La firma francesa Mash se ha hecho con el paso de los años con una fuerte posición en el segmento de las motos tradicionales con cambio manual de baja cilindrada, especialmente de las 125 cc, y además es segmentos concretos como el Vintage.
Sus modelos de origen chino han evolucionado con el paso del tiempo, implantándose y diversificado su oferta. La X-Ride es uno de sus últimos modelos, que no solo está disponible en esta cilindrada de 125 cc, sino también en 650 cc con un motor monocilíndrico similar al de la Honda Dominator.
El nuevo motor adopta una culata DOHC y refrigeración líquida
La X-Ride 125 toma de su hermana mayor inspiración en diversos aspectos, el más claro su estética de Yamaha XT500 de la primera serie, pero también en otros como el empleo de llantas de 17” en ambos trenes que la dan un aspecto supermoto, al que contribuye la utilización de neumáticos dotados de un profuso dibujo.
La nueva versión 2022 supone un paso adelante debido al empleo de un motor más moderno que los anteriores, ya que cambia la culata SOHC de dos válvulas y la refrigeración por aire por un sistema DOHC que acciona cuatro válvulas y un sistema de refrigeración líquida.
La verdad es que el funcionamiento del motor es mejor, con un rendimiento superior, 11 CV medidos en nuestro banco que la permiten alcanzar los 105 km/h, que en el minúsculo cuadro aumentan hasta 115 km/h. No es muy ruidoso y tiene una buena respuesta en medios, que te permite no tener que hacer un uso constante del cambio, en el que la primera relación es casi testimonial por su corto desarrollo.
El accionamiento de la palanca es el correcto, solo tienes que dejarla recuperar en las últimas relaciones si quieres cambiar con rapidez para mantener el motor girando por encima de las 9.000 rpm, que es donde la potencia máxima está bastante estabilizada y te permite circular incluso en las autovías de entrada a las ciudades sin problemas entre los automóviles.
Estética y funcionamiento
La posición es muy natural, y como la moto es muy estrecha por el centro se llega perfectamente al suelo con ambos pies por poca altura que se tenga. Las manos se encuentran en la posición correcta en el manillar, y los estribos, a los que se pueden quitar las gomas para convertirse en modelos off road dentados, también están en su sitio.
Como ya ocurría en su hermana mayor, el punto que diferencia a la X-Ride 125 no solo estéticamente, sino también en su manejo, son los neumáticos, de los que solo puede decirse que, “de cuyo nombre nadie querría acordarse”. Lo mejor sería cambiarlos antes de estrenar la moto aunque se use un modelo sin tanto “look” off road.
Con ellos es complicado manejar una moto que por otra parte funciona bien dinámicamente en el resto, el motor responde, las suspensiones son suficientemente firmes y frena, aunque necesita buenas dosis de fuerza en la maneta. Sin embargo, las gomas no tienen un comportamiento lineal al inclinarse, y acabas trazando a tijeretazos cualquier curva.
Nosotros henos probado una unidad que todavía es preserie, y que no tenía algunos cambios que se introducirán en las motos definitivas; protector radiador de agua, palanca de freno trasero más grande, una nueva pintura de la tapa de faro, recolocación del captador de freno delantero y una nueva clavija de cables del faro delantero, pero se trata solo de detalles de acabado en una moto que estéticamente está realmente bien lograda en cualquiera de sus dos opciones, con base negra o blanca.
Conclusión
Mash ha dado un salto adelante con esta X-Ride 125 que combina un buen funcionamiento general con una estática lograda, sobre todo si por algún motivo recuerdas las Yamaha XT500, consideradas las primeras trail japonesas de la historia. Este modelo no lo es, ni tampoco una supermoto a la que se asemeja, es sencillamente una moto válida para el día a día en la ciudad y desplazamientos de corto radio fuera de ella con una mecánica actual. Para disfrutarla solo tienes que cambiar cuanto antes esos neumáticos originales.
