Un mes con la Zontes T-310

Zontes ha revolucionado el mercado con motos llamativas, de óptimo rendimiento y a un precio inimaginable. ¿Es una opción fiable para el día a día? Parece que sí.

Pedro de la Torre. Fotos: Diego Rojo. Colabora Begoña Calvo

Un mes con la Zontes T-310
Un mes con la Zontes T-310

Cuando Zontes apareció en el mercado español el año pasado, inevitablemente se le miró con cierto recelo, pero bastaron las primeras pruebas para comprobar que no se trataba de una "moto china" sin más, con todo el sentido peyorativo de la palabra.

La T-310 emplea la misma motorización que el resto del catálogo Zontes, un propulsor monocilíndrico 4T de 312 cc de elevado rendimiento. No cabe duda que su estética es impactante. Podrá gustar o no, pero no pasa desapercibida. El diseño está definido por ángulos y vértices, y unas formas afiladas. El emplazamiento de los intermitentes traseros es discutible, ya que se encuentran situados sobre el guardabarros trasero, y son difíciles de percibir por los automovilistas urbanos.

Un mes con la Zontes T-310

Un mes con la Zontes T-310

Hay cierta tosquedad en algunos detalles, como los protectores de manetas, de formas algo exageradas, o las barras de protección que rodean la parte delantera, que además tienen un indudable uso práctico aparte del evidente, porque permiten cargar más peso sobre el tren delantero que, probablemente, sin las barras, en marcha podría aligerarse.

Dejando a un lado los condicionantes estéticos, la sensación general cuando ruedas con la Zontes T-310 es muy positiva. Es importante valorar la notable carga tecnológica que tiene esta moto: llave de proximidad, bloqueo electrónico, apertura electrónica del depósito de gasolina y el asiento, y la pantalla que se regula cómodamente pulsando un botón. La instrumentación es digital, por medio de una generosa pantalla que ofrece información del régimen de giro, la temperatura del motor, y el nivel de combustible. Su lectura no siempre es óptima, y por la noche peca de excesiva luminosidad.

Un mes con la Zontes T-310

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Un detalle muy interesante es un desconector de batería automático. Cuando el sistema detecta que la moto está varios días sin usarse, entra en moto hibernación para evitar que se consuma. Basta con pulsar un desconector para reiniciar el sistema y funcionar de nuevo.

El comportamiento dinámico de la Zontes T-310 llama la atención. El motor hay que llevarlo siempre a un régimen alto para obtener rendimiento, recuperando esa sensación adolescente de sacarle todo el jugo a tu 75 o 125, llevándola siempre arriba. La Zontes llega a 10.000 rpm sin problemas, y en altas revoluciones te da todo lo que necesitas, permitiendo alcanzar un generoso crucero con toda comodidad, perfectamente protegido por su pantalla, y disfrutando de un consumo de lo más ajustado a pesar de exigirle todo lo que nos puede dar.

Más allá de su diseño, poco refinado en algunos detalles, la Zontes destaca por sus prestaciones, buen comportamiento, reducido consumo y bajo precio

Quizás lo más destacable sea su bastidor. Se mueve con agilidad en carretera, su territorio predilecto, y es extremadamente eficaz enlazando curvas. Frena bien, aunque se echa en falta algo más de mordiente al primer toque de maneta, y las suspensiones cumplen.

Un mes con la Zontes T-310

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Hay detalles mejorables. Uno es el mullido del asiento, que resulta escaso cuando se lleva mucho tiempo sobre la moto. Otro es que carece de cortacorrientes al desplegar la pata de cabra. Finalmente, lo único desagradable es el ruido del motor; ruido, que no sonido, porque es un rumor mecánico impersonal.

Zontes T-310 al detalle

La iluminación es full led. Dispone de un llamativo faro con un diseño muy espectacular, acorde con la estética de la moto, con luz diurna que en su uso nocturno además ofrece un potente haz de luz.

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La pantalla ofrece una excelente protección al piloto, porque no genera turbulencias ni supone un freno aerodinámico. Se agradece en los largos recorridos. Se regula electrónicamente de forma muy cómoda mediante un pulsador situado en la piña izquierda de manillar.

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Los intermitentes traseros, que son led, están situados sobre el guardabarros, que va fijado sobre la rueda trasera, en una posición que puede llegar a dificultar su visión por parte de otros usuarios en recorridos urbanos. Estéticamente llamativo, el guardabarros trasero hace que una tarea sencilla como es sacar la rueda, llegue a resultar demasiado farragoso.

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La apertura del depósito de gasolina también es electrónica, y se realiza mediante un pulsador situado en la piña izquierda del manillar. Tiene un cable de seguridad, realizado en material plástico, que resulta un poco incómodo a la hora de abrir o cerrar la tapa.

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El asiento también tiene apertura electrónica. Debajo hay una pequeña caja en la que se puede guardar algún objeto de tamaño reducido, como un antirrobo de disco. Carece de bolsa de herramientas. El mullido del asiento es escaso y en trayectos de larga duración puede llegar a molestar. El encaje es sencillo.

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La instrumentación es completamente digital, con una pantalla bastante básica que, en cierto modo, recuerda a los viejos videojuegos Atari. Ofrece información del régimen de giro, aunque su lectura no es muy buena, temperatura del motor, y nivel del depósito de combustible. Su luminosidad resulta excesiva por la noche.

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Dispone de un doble intermitente delantero: uno situado a la altura del faro, y el otro en el borde de la tapa lateral de la carrocería. La visión de este último se puede llegar a ver un poco entorpecida por las barras de protección que rodean la moto.

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Uno de los detalles más interesantes de la Zontes es el desconector automático de batería, que la pone en modo hibernación cuando el sistema detecta que lleva días sin usarse. Basta con pulsar un botón, oculto en el lateral izquierdo del motor, bajo el depósito, para reactivar el sistema.

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A los mandos de la Zontes T-310

La Zontes T-310 dispone de llave de proximidad para poder activar todas las funcionalidades de la moto. Los mandos cuentan con gran cantidad de gadgets electrónicos: arranque, apertura de depósito y asiento, bloqueo de dirección, pantalla abatible... Incluso dispone de dos modos de conducción.

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Zontes, costes y financiación

Financiación: Zontes no dispone de un plan de financiación definido para sus modelos, pero los concesionarios sí desarrollan planes personalizados.

Revisiones: El importador es muy conservador en cuanto a los plazos de revisión, establecidos cada 3.000 kilómetros. Es un detalle a tener en cuenta, un gasto más en la partida de costes.

Consumos: Rodando siempre a alto régimen y sin una conducción conservadora, el consumo medio se sitúa en 4,12 l/100 km. Con 15 litros de depósito se alcanza una autonomía superior a los 350 km.

Zontes: Opciones,accesorios y equipamiento

De momento, Zontes no cuenta con muchas opciones de accesorios dado su completo equipamiento, pero comercializa un baúl y unas maletas de la marca Shad, aunque también hay otros proveedores que ofrecen material.

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En cuanto a Shad, el fabricante dispone concretamente de los modelos SH23 (baúl) y SH39 (maletas), con sus correspondientes fijaciones y herrajes, y las tapas personalizadas con el color de la moto (azul o negro). Se venden por separado, o como un conjunto, y su PVP es desde 550 € por el kit completo.

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La prueba de la Zontes T-310

Carretera

Seguramente el terreno en el que mejor se maneja y más se disfruta la Zontes sea en carretera, enlazando curvas, subiendo y bajando marchas, en tramos fluidos y sin grandes cambios de ritmo. Los puertos con "garrotes" no son muy cómodos porque la falta de par motor a bajo régimen obliga a salir en marchas cortas y a un régimen muy alto, con vibraciones y mucho ruido, algo que nunca resulta muy agradable. Pero cuando no tienes que frenar dejando el motor muerto y volver a acelerar desde cero, se puede rodar fácilmente desde 7.000 rpm llevando el motor con alegría entre 9.000 y 10.000 rpm.

Es importante controlar bien el uso del cambio en los adelantamientos, para que la respuesta de la moto sea eficaz y evitemos así algún inesperado susto. El chasis es uno de los puntos clave, permite disfrutar de mucha estabilidad.

La clave en el buen rendimiento de la moto es llevar el motor en el régimen adecuado, siempre elevado. Sólo hay que acostumbrarse.

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Autopista

La Zontes no se achica en la autopista. Su buena protección aerodinámica (pantalla, cubremanetas) y una posición de conducción bastante cómoda, que no fatiga, anima a encarar con determinación cualquier viaje, y como no le falta potencia ni velocidad (en llano se llega fácilmente a 160 km/h de marcador) permite rodar a un elevado crucero.

Y gracias a su ajustado consumo se puede disfrutar de una más que generosa autonomía, con lo que no debe espantar la idea de viajar con esta moto. Y si el ritmo es más moderado, las posibilidades de viajar sin paradas se incrementan notablemente. El pasajero disfrutará de un confort más que aceptable, aunque penalizará nuestro rendimiento en las grandes pendientes de las autopistas, aquellas en las que se libran subidas y puertos.

Viaja muy rápido, llanea con facilidad, pero le falta fuelle en las fuertes subidas, sobre todo acompañado. Sin embargo, su autonomía es elevada.

Ciudad

Es muy cómodo y fácil manejarse por la ciudad con esta moto. Al ser ligera y tener un buen radio de giro permite moverse con soltura entre coches, y como también es muy compacta y estrecha se avanza sin problemas entre las filas de vehículos que esperan en los semáforos. Tiene una altura de asiento muy comedida y se llega perfectamente al suelo con una talla media, lo que da mucha confianza a la hora de pararse. En verano se nota bastante el calor que desprende el motor, que puede llegar a ser molesto en semáforos de larga duración. Realmente el único inconveniente en la ciudad es la excesiva rumorosidad del motor por la necesidad de tener que llevarlo a un elevado régimen de giro, lo que puede resultar molesto para el resto de los usuarios, en especial para los peatones.

La ligereza del conjunto, una altura de asiento moderada, y un radio de giro más que aceptable permiten que la Zontes sea una buena urbanita.

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Zontes T-310 Veredicto

Nos encontramos ante un modelo de gran atractivo comercial. Sin duda que por prestaciones, comportamiento y consumo, y su competitivo precio, es casi imbatible en el segmento de las motos de iniciación. Difícilmente se podrá encontrar un modelo que dé tanto juego por tan poco precio. A lo largo de la prueba ha funcionado correctamente, no ha presentado fallos funcionales ni carencias de montaje u otros vicios. Pero también hay que reconocer que el desconocimiento de la marca puede suponer un freno.

Por otra parte, el corto plazo de los periodos de revisión (3.000 kilómetros), extraordinariamente conservador, puede indicar que sus elevadas prestaciones terminen pasando factura a la vida útil del motor. De momento no nos han reportado averías ni problemas de fiabilidad, así que hay que concederle el beneficio de la duda.

Protección: La pantalla, que se regula electrónicamente, protege perfectamente, no genera turbulencias y no penaliza la aerodinámica.

Ágil: Su reducido peso y su buen bastidor le permiten moverse con facilidad en la ciudad y mostrarse especialmente ágil en carretera.

Parte ciclo: Suspensiones y frenos cumplen. Quizás se echa en falta más mordiente en el primer toque de maneta, pero no se queda corta.

Motor: El motor responde a altas revoluciones, y hay que saber aprovechar su potencia a alto régimen y llevarlo siempre alegre.

Buen tacto: La Zontes T-310 transmite buenas sensaciones desde el principio, con un comportamiento muy equilibrado en general.

Ficha técnica Zontes T-310

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