Año 2019, toda la Galia de MotoGP está ocupada por el imperio marciano (de Julius Márquez Caesar). ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles pilotos resiste todavía y siempre al invasor. Bueno, la verdad es que lo intenta. Dovix, Maverix, Rinsix y Petrux han conseguido ganar algunas batallas al joven emperador en este 2019, pero en ningún momento han podido cuestionar su gobierno.
Nadie ha podido desde que lo hicieran Lorenzix y Rossix allá por 2015, y ni siquiera el druida Dall’Ignix ha conseguido encontrar la poción mágica que les permita vencer al emperador Márquez. Sin embargo, un joven ha irrumpido con fuerza: es galo, se curtió en Hispania y responde al nombre de Quartararix.
A sus 20 años, Fabio Quartararo se ha convertido en la gran esperanza para evitar que la tiranía de Márquez siga condenando a toda la aldea durante más y más años. Es el más joven del lugar y todavía no ha ganado ninguna batalla, pero de momento ya ha demostrado que no le vuelve la cara al mano a mano y que posee las habilidades necesarias para plantarse ante el emperador.
Sus siete podios como debutante sobre una Yamaha privada son toda una declaración de intenciones, y sus seis poles demuestran que va sobrado de velocidad a una vuelta. Tampoco le falta descaro, como quedó patente en la que seguramente fue la derrota más dolorosa sufrida por Márquez a lo largo del presente curso, y que tuvo lugar un sábado de octubre en tierras malasias.
Allí Márquez quiso probar la valía de su joven rival, sobre todo en lo que se refiere a gestionar la presión. Se puso a su espalda para estudiar sus movimientos y, en lugar de amilanarse, el ‘Diablo’ se mostró irreductible: elevó el listón y se hizo con su quinta pole de la temporada mientras el emperador sufría una aparatosa caída que a la postre le ha hecho pasar por el quirófano, privándole de unas vacaciones que anhelaba tras una dura campaña.
De ahí que el propio Márquez le haya señalado como el gran aspirante a destronarle, asegurando que ganará carreras ya el próximo 2020. Como es normal, la juventud del joven galo invita a la prudencia, pero al mismo tiempo a la ilusión: por un lado todavía no ha conseguido acabar un domingo en lo más alto, pero por el otro su recorrido futuro es amplísimo.
Por el momento, ya ha conseguido algo: que la afición de MotoGP espere la nueva temporada como quien espera que salga el nuevo número de un cómic cuando irrumpe un personaje que amenaza con convertirse en importante para la historia. No sabemos qué pasará pero estamos deseando comprobarlo.
Está claro que en MotoGP no todos los caminos llevan a Roma, pero si los druidas de Yamaha consiguen encontrar la fórmula de la poción mágica -y en los últimos meses han dado señales de estar utilizando los ingredientes correctos-; si Maverix lo permite, Quartararix será ese irreductible galo que resista todavía y siempre al invasor.