Es probable que a la mayoría de los aspirantes a tener el carnet de conducir motocicletas les preocupe más los exámenes prácticos que los teóricos, ya que cuentan con bastante más experiencia estudiar aunque solo sea por haberlo hecho en el colegio. Sin embargo, no todos han conducido los suficiente sobre las dos ruedas, llegando a pensar que quizás no sean capaces de superar las pruebas que la DGT exige para cada uno de los permisos.
Examen práctico AM
El permiso de conducción más básico es el AM y, como es de esperar, es el más sencillo de superar, toda vez que se trata de ciclomotores que no pueden exceder los 45 km/h de velocidad.
En este caso simplemente hay que pasar dos sencillas pruebas: cruzar una zona delimitada sin perder el equilibrio ni tocar los bordes; y en segundo lugar, realizar un zig zag sorteando cinco conos. Por supuesto, ni se pueden tirar ni salirse de la zona en la que está permitido hacer las curvas.
Exámenes de A1 y A2
En este caso, las pruebas que hay que pasar en el examen práctico en circuito cerrado son muy similares:
- Maniobra A. Zig zag entre conos a velocidad reducida. Esta prueba es similar a la que se realiza en el exámen de AM, pero con una moto mayor.
- Maniobra B. Circular sobre franja de anchura limitada. Y como se puede comprobar, esta segunda prueba también se corresponde con la descrita en el AM.
- Maniobra C. Zig zag entre conos. Básicamente es la misma prueba que en la maniobra A, pero a una velocidad mínima de 30 km/h, de manera que al hacerla más rápido entraña mayor dificultad.
- Maniobra D. Sortear un obstáculo a una velocidad mínima de 50 km/h.
- Maniobra E. Aceleración y frenado controlado. Tras una aceleración que ha de ser ágil y sin tirones, y en la que se deben superar los 30 km/h, se deberá frenar con precisión en la zona marcada. Además, no se podrá calar el motor.
- Maniobra F. Frenado de emergencia controlado. En esta ocasión la velocidad debe ser mayor de 50 km/h y la precisión como se ha explicado anteriormente: en la zona señalada.
Circuito abierto
Una vez que se han realizado las pruebas en el circuito cerrado, es el momento de superar la prueba del circuito abierto, o lo que es lo mismo, incorporarse a la circulación con los demás vehículos y realizar el recorrido que marca el examinador.
Como ocurre en este tipo de pruebas, el motorista no deberá ponerse en peligro ni a él mismo ni a los demás, habrá de respetar las señales de tráfico y hacer caso a las instrucciones que le llegan por un intercomunicador. El tiempo estimado de examen suele ser de 15 a 25 minutos, dependiendo de lo que decida el examinador, y generalmente es la prueba que más temen los aspirantes, dado que pueden darse todo tipo de situaciones inesperadas. Por ello, lo más importante es mantener la concentración y limitarse a llevar a cabo lo que se ha estudiado. De ese modo, lo más probable es que se apruebe.
