El estrés se ha convertido en un problema grave que está aumentando en nuestra sociedad de manera preocupante. Conducir con estrés puede traer consecuencias serias porque la sintomatología que presenta el conductor es un ingrediente peligroso que puede desencadenar accidentes viales, incluyendo atropello de peatones.
A continuación, te contamos cuáles son los riesgos de conducir bajo estrés y compartiremos algunas recomendaciones para garantizar y dar apoyo a los conductores que padecen esta enfermedad.
El estrés, ¿qué es?
El estrés es una reacción del cuerpo humano que aparece producto de situaciones que demandan acción por parte del individuo, y no sabe cómo enfrentar o responder a ciertos factores sociales que se le presentan.
Cuando se consigue controlar o dar respuesta a la situación, se evitan las reacciones emocionales del estrés en el organismo. Si no puedes ofrecer una respuesta rápida y eficaz, tu cuerpo activará un mecanismo de emergencia. Los síntomas o respuesta del organismo, es lo que llamamos estrés.
Estrés y conducción
El estrés se desarrolla en tres etapas; la primera es la reacción inicial, seguida por una fase de adaptación y finalmente una fase de agotamiento. Estas etapas tienen un impacto en la forma en que te comportas.
Puede manifestarse a través de cambios de actitud, de agresividad, hostilidad, competitividad, impaciencia, impulsividad, disminución de la precaución, participación en conductas arriesgadas y una menor atención a las normas y señalizaciones.
Reacción de alarma
Durante la fase inicial, tu cuerpo emplea una considerable cantidad de energía y se ajusta para afrontar la situación que ha generado el estrés.
Estos recursos no deberían tener un impacto perjudicial en la capacidad de conducción, ya que tu cuerpo está alerta y listo para responder. Es importante recordar que la reacción de estrés no es la más apropiada en situaciones de tráfico. Es posible que se manifiesten comportamientos inapropiados y de riesgo para la seguridad en la conducción.
Fase de resistencia
Tu cuerpo no puede permanecer en un estado de alerta prolongado. Si la situación estresante se extiende, llegará un momento en el que tu organismo tendrá que equilibrar las demandas del estrés con las funciones corporales habituales y las actividades cotidianas.
Como resultado, las respuestas físicas y mentales al estrés persisten, aunque en menor intensidad que en la fase inicial. Esto conduce a un desgaste excesivo y, en esta etapa, pueden surgir problemas de salud típicos del estrés, como dolores de cabeza y trastornos digestivos. La conducción en esta fase también puede representar un peligro.
Fase de agotamiento
Si no superamos la causa del estrés, eventualmente experimentaremos una fuerte fatiga, los efectos negativos del estrés se harán evidentes, afectando significativamente a tu calidad de vida y dando lugar a problemas de adaptabilidad en tus relaciones sociales, familiares y laborales.
En esta fase final de agotamiento, las condiciones físicas del individuo sufren un deterioro notable, impidiendo y limitando la conducción y circulación en carretera. Esta actividad se convierte en algo potencialmente peligroso.
Recomendaciones para enfrentar el estrés
- No te impongas metas inalcanzables y prioriza tus necesidades. Realiza tus tareas de manera secuencial, siempre dejando espacio para el descanso, y ten en cuenta que tus recursos son limitados. Además, aprende a relajarte en momentos oportunos.
- De vez en cuando, realiza actividades relajantes, como ir a un sitio de masajes, darte un baño relajante o disfrutar de escapadas de fin de semana.
- Evita el consumo de alcohol, tabaco, otras sustancias o medicamentos. Sé especialmente cauteloso con los estimulantes como el café o el té.
- Cuando te encuentres conduciendo en situaciones particularmente estresantes, escucha música relajante.
- Mantén un estilo de vida saludable; una alimentación equilibrada y la práctica regular de ejercicio siempre serán prácticas recomendables para mantener tu cuerpo preparado para cualquier desafío y para liberar tensiones.
Cuando conducimos bajo presión, el estrés puede ser contraproducente y aumentar los riesgos para la seguridad vial.