“Ha sido una decisión difícil, pero creo que era el momento ideal para hacer un cambio”. Con esas palabras durante un evento de su patrocinador KH7, la española Laia Sanz da carpetazo a su aventura sobre las dos ruedas en el Dakar después de once ediciones en las que ha vivido experiencias de toda índole y siempre con un punto en común: la línea de meta.
Once participaciones, once trofeos de Finisher y once triunfos en categoría femenina coronados con el noveno puesto de 2015 y con una racha de ocho ediciones acabando en el top 20 de la general. Aun así, los dos últimos años había tenido mayores problemas al no haberlo podido preparar como le hubiese gustado, tal y como admite la catalana:
“Te das más cuenta del riesgo y, además, los dos últimos años no han sido nada fáciles por el tema de salud. Probablemente no haya llegado al Dakar tan preparada como me hubiese gustado y no lo he disfrutado tanto”, comenta Sanz, que ya al término de la pasada edición dejó entrever que podía haber sido su última experiencia en moto en el mítico rally tras haber tenido que sufrir de lo lindo para terminarlo.

Sin embargo, hace unos meses sorprendió con el anuncio de su retorno a los mundiales de trial y enduro, que en su día fue aparcando para centrarse en los Rallies, de la mano de GasGas. Una vuelta triunfal que le ha dado su 14º título mundial de trial, destronando a la británica Emma Bristow con tres victorias y tres segundos puestos en seis carreras; y que podría reportarle el sexto en enduro, ya que a falta de la doble ronda final lidera la general con tres triunfos en cuatro carreras.
“El título de Campeona del Mundo de Trial era un objetivo muy difícil y bonito al mismo tiempo y estoy súper orgullosa de haberlo conseguido. Ha sido un año en el que he sufrido mucho y creo que todavía le doy más valor. Aún queda el Mundial de Enduro que está en juego, así que espero que vaya muy bien la última carrera y poder cerrar una temporada brutal”, comenta Sanz, que no descarta seguir compitiendo en estas modalidades el próximo año.
Y si esto no supone un adiós a la moto, tampoco lo es al Dakar, donde a priori acudirá sobre cuatro ruedas, una transición que lleva años barruntando y que se hará efectiva en la edición 2022 del Dakar. La piloto de Corbera de Llobregat lleva años haciendo sus pinitos en los Rallies y en esta temporada está compitiendo en la nueva categoría Extreme E junto a otra leyenda como Carlos Sainz.

“Al final no tengo 20 años y es un momento ideal para empezar a hacer un cambio. Seguro que lo echaré de menos, pero viene una época de aprender y vivir cosas nuevas que me motiva mucho”, subraya Sanz, que este mismo fin de semana competirá en el Rallycross del Benelux en la categoría RX2e, considerada la antesala del mundial de la modalidad.
Es el momento de lanzarse a la aventura dakariana en coches, donde intentará seguir haciendo historia como lo ha hecho en dos ruedas, consciente de que tiene mucho que aprender pero al mismo tiempo sabedora de que su vasta experiencia en la prueba le vendrá de perlas: “Todas las cosas que hago me pueden ayudar. El ‘coco’ que he tenido siempre para la moto me puede servir mucho para aprender en coche”, apunta, señalando también el factor mental tras lo sucedido en 2020, cuando sufrió la enfermedad de Lyme que le impidió preparar el Dakar:
“Lo que he pasado con el tema del Lyme fue muy duro, seguramente de los peores momentos de mi vida. Cuando llegas así a una carrera es una situación desagradable y lo he compensado mucho con la parte mental. He sabido aprovechar muy bien las fuerzas que tenía y creo que he aguantado muy bien la presión, los nervios y esta situación, que no es fácil”, concluye.