Desde la creación de los primeros modelos de motocicletas, alcanzar la máxima velocidad siempre ha sido un afán perseguido por los pilotos y aficionados al motor. Una idea que ha obsesionado al hombre de tal manera que muchas de las máquinas a las que se daba forma se hacían pensando en batir esos récords a la hora de ser más rápidos que el viento como se puede decir de manera popular y cercana.

Primer récord de velocidad
Este honor lo ostenta el conde Gastón de Chasseloup-Laubatque que lo logró en París en el año 1898. Quizá la velocidad, por encima de los 63 kilómetros por hora, hoy en día quede como algo meramente anecdótico; sin embargo para entonces era toda una velocidad de vértigo. Todo gracias a un modelo de coche de la marca Jeantaud y que funcionaba por medio de baterías. Hubo que esperar hasta unos años después, hasta 1903 cuando se alcanzó una velocidad que ya superase las 100 millas por hora.
Eso sí, el primer récord ya de manera oficial se estableció con una marca por encima de los 200 km/h. Ocurrió en el año 1907 cuando Glenn Curtiss apoyado sobre una especie de modelo a medio camino entre una bicicleta y una moto se convertía en el hombre más rápido del mundo yendo a 219,31 km/h en Ormond Beach, Florida. Fue tal su proeza que nadie pudo quitarle este título en las dos décadas posteriores.
Por encima de los 250 km/h
Ya en la década de los años 30 y 40 se sucedieron algunos de los récords de velocidad en moto como fue el caso de Ernst Henne que llevó una motocicleta de la marca BMW, concretamente el modelo denominado Kompressor 255, para alcanzar una velocidad inimaginable entonces por encima de los 270 km/h. Algo que sorprendía entonces ya que se pilotaba sobre vehículos de dos ruedas que apenas tenían unos motores de lo más sencillos y unos carenados de aleación ligera.
Década de los 50-70
En estas décadas, las marcas más sonadas a lomos de una motocicleta tuvieron a Johnny Allen y Don Vesco como los protagonistas. El primero de ellos lo consiguió un 6 de septiembre de 1956 a una velocidad de 345,18 km/h con una Texas Ceegar; mientras que el segundo hizo lo propio en el año 1978. Lo curioso de Don Vesco es que se alzó dos veces con el récord del mundo con una Yamaha y otra más con Kawasaki. Así es como logró pasar la barrera de las 300 millas por hora o lo que es lo mismo superar los 480 km/h en las dos primeras ocasiones y hacer lo mismo, en la tercera, pero en este caso con un velocímetro donde se podía leer 509,78 km/h.
Locos de la velocidad
En los últimos años hay que destacar los nombres de Dave Campos, con sus más de 518 kilómetros por hora en el año 1990 con una Ruxton Harley-Davidson de doble motor; y Rocky Robinson quien diez años más tarde pulverizó todos los récords de velocidad con unos vertiginosos 605,69 km/h.