Con más de 282 millones de habitantes, Indonesia es el cuarto país más poblado del mundo, el tercer mercado mundial de las motos y, seguramente, el primero en lo que se refiere a niveles de locura por el motociclismo. Y, de esos 282 millones -que se dice pronto-, al fin hay uno que puede decir que es campeón del mundo de motociclismo.
El pasado 20 de octubre, sucedieron de forma simultánea dos acontecimientos realmente importantes en Indonesia: el polémico exmilitar Prabowo Subianto accedió el poder tras diez años con Joko Widodo como presidente mientras que en Jerez, a más de 12.000 kilómetros de distancia de Yakarta, Aldi Satya Mahendra se proclamó campeón del mundo de Supersport 300 en la última carrera de la temporada.
No queda tan lejano en el tiempo aquel 2008 en el que Doni Tata Pradita sumó el primer punto mundialista para Indonesia en 250cc. Años después, en Moto2, Rafid Topan Sucipto devolvió a Indonesia al mapa, pero fue en 2017 cuando la creación del Mundial de Supersport 300 les abrió por primera vez -y a lo grande- las puertas del podio de un Mundial.
Fue Galang Hendra Pratama, que había llegado a Europa de la mano de Yamaha asistiendo al VR46 Master Camp y se ganó el derecho a hacer un par de carreras en esa edición inaugural, sorprendiendo a todo el mundo al ganar la última del año... curiosamente en Jerez. Evidentemente, fue la primera victoria a nivel mundialista en la historia del motociclismo indonesio.

Así, mientras en los grandes premios seguían sumando presencias con Dimas Ekky Pratama y puntos con Andi Izdihar y Mario Aji, la ilusión seguía en Supersport 300 con Hendra hasta apareció su primo: Mahendra. Debutó haciendo una sustitución en Catalunya 2022 con dos top 10 y para 2023 se apuntó a la Copa Mundial R3, donde fue subcampeón con cinco victorias.
Al tiempo hizo un wild card en SSP300 en Most, logrando un triunfo y dos vueltas rápidas. Por eso, pese a ser rookie, en este 2024 todo el mundo contaba con él. Arrancó con un podio en Barcelona y, tras un discreto fin de semana en Assen, se embolsó 45 puntos en Misano con un segundo y una victoria, días antes de cumplir los 18.
Sería la única de todo el curso: realmente maduro para su edad, Mahendra entendió que había que sumar siempre y agarrarse al podio. Y así lo hizo: en las diez carreras restantes sumó cinco podios y acabó todas entre los ocho primeros para imponerse al neerlandés Loris Veneman y al español Íñigo Iglesias y brindar a Indonesia su primer título mundial.
Parece mentira que un país tan poblado y con unos niveles de pasión por las dos ruedas que alcanzan cotas impensables para el resto del mundo haya que tenido que esperar hasta el año 2024. Y es que, una vez hecho, es simple. Pero el camino de Indonesia ha estado lleno de pequeños pasos hasta que han aprendido a correr. Ahora toca volar.