Convertirse en un fabricante importante de motos es algo que no está al alcance de casi nadie. En el Campeonato del Mundo, en la categoría de MotoGP han sido unos cuantos los que han intentado hacerse un hueco entre las grandes marcas. Sin embargo, si a gigantes como Aprilia o KTM les ha costado ponerse a la altura (si es que se considera que lo han conseguido) de otros como Yamaha, Honda, Ducati o Suzuki, para los constructores privados se podría decir que es casi una misión imposible.
No obstante no han sido pocos los que lo han intentado y han tratado de emprender una aventura que siempre se quedó en un intento fallido. Uno de ellos fue Ilmor, compañía dedicada a la fabricación de automóviles que incluso estuvo presente en la Fórmula 1 y que trató de engancharse al Mundial de MotoGP cuando cambió de motores en la temporada 2007.
El proyecto de Ilmor MotoGP
Para ello, Ilmor Engineering se asoció con Suter, que se encargaría del chasis de la moto sobre la que se edificaría el nuevo equipo. Dicha moto fue la Ilmor X3, que contó con motorización propia.
Para adaptarse a la nueva normativa y tratando de adelantarse a los acontecimientos que estaban por llegar, esta moto debutó a finales de 2006 con el motor de 800 cc (V4 en su caso), es decir, con lo que debía llegar en 2007. Por lo tanto, la Ilmor X3 fue la primera con esa cilindrada que participó en un gran premio en el Campeonato del Mundo de Motociclismo. Claro que los resultados dejaron mucho que desear. Y es que a pesar de contar con el pilotaje de Garry McCoy, la máquina no daba demasiado de sí. No en vano, fue doblada en múltiples ocasiones en los dos GPs que corrió en 2006. A pesar de todo, McCoy logró puntuar porque fueron carreras duras en las que hubo caídas, averías y numerosos abandonos.

Una sola temporada
El trabajo en 2006 sirvió para coger fuerzas de cara a 2007, momento en el que todos los equipos cambiaron sus motos para adaptarse a las nuevas monturas de 800 cc. Además, Ilmor comenzó el año con dos pilotos que estaban llamados a llevar el proyecto a buen puerto: Jeremy McWilliams y Andrew Pitt.
Sin embargo, los resultados no fueron buenos en los entrenamientos previos al comienzo de la temporada. La moto estaba muy lejos de sus rivales y no estaba dando muestras de ser competitiva. A pesar de todo, estuvieron presentes en Qatar, donde no acabaron la carrera. Fue entonces cuando llegaron a la conclusión de que debían esperar un tiempo para poder volver a la competición. La moto tenía que estar en mejores condiciones. Pero el mundial va a una considerable velocidad y no espera a nadie. Ilmor lo volvió a intentar pero sin éxito. Y el proyecto murió sin apenas haber competido, demostrando una vez más lo complicado que resulta afrontar una competición como esta siendo un fabricante independiente.