¿Qué te han aportado estos cuatro años en KTM? “Estaría una hora para decirte lo que me ha aportado, pero en líneas generales yo vine aquí a este equipo como un niño, un niño que tenía talento, que iba rápido encima de una moto, pero sin ningún tipo de conocimiento sobre cómo desarrollar una moto, de cómo mejorar la moto durante un fin de semana, cómo afrontar problemas, cómo superar lesiones complicadas, cómo gestionar tanta gente a tu alrededor para desarrollar una moto… Mil cosas. El peso enorme que muchas veces hemos tenido, la presión, llevar una fábrica en tu espalda para hacerlos mejorar y que crean en ti como la persona adecuada para hacerlo. Llegué como un niño y me voy de aquí como un adulto y me siento como una persona que ha aprendido todo de cero”.
El trabajo de hacer una moto de cero. “Dos primeros fueron muy duros, pero en el tercero empezaba ya esa tensión de tener que conseguir resultados, ya no éramos rookies en la categoría. La moto funcionaba mejor pero la responsabilidad fue creciendo. El primer año fue muy difícil, porque la moto era, y ahora lo puedo decir, un desastre. Del primer tornillo al último no funcionaba absolutamente nada, la electrónica era un desastre, el motor vibraba en la recta que parecía que eso iba a explotar… No funcionaba nada. Dentro de este mundo cuatro años pueden parecer muchos, pero no son nada, y era difícil de creer para mí que en esos años, aunque dentro son muy intensos, fuéramos capaces de conseguir lo que hemos conseguido. Y los años complicados fueron esos, el primero y el segundo, y un poco el tercero, pero en esos dos primeros, los pilotos que se subieron a esas motos, y me incluyo, pero también a Bradley, a Mika y a Hofmann en su momento, pero sobre todo Mika y Bradley, porque la pasamos canutas juntos, son en los que realmente aprendí todo lo que me llevo. Fueron años muy, muy duros, muy intensos, con lesiones graves que sufrí, pero que es cuando realmente crecí como persona. Y, hablando en plata, cuando estás en la mierda es cuando más aprendes y más grande te haces. Realmente si tuviera que repetirlo, fueron momentos muy duros pero los cogería otra vez con fuerza”.
Consejo para Binder y Oliveira. “Siempre digo que no soy bueno dando consejos, pero es que además es de verdad. No creo que el ganado hoy necesite muchos consejos, o el que lleva todo el año atosigándome en su primer año en MotoGP necesite muchos consejos (risas). Son dos pilotos con mucho talento y estoy convencido de que van a ir muy rápido. Sobre todo, y puede que me equivoque, veo a Brad como el futuro de esta fábrica para un largo tiempo. Igual al principio del año que viene, el tener esa presión extra, el tener que empezar a hacer resultados al no ser ya un rookie, le pueda pasar un poco de factura, pero es un tío con un talento brutal y es muy trabajador. Y tiene algo que es muy necesario en MotoGP, que es mucha garra. Nos sentamos en las reuniones técnicas y muchas veces pregunta ‘¿para llegar al podio qué tenemos que hacer? ¿y qué tenemos que hacer para ganar la carrera?’. Y son comentarios que un piloto hace cuando realmente tiene ese fuego dentro, y Brad lo tiene. Así que estoy convencido que juntos van a llegar muy arriba.
¿Qué nota te pones en 2020? “Es difícil… Un 7 o 7.5, tirando para 8. Ha habido momentos en los que, como en Austria 1, no tuvimos una buena carrera porque no teníamos neumático de recambio que teníamos que haber guardado, y fue un gran fallo en una carrera que podríamos haber ganado. Ese es mi primer fallo. El segundo en Austria 2, que no controlé bien la situación de la última vuelta. Y la caída en Brno, que lo pondré como fallo de mi parte aunque se escapase de mis manos. Es un buen resultado, pero con un par de puntos que de redondearlos habríamos terminado entre los tres primeros en el campeonato”.