A la tercera ha ido la vencida en el Campeonato del Mundo de Supersport 300, y el culpable ha sido Manu González. Cuando se creó como tercera categoría del WorldSBK se hizo con el propósito claro de catapultar a jóvenes pilotos por la escalera del certamen a imagen y semejanza de lo que sucede con la categoría de Moto3 dentro de MotoGP.
Claro que una cosa es la teoría y otra la práctica, y en un contexto de libre mercado donde los equipos contratan a quien consideran oportuno, ni siquiera el título mundial garantiza el salto de categoría como bien pudieron comprobar Marc García, que tuvo que irse al FIM CEV para después volver a Supersport 300, y Ana Carrasco, que tampoco saltó y se quedó a intentar defender su trono.
El nivel general de la categoría todavía era discutible y las diferencias entre las motos muy grandes, lo que hacía que los equipos de Supersport titubeasen a la hora de ir a buscar pilotos de futuro entre los jóvenes valores de SSP300, optando por acudir a los nacionales de Supersport o a Moto2. Hasta que ha llegado Manu González.
El piloto español se ha proclamado campeón del mundo y el próximo curso estará en Supersport, donde salta con su propio equipo y con Kawasaki muy al quite. La marca de Akashi está muy implicada en las tres categorías del campeonato de las motos de serie y quiere blindar al joven valor con vistas a darle un futuro en Superbike.
Manu González es, por tanto, el paciente cero del experimento SSP300. En una categoría cuyo nivel ha ido creciendo a lo largo de sus tres temporadas de existencia, por primera vez se ha visto un grupo de pilotos destacarse del resto carrera tras carrera, acabando con esa nube de pilotos de temporadas pretéritas donde podías ganar una carrera y sufrir para entrar en el top 20 en la siguiente.
Y dentro de esa subida de nivel, Manu González ha cuajado un año excelso y lo ha hecho siendo claramente el más joven de los pilotos punteros para convertirse en el campeón del mundo de velocidad más joven de la historia del motociclismo. Vamos que lo más normal es que Kawasaki no le quiera perder de vista.
No saltará él solo. Yamaha ha decidido volver a crear su propia escalera (ya hizo un intento con Alfonso Coppola) y en 2020 estarán el joven francés Andy Verdoia y el indonesio Galang Hendra; pero no hay duda de que todas las miradas estarán en las evoluciones de González, por ser el campeón y por estar en Kawasaki, la marca que vive por y para el WorldSBK.
Es posible que dentro de unos años la escalera esté ya fijada y estable, y todos los campeones de Supersport 300 salten a Supersport tal y como los de Moto3 suben a Moto2 sin excepción; pero de momento solamente podemos seguir la evolución de la ruta de González, el paciente cero, hasta intentar ser campeón de Superbike.