Un mes con la Kawasaki Z 400

La Z 400 es la naked de iniciación de Kawasaki, que sustituye a la Z 300, y supone un claro avance para los que deciden dar el paso al permiso A2. En el cambio, el usuario ha salido ganando.

JUAN PEDRO DE LA TORRE. COLABORA: DAVID CANDEAL. FOTOS: JUAN SANZ.

Un mes con la Kawasaki Z 400
Un mes con la Kawasaki Z 400

No hay color entre una 300 y una 400, porque la 400 sigue siendo una moto ligera y manejable que mantiene la esencia del concepto naked, pero disfruta de más motor. La Kawasaki Z 400 es una moto pensada para los nuevos usuarios que acceden al permiso A2, tanto los más jóvenes como aquellos que descubren el mundo de la moto a partir de la convalidación del permiso B con el A1. Y no son pocos. Sin duda que una Z 400 es un paso lógico y apetitoso para cualquiera de ellos.

Esta moto reúne muchos atractivos mucho antes de subirte en ella. Su estética, moderna y agresiva, la hace especialmente interesante, sobre todo con el equipamiento que disfruta la unidad que pudimos probar, que empleaba un escape Akrapovic de titanio y la tapa para el asiento del pasajero, muy asequible -ver el apartado de opciones-, que lo convierte en un asiento monoplaza con colín, como la mejor de las deportivas, ofreciendo una imagen de poderoso atractivo. Y no olvidemos el competitivo precio: 5.775 euros, que con el programa Kawa Go! resulta aún más económico.

Un mes con la Kawasaki Z 400

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La Z 400 es una moto fácil de manejar. Su contenido peso (167 kilos), una altura de asiento moderada (790 mm) y un manillar ancho y plano, permiten tenerla en todo momento bajo control, y la potencia que despliega (45 CV) es más que razonable.

La versatilidad de la Kawasaki Z 400 es su mayor virtud. En carretera o en ciudad se maneja con soltura, y destaca por su acertada ergonomía

Puede resultar un poco perezosa en la salida, pero tiene un medio régimen más que notable que permite disfrutar de una conducción relajada en ciudad, incluso entre coches, porque libra con soltura los retrovisores de los automóviles, y aunque se agradecería algún grado más de giro, se maneja bien. Las formas del retrovisor hacen algo costoso el ajuste para encontrar un reflejo óptimo de la imagen, aunque solo es cuestión de adaptarse.

En carretera se mueve con agilidad. Es su elemento. El motor empuja con progresividad, y los adelantamientos son limpios y fáciles. Siempre tienes la potencia que necesitas. Su buen chasis y las firmes suspensiones, que sólo tienen reglajes de precarga en el amortiguador trasero, permiten disfrutar de un pilotaje preciso, enlazando con mucha alegría y seguridad los tramos de curvas.

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Para viajar por autopista le falta equipamiento, pero es que esta moto no está pensada para ello. No obstante, es muy cómoda, y se disfruta de una más que óptima ergonomía. Eso sí, si superas el 1,80 m quizás te sientas algo encajonado, porque el asiento, que es un poco duro, cuenta con un resalte de apoyo que es la base del asiento del pasajero. La tapa que lo sustituye, a alto régimen, tiene una ligera vibración (no queda bloqueado), y si te estiras sobre la moto para adoptar una postura aerodinámica se convierte en una leve molestia.

Con 14 litros de depósito y un consumo medio de algo más de 4,5 litros, te ofrece muchos kilómetros por delante. Precisamente en este apartado hay una pequeña pega: no hay testigo de reserva, simplemente el indicador de nivel de gasolina se pone intermitente, y se echa en falta un aviso más llamativo, pero no es una carencia insuperable. La Kawasaki Z 400 es un gran moto y más versátil de lo que imaginas.

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Al detalle

Dispone de un único disco de freno delantero. Es bastante efectivo, la pinza muerde con determinación pero sin brusquedad, aunque a la hora de "echar el ancla" se queda un poco justito. Pero en condiciones normal, es más que suficiente.

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El faro delantero es led, con una óptica múltiple de volúmenes cuadrados y un diseño moderno y agresivo, conforme con el estilo de la categoría naked. Tiene luz diurna con un haz que ofrece ahora mayor luminosidad que en anteriores versiones.

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Bajo el asiento hay espacio para llevar un antirobo o un pequeño paquete (un libro, un estuche de gafas...). El ajuste de la tapa del asiento no es perfecto, tiene holgura y no queda bloqueado, por lo que a régimen alto vibra ligeramente y llega a ser un poco molesto.

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El piloto trasero también es por led. Los diodos están dispuestos en pirámide, ofreciendo un luz suficiente y de clara visión. Los intermitentes, sin embargo, emplean la clásica bombilla y están dispuestos sobre un tirante del que cuelga la matrícula y el guardabarros.

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Los reposapiés son metálicos y sin recubrimiento de goma. La suela del calzado se agarra bien a su dentado, y cuentan con un generoso avisador para los que disfrutan con grandes grados de inclinación, aunque no es una moto pensada para ir descolgado todo el día.

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Estos ganchos son todo lo que encontrarás para poder sujetar tu equipaje o un bulto al colín. Ni siquiera hay asas para el pasajero, y mucho menos una plataforma. Pero con una red y buena disposición se pueden cargar sobre el colín bultos de un volumen generoso, como una bolsa de viaje. No es un reproche: estamos ante una naked de orientación deportiva.

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El tapón del depósito es abatible y se queda fijado al tanque por una bisagra. Se llena con facilidad y el aforador no es molesto. Los 14 litros de capacidad son más que suficientes para hartarse de rodar y hacer kilómetros. Su autonomía está muy próxima a los 300 kilómetros.

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El cambio es preciso, no tiene holguras, aunque a veces cuesta encontrar el punto muerto cuando te detienes en un semáforo. La palanca es de corte deportivo, sin rótula en la puntera, y el reenvío del cambio es suficientemente corto como para que no tenga algo de juego.

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Costes

Financiación: Con el programa Kawa Go!, con seguro gratis el primer año, su PVP se queda en 5.399 euros, lo que supone un ahorro de 376 euros. El programa K-Fácil ofrece financiación: entrada 791,68 euros, 35 cuotas de 71 euros, y una cuota final de 2.708,43 euros.

Revisiones: En la Kawasaki Z 400 la primera revisión se realiza a los 1.000 km, y a partir de ahí el fabricante recomienda que las siguientes revisiones sean cada 6.000 km.

Consumos: Sus 14 litros de depósito son suficientes para disfrutar de buena autonomía. Su consumo medio está en 4,7 l/100 km, lo que le permite hacer prácticamente 300 km sin parar.

Opciones

El escape Akrapovic, realizado en titanio, da una apariencia aún más deportiva a la Z 400, ofreciendo además un sonido más rotundo. Con el acabado en titanio y la tapa en fibra de carbono, el protector térmico está incluido en el precio. Está homologado para Euro4, y también cuenta con homologación CE. Su PVP es de 666 euros.

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Bolsa semirígida sobre depósito. Dispone de un bolsillo en la parte superior con agujero para el auricular del móvil o la navegación, y el interior cuenta con diferentes compartimentos. Incluye cinturón de hombro y protección de lluvia con ventana transparente. Medidas: 350 x 223 x 150 mm, peso máximo de la carga 2 kg, volumen aproximado 4 litros. PVP 217 euros. Soporte 15 euros.

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Quilla inferior, compacta y de fácil montaje. Realizada en negro metalizado, protege la parte baja del cárter y los escapes, y completa la estética del conjunto, conservando el aspecto deportivo y la imagen agresiva del diseño de la Z 400. Su PVP es de 296 euros.

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Tapa de colín para el asiento, que convierte el espacio del pasajero en una silleta monoplaza, dando un aspecto totalmente deportivo al conjunto. Viene decorada en dos diseños diferentes: Metallic Spark Black (verde) y el Metallic Flat Spark Black (rojo). Su PVP es de 169 euros.

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Mandos

El cuadro de instrumentos combina la escala externa de las rpm con una pantalla digital, que ofrece velocímetro, cuentakilómetros, odómetro, temperatura del aceite, nivel de combustible, y diferentes indicadores, pero se echa en falta el testigo de reserva. En su lugar, el indicador del nivel de gasolina se vuelve intermitente.

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El pasajero

Expuesto: Sin protección aerodinámica y en una posición muy elevada, el pasajero viaja muy expuesto.

Depósito: El apoyo en el depósito es un elemento fundamental para que el pasajero se sienta seguro.

Sin asas: El pasajero no dispone de asas donde agarrarse, y su único amarre es el piloto.

Flexibilidad: La posición de las piernas es muy forzada y obliga a llevar las piernas muy flexionadas.

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La prueba

Carretera

El territorio donde mejor se mueve es la carretera. Su peso contenido y su sobrada potencia, con un medio régimen muy efectivo, permite desenvolverse con mucha soltura en las carreteras de curvas. Y más si, como la unidad que hemos disfrutado, cuenta con el colín monoplaza que invita a rodar en solitario. Es muy ágil, y el neumático trasero en medida 150 ayuda a moverse con facilidad. Su más que notable estabilidad da mucha confianza a la hora de salir a la carretera, y aunque no va sobrada de frenos, su único disco cumple con su labor, aunque resulta fácil bloquear la rueda trasera en apuradas fuertes. Tiene un chasis suficientemente rígido y unas suspensiones firmes para poder explotar el lado más deportivo de esta moto, aunque sólo se puede regular la precarga de la suspensión trasera.

Es en carretera donde disfruta del equilibrio perfecto, porque se mueve con agilidad y tiene potencia suficiente para ir de curva a curva

Autopista

En la autopista es donde la Kawasaki Z 400 tiene su talón de Aquiles, aunque básicamente se debe a que al tratarse de una naked carece por completo de protección aerodinámica. Sin embargo, hay que destacar su acertada ergonomía. Su pequeña pantalla (hay opción de poner una de mayor tamaño) es suficientemente efectiva y no genera turbulencias en la cabeza del piloto, aunque se tiende a la postura natural de inclinarse sobre el depósito. La posición de conducción, con un manillar de anchura adecuada, anima a hacer kilómetros, siempre que se vaya solo, porque cuando se viaja con pasajero éste sufre de lleno la incomodidad del viaje, en una posición elevada, flexionada y sobre expuesta. Por eso no es una buena opción para viajar acompañado.

La posición de conducción es cómoda, pero la ausencia de carenado (lógico, es una naked) penaliza su rendimiento en autopista

Ciudad

Aunque resulta un poco perezosa saliendo de los semáforos, cuenta con un medio régimen que permite que sea muy efectiva en los recorridos urbanos. Su ligereza es su gran baza, y aunque el ángulo de giro no es el más abierto de todos, tiene suficiente magnitud como para poder manejarse en los atascos de la ciudad y escabullirse de las congestiones. A la hora de "remar" o detenerse en un semáforo no hay problemas para llegar con seguridad al suelo con los dos pies. El manillar ancho ayuda a manejarse en esas situaciones, pero no es un estorbo a la hora de avanzar entre las filas de coches. Lo que sí es francamente mejorable son los espejos retrovisores, que requieren algo de trabajo para ajustarlos de manera adecuada. La posición es cómoda y no fatiga a la hora de enredar en el tráfico urbano.

Aunque su manillar es ancho, pasa bien entre los coches, tiene un buen ángulo de giro, y se llega con seguridad al suelo cuando hay que detenerse

Veredicto

La Kawasaki Z 400 es una moto perfecta para los usuarios más jóvenes que estrenan su permiso A2, porque resulta suficientemente versátil para el día a día, y además es la herramienta ideal para las salidas por carretera, donde se desenvuelve como pez en el agua. Por su carácter es el mejor caldo de cultivo para crear aficionados a motos deportivas, ya que tiene una marcada orientación en este sentido, pero al mismo tiempo resulta práctica y cómoda. No es la mejor aliada para viajar, y menos aún acompañado, pero si lo que quieres es una moto ágil, fácil de manejar, ligera y de ajustado consumo, la Z 400 es lo que andabas buscando. Y a un precio de lo más razonable.

Cómoda: La posición de conducción es muy cómoda y se pilota con mucha soltura, incluso a alta velocidad.

Gran ergonomía: Es una naked, no hay cúpula ni carenado, pero su acertada ergonomía evita que acabes fatigado por el viento.

Atractiva: La estética te atrapa desde la primera mirada. El atractivo de su diseño es innegable: es una moto que entra por los ojos.

Vigorosa: El motor es potente y vigoroso, responde muy bien en medios, y estira con alegría hasta las 11.000 rpm. Los adelantamientos son limpios.

Eficaz: La parte ciclo es muy eficaz: chasis notable, suspensiones firmes. Es muy ágil, y frena razonablemente bien, aunque es fácil bloquear detrás.

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Ficha técnica

Motor: 4T. 2 cilindros en línea. 399 cc. Refrigeración líquida. DOHC. 8 válvulas Diámetro x carrera: 70 x 51,8 mm Pot. máx. dec.: 33 kW (45 CV) a 10.000 rpm Par máx. dec.: 38 Nm (3,88 kgm) a 8.000 rpm Alimentación: Inyección electrónica, toberas 32 mm Transmisión: 6 velocidades. Embrague multidisco en baño de aceite. Cable / Cadena Chasis: Multitubular de acero Suspensión del.: Horquilla telescópica. Barras 41 mm Suspensión tras.: Monoamortiguador con sistema progresivo Freno delantero: 1 disco lobulado de 310 mm. Pinza de doble pistón (ABS) Freno trasero: 1 disco de 220 mm. Pinza de doble pistón Neumáticos: 110/70-17; 150/60-17 Peso lleno dec.: 167 kg Cap. depósito: 14 l Dist. entre ejes: 1.375 mm Altura asiento: 790 mm Colores: verde, rojo

Prestaciones Velocidad máxima (marca): 176 (185) km/h Aceleración 0-400 m: 14,2 s / 148 km/h Aceleración 0-1.000 m: 27,7 s / 169 km/h Recuperación 60-100 km/h: 7,2 s / 159 m Recuperación 60-140 km/h: 16,1 s / 461 m Consumo medio: 4,7 l/100 km Autonomía media: 295 km Reparto de peso lleno (con piloto): 49,4/50,6 (43,5/56,5) %

Banco de potencia Potencia máxima: 32 kW (42 CV) a 9.290 rpm Par máximo: 38 Nm a 8.110 rpm rpm máximo/ vel. pistón: 12.200 rpm / 21,1 m/s

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