Viajar en este tiempo y en esta época que nos ha tocado vivir reporta un sentimiento especial. Y más si se hace al extranjero como es nuestro caso al acudir a Túnez para conocer el país de la mano de Turismo de Túnez.
Conectar moto-país es el objetivo de esta aventura que enseñar los contrastes y posibilidades de Túnez, país conocido de nombre pero no tan explorado por muchos de nosotros. Bañado por el mediterráneo, al norte de África, es uno de los más afables y amables en recibir turismo, siempre haciendo sentir cómodo al visitante, además de ser uno de los más modernos y tolerantes de los países musulmanes.
La propuesta de dos semanas conociendo el país requería de una compañera con la que viajar. La Triumph Tiger 1200 Desert Edition es nuestra moto, escogida por su capacidad de gran rutera, y su dualidad incuestionable para rodar por carretera y pista –el track de nuestra aventura así lo indica que pisaríamos ambas superficies-. Con un confort sensacional, un motor tricilíndrico poderoso de 1.215 cc (gran par y sobrada potencia), además de un equipamiento de serie inconmensurable. Tanto que incluso ahora de serie en esta edición Desert se montan las maletas de aluminio además del escape Arrow (en carbono y titanio) y el cambio rápido Triumph Shift Assist (TSA).

Recordando que para viajar disfruta de cúpula con regulación electrónica, puños calefactados, iluminación Full-LED, con unas características luces de conducción diurna (DRL), control de velocidad crucero, Sistema de suspensiones semiactivas de Triumph (TSAS), defensas de motor y protector del radiador, tomas de corriente de 12 V y USB…
Cautivados
La combinación Túnez & Triumph resultan cautivadoras pues tanto el país como la moto, además de ser afables y hacer sentir cómodo al viajero en todo momento, también presentan belleza natural y tienen elementos propios de cultura.
Nada fácil moverse ahora nuestro viaje nos llevó a embarcar desde Barcelona al sur de Italia, para desplazarnos por Italia hasta el norte, donde embarcar desde Génova rumbo en ferry a Túnez. Un puzzle para encajar las piezas y conseguir llegar a destino. Inicialmente estaba previsto ir directos en ferry desde Marsella, Francia, a Túnez pero hubo cambio de planes –algo habitual ahora en tiempo de Covid y ante lo que hay estar preparado- al cerrar las autoridades francesas las salidas de barcos al extranjero a consecuencia de las normas de confinamiento.
Al país hemos desembarcado en la propia capital, Túnez –tienen el mismo nombre- y desde allí comenzar a rodar. Descubriendo sus paisajes, sus terrenos y la historia que tiene tan llamativa. La “proximidad” con Europa le ha dejado influencias romanas, griegas, fenicias, otomanas… y en tiempos más actuales francesas y también nuestras, españolas. Túnez muestra un buen legado de construcciones, especialmente de la época romana, con ágoras, templos, coliseos, ciudades enteras romanas… No en vano si miráis un mapa Italia, la Isla de Sicilia, es el punto más próximo de Europa, pues en Africa tiene como países vecinos Argelia y Libia.

A pesar de ser un pequeño país, con no más de 11 millones de habitantes –el más pequeños de los integrantes del Magreb-, la República de Túnez, esconde de todo, por supuesto también desierto, pues un 12% del Sáhara es superficie de Túnez.
Poderío
En esta primera semana de viaje hemos vivido el contacto con toda esa cultura de épocas pasadas, la degustación de la comida tunecina, y el rodar por sus carreteras.
Como ocurre en todos los países de África hay que llevar una conducción muy atenta, pues los locales conducen de forma “intensa” y, además, es habitual encontrar animales en las carreteras y numerosos viandantes. El transitar por Túnez cautiva y más aún hacerlo con la Triumph Tiger 1200.
La posición de conducción de la moto permite no cansar el paso de los kilómetros, muy confortable, más con los asientos “confort” de sensacional mullido que lleva la moto. El motor tricilíndrico se está mostrando poderoso para rodar, con un medio régimen sensacional y un sonido de motor embaucador. El puesto de mando siempre nos aporta lo que esperamos, resultando muy útil la cúpula de regulación eléctrica –única que lo monta en su segmento- con la que vamos cambiando la incidencia del viento según necesidades, así como el campo de visión. En pista, por ejemplo, la bajamos a la posición inferior, todo ello sin parar, en marcha, mediante el pulsador correspondiente. Y la suspensión semiactiva, modificable en marcha también, es otro de los elementos cautivadores para poder ir encontrando el setting adecuado en todo momento, sin parar ni tocar nada, salvo el mando de regulación.

La opción de neumático para el compromiso de pista/carretera ha sido la del nuevo Continental TKC 70 Rocks. Y en la semana que llevamos de recorrido se ha confirmado como la opción acertada, pues tiene el tacto perfecto para la carretera, hacia donde más orientado va su diseño, y la suficiente capacidad off road, con un taco no tan alto como el TKC 80, pero con buen apoyo campero. Y además, su resistencia al desgaste parece óptima, sin acusar de más el paso de los kilómetros. Incluso en las zonas de arena de desierto, que algo hemos pisado, sin meternos en líos, el neumático ha cumplido su papel, aprovechando además la eficacia de la Triumph Tiger 1200 que con su modo de conducción «Off-Road Pro» aporta gran eficacia por la forma de respuesta del motor y por tener bajo mínimos la actuación del control de tracción y del ABS.
Desde Túnez nuestra ruta, que hará un recorrido en forma de O por el país, nos ha llevado hacia el Oeste, buscando la frontera con Argelia, pasando hacia Tabarka y Elkef, girando luego hacia la zona interior central, con rumbo hacia Sbeitla y seguir a la zona de Anantara para después, llegar a Ksar Ghilane. La siguiente etapa no ha traído hasta Djerba, completando así la primera semana.
Semana de gran descubrimiento de Túnez con su impactante historia y su gran legado visible. Semana de descubrimiento de la Triumph Tiger 1200 Desert Edition con su impactante estética – esquema premium de color "Sandstorm"- y su poderoso rodar.
¡Seguimos!
