Vespa GTS 300 Super

Presentación de la Vespa 300 GTS, la más grande jamás producida. "Superavispa". Hay pocos modelos que pueden calificarse como hitos en la historia de la marca italiana, algo con lo que nace la nueva Vespa GTS 300 Super porque es la Vespa de mayor cilindrada producida jamás en Pontedera.

Jesús Lázaro / Fotos: Piaggio

Vespa GTS 300 Super
Vespa GTS 300 Super

Cada Vespa que se presenta en el mercado es todo un acontecimiento mediático en Italia. La cúpula del Grupo Piaggio, encabezada por "Il Capo" Roberto Colaninno, acude al acto entre flashes y cámaras de televisión, rodeado de un glamour que sólo puede permitirse un scooter que cambió el mundo de las dos ruedas hace 62 años: la Vespa.

Aunque a simple vista la nueva Vespa GTS 300 pueda parecer un "restyling" racing de la Vespa GTS 250, los cambios van más allá de la estética. El propulsor Quasar ha incrementado el diámetro de su cilindro lo suficiente para llegar a los 278 cc. La nueva mecánica permite aumentar el par motor hasta los 2,3 kilográmetros a tan sólo 5.000 rpm —en la GTS 250 el par era de 2,1 kgm/6.500 rpm—, gracias a lo cual tenemos reacciones más brillantes al primer golpe de acelerador y recuperaciones más eficaces. Un dato nos ofrecían durante la presentación: de 0 a 30 metros la GTS 250 tarda 4 segundos, mientras que la nueva «Super» los alcanza en 3,7; cifras nada desdeñables sobre todo cuando hablamos de reacciones inmediatas en la ciudad, porque es entre el tráfico urbano donde tiene esta «trescientos» su razón de ser.

Piaggio no ha querido aumentar la potencia de la GTS 300 más allá de los 22 CV que ya declaraba su predecesora, ni tocar la velocidad máxima que llegaba a los 128 km/h reales. La nueva Vespa juega sus mejores cartas en los límites de la ciudad, allí donde una décima de segundo sí que es determinante para salvarte de irte al suelo en un cruce o una maniobra de un coche despistado.

En la prueba dinámica, que se desarrolló íntegramente en el entramado urbano de Milán pudimos comprobar lo que se notan esos kilográmetros de más para dar una adecuada respuesta en cualquier régimen. Su maniobrabilidad está asegurada gracias a un buen radio de giro y en las suspensiones, marca de la casa, sólo echamos en falta algo de progresividad en el amortiguador trasero, un poco duro para el empedrado de Milán. La frenada, por su parte, le falta algo de mordiente y conviene apretar las manetas con decisión, aunque esto último debe solucionarse con un adecuado rodaje del scooter, o con una futurible versión equipada con ABS y frenada integral que todavía no existe en la «trescientos» pero sí en la «dos y medio».

Identitá Sportiva

El actual catálogo de Vespa está dividido en tres "identidades": Classica —LX y PX—, Vintage —GTV y LXV— y Sportiva —GTS y S—. La deportividad en la marca italiana tiene un claro antecedente, la Vespa GS de 1955 a la que la nueva GTS 300 Super rememora con esa rejilla en los laterales del cófano. Y éste es uno de los numerosos cambios estéticos que presenta en comparación con la Vespa de 250 cc. Otra pequeña rejilla preside el frontal, las llantas son completamente negras que en combinación con el amortiguador delantero rojo le dan unos aires agresivos que antes no tenía. El asiento tiene también su toque «racing» de color negro con ribetes blancos y ha perdido la parrilla trasera. Por último, el cuadro de instrumentos tiene una nueva gráfica con toda la información analógica —velocímetro, combustible y temperatura—, y una minúscula pantalla digital mucho menos completa que en la versión anterior. El resto de los componentes son los que ya conocíamos en la GTS.

Como siempre, Vespa te da la posibilidad de personalizar tu scooter con accesorios que van desde los puramente estéticos como los adhesivos, a los más útiles, un baúl y una pantalla sobreelevada. Gracias a la nueva normativa de emisiones, su precio no tiene un 12% añadido del impuesto de circulación y el Grupo Piaggio la comercializará a finales de mes por 4.350 euros, sólo 200 euros más que la de cuarto de litro. Con este precio la nueva GTS tiene más futuro que los trescientos soldados de la Batalla de las Termópilas…