Cuando hacemos valoraciones tipo «una suspensión oficial es mejor que una suspensión standard», normalmente elaboramos esta evaluación habiendo hecho un análisis excesivamente superficial de la comparativa.
Es muy difícil comparar una cosa con la otra básicamente porque en origen, su desarrollo se suele desenvolver con objetivos completamente diferentes. No es justo comparar una cosa con la otra.
Siguiendo mi experiencia me atrevería a decir que en todos los casos las suspensiones que nos encontramos cubren el 90 % de los objetivos que se habían marcado en su desarrollo. A no ser que realmente en el desarrollo de las mismas se haya producido algún error evidente de puesta a punto.
Creo que en muchos casos lo más importante es la personalización de las suspensiones al uso que le queramos dar cada uno de nosotros. Esto nos hará tener una opción adecuada a nuestras necesidades y disfrutar perfectamente de nuestra moto.

Las suspensiones estándar han de cumplir unos requisitos a nivel de prestaciones, pero en muchos casos es muy importante tener en cuenta también el coste. En nuestro ámbito, en la mayoría de motos de MX, trial y Enduro son motos cercanas a las de competición, lo que hace que en su desarrollo se dé importancia a las prestaciones, la fiabilidad y el coste.
Estos tres parámetros nos obligan a utilizar un sistema normalmente ya testado en otras situaciones para conseguir prestaciones garantizadas, trabajar con tolerancias de fabricación menos ajustadas lo cual hacen que el comportamiento sea menos maximizado, pero más duradero para ganar en fiabilidad, y tener muy en cuenta el valor de cada uno de los componentes empleados para evitar excedernos en el coste.
Cuando nos referimos al coste, llega a tal punto que cuando se define por ejemplo las válvulas a montar en un sistema hidráulico, se definen en casos dando preferencia a las válvulas que tienen un valor más reducido obviamente siempre que alcances el 90 % de las prestaciones requeridas.
Las suspensiones oficiales priorizan al máximo las prestaciones, a partir de ahí la fiabilidad y una vez conseguido los dos primeros se hace una valoración del coste. En el caso de que el tercer punto sea desorbitado se decide en qué situación se puede usar, es decir, en algunos casos quedan restringidos a uso exclusivo en disciplinas de élite.

Si tiene un coste aceptable se ofrece como material oficial de competición y opción de post venta. En cuanto a las prestaciones, son proyectos que pueden partir de una hoja completamente en blanco, sin estar limitado a un sistema ya probado.
Por otro lado, la estabilidad y maximización de las prestaciones se consigue mediante el empleo de materiales especiales, con procesos de fabricación muy precisos y reduciendo al máximo las tolerancias. En este tipo de suspensión el correcto mantenimiento de todos sus componentes es esencial para garantizar que lo utilizamos a pleno rendimiento.
Como veis todos estos conceptos son contrarios a un coste reducido. Resumiendo, antes de valorar si una suspensión es mejor que la otra, creo que es más correcto decir que una suspensión se adecua más o menos a un uso en concreto.