaizar la Judge. De acuerdo a cómo está el mercado en la actualidad, los 14.900 euros que se van a tener que pagar por la última creación de Victory Motorcycle se pueden considerar como una cifra ajustada.

Si la Judge es seductora por estética y precio, también sorprende por un carácter ciertamente deportivo, hablando siempre en términos custom. Es baja y larga, y el ángulo de lanzamiento de la horquilla supera los 30º, pero la verdad que se maneja con soltura y se mueve con cierta facilidad en espacios pequeños, siempre que contemos, eso sí, con la ayuda del motor. No es de esas motos con las que tienes que realizar varias maniobras a la hora de cambiar de dirección en una carretera estrecha. Si eres un tanto hábil, no resulta especialmente complicado dar la vuelta con una sola maniobra.

Luego también sorprende por su forma de trazar las curvas. Su altura libre no es excesiva y limita la inclinación, pero realizando una conducción fluida y sin brusquedades, incluso puede resultar una moto divertida en un puerto de montaña con muchas curvas de segunda y tercera velocidad, e incluso de primera. Tan solo deberás prestar atención a los baches si pretendes superarlos en aceleración. La suspensión trasera incluye sistema progresivo y su funcionamiento es correcto, pero no cuenta con demasiado recorrido y al acelerar con contundencia en marchas cortas, como es normal, el conjunto se hunde de detrás y las reacciones pueden ser más secas y transmitirse a nuestra columna vertebral. Delante, la horquilla, con las barras muy separadas para dar cabida al ancho neumático delantero, cuenta con un recorrido más generoso y aunque no es demasiado resistente en la primera parte de su recorrido, sí es verdad que no tiene problemas a la hora de superar irregularidades y de soportar los esfuerzos que pueda provocar el único disco delantero en frenadas contundentes.

Por otro lado, el motor declara cerca de 100 CV y su respuesta, acorde con la estética, es muy musculosa. No se puede esperar menos de un enorme bicilíndrico de 1.731 cc. Quizá el accionamiento de la caja de cambio de seis relaciones es algo más ruidoso de lo que se puede considerar como normal, pero la transmisión secundaria por correa dentada suaviza las reacciones y contribuye a que circular a los mandos de esta Judge sea placentero.