Steve McQueen, el piloto que actuaba

El mítico protagonista de "La gran evasión" era un auténtico apasionado de las motocicletas.

Steve McQueen fue una auténtica estrella. Fuente: iStock/dcdebs.
Steve McQueen fue una auténtica estrella. Fuente: iStock/dcdebs.

El siglo XX fue el siglo del cine, pues del Séptimo Arte surgieron estrellas mundiales que con el paso del tiempo se convirtieron en auténticos iconos. Entre estos antiguos “influencers” se encontraba Steve McQueen, uno de esos actores que se “comía” la pantalla con su mirada azul y su sola presencia. 

Protagonista de títulos que han pasado a la historia, McQueen era un símbolo de rebeldía y, sobre todo, de vivir rápido. Y es que el protagonista de películas como “Los siete magníficos”, “La gran evasión”, “Bullit”, “Papillon” o “El coloso en llamas” era un gran apasionado del mundo del motor en general y de las motos en particular. No en vano, solo hay que echar un vistazo a parte de su filmografía para percatarse de que McQueen era feliz con las manos en un manillar o en el volante.

El actor que pilota…

Como se ha escrito en multitud de ocasiones, el actor norteamericano dijo aquello de “No estoy seguro de si soy un actor que compite o un piloto que actúa”. Y no era de extrañar, ya que McQueen no solo lo daba todo frente a una cámara, sino que también compitió en todo tipo de carreras -generalmente off road-, como la Baja 1000 californiana, la Mint 400, el GP de Elsinore, los Six Days…

Y a esto le unió su amor por los coches, ya que no solo protagonizó "Le Mans", sino que además llegó a ser segundo en las 12 Horas de Sebring. Y resulta curioso cómo terminó compartiendo cartel con otro de los grandes apasionados del automovilismo en Hollywood como fue Paul Newman. Fue en la citada “El coloso en llamas”, en la que el ego de ambas estrellas chocó en diversas ocasiones.

Steve McQueen, un hombre que arriesgaba

Ya fuera por haber nacido cerca del circuito de Indianápolis, por su complicada infancia o por su paso por el ejército, está claro que Steve McQueen no era de los que se echaban a un lado cuando había que jugarse el tipo. Y no solo lo hacía en las carreras en las que participaba, sino que también mostraba su carácter indómito en las películas que protagonizaba. En ellas se negaba a tener dobles para las escenas de acción más arriesgadas, algo que ponía nerviosos a directores y, sobre todo, a los productores.

Triumph, marca fetiche de Steve McQueen. Fuente: iStock/35007
Triumph, marca fetiche de Steve McQueen. Fuente: iStock/35007.

Tanto fue así que se empeñó en rodar todas y cada una de las escenas míticas de la fuga en moto que se produce en “La gran evasión”. McQueen manejaba perfectamente la Triumph camuflada de moto alemana que aparece en el film y, de hecho, su figura siempre ha estado unida a la marca inglesa -era su favorita junto a Indian-. Eso sí, en aquella ocasión no le permitieron dar el gran salto por encima de la alambrada con el que se culminaba la evasión. Era demasiado peligroso, aunque se cuenta que después del rodaje tanto el actor como otros compañeros de reparto lo intentaron… con dispares resultados.

Este es solo un ejemplo de lo que las motos significaron en uno de los actores que se convirtió en mito cuando falleció a los 50 años. No obstante, quienes quieran sumergirse en su figura, han de saber que hay un libro editado que la recorre exhaustivamente: “Las máquinas de McQueen”, escrito por Matt Stone.

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