En la actualidad los dos sistemas más extendidos para alimentar de carburante al motor son el basado en un carburador y el de inyección de gasolina, aunque es este último hace ya una década que se ha impuesto en la mayor parte de las nuevas motos que se van lanzando al mercado, ya que se trata de un modelo menos contaminante y bastante más eficiente. Los sistemas de carburación casi han desaparecido, salvo en motos con motores de dos tiempos y especialmente en modelos off road.
De hecho, el sistema de inyección electrónica se caracteriza por dosificar la gasolina para que entre la justa y, de ese modo, el rendimiento sea el mejor, al tiempo que no se emiten gases contaminantes de más.
Los sensores del sistema de inyección electrónica
Para conseguir realizar su cometido, el sistema cuenta con una serie de sensores que ayudan a que, posteriormente, la centralita evalúe cuál es la cantidad de gasolina que se ha de utilizar.
Entre dichos sensores se encuentran los siguientes: el de presión atmosférica, la temperatura del motor, la presión de admisión, el aire de admisión, el oxígeno y la posición de aceleración. Todos ellos recopilan valiosa información que llegan a la Unidad de Control Electrónica o ECU que hay en la propia moto, la cual se encarga de calcular el combustible que requiere el motor.
Una vez que coteja estos resultados, le otorga energía a la bomba de combustible, que es la que hace circular la gasolina desde el depósito hasta el motor, y también controla los inyectores, determinando cuánta gasolina se aporta y en qué momento se realiza. Así, se surte al motor de una manera muy exacta.

Ventajas de los sistemas de inyección electrónica
En cuanto a las bondades que proporcionan estos sistemas y las ventajas con respecto a otro modelo como es el de carburador, cabe señalar las siguientes:
- Como se ha apuntado anteriormente, el carburante que se inyecta es el adecuado, ni más ni menos, con lo que se logra una precisión impensable con un carburador. También se logra una atomización más efectiva del combustible para formar una mezcla con el aire de admisión más homogénea.
- Mejora el consumo. Tal control provoca que el conductor tenga un uso mucho más eficiente del combustible, haciendo que el consumo sea más racional.
- Ese consumo eficiente es la causa de que se ahorre en el gasto derivado del carburante. Obviamente, si no se derrocha gasolina, habrá que repostar menos veces y eso desembocará en un pequeño ahorro que siempre es bienvenido.
- Menor contaminación. Uno de los aspectos que está llevando a los fabricantes a apostar por los sistemas de inyección electrónica es el menor impacto medioambiental, ya que no queman tanta gasolina y eso provoca que haya menos emisiones contaminantes.
- Durabilidad. Otro de los aspectos por los que destacan los sistemas de inyección electrónica es que suelen ser más duraderos que los que emplean un carburador. Además, requieren menos cuidados y mantenimiento.
- Mejor respuesta al acelerar y facilidad para encender la moto.
El futuro es suyo
Todas estas virtudes son las que impulsan el uso de la inyección electrónica como sistema cada vez más demandado por la industria y por los consumidores, a pesar de que suele resultar más caro que el uso de un carburador. Sin embargo, tanto por temas medioambientales como de ahorro a largo plazo, probablemente termine imponiéndose definitivamente hasta que aparezca alguna otra tecnología más avanzada.