Era la apuesta más lógica por parte de Ducati. Una vez que dieron por perdido a Álvaro Bautista –cuyo futuro parece estar en Honda-, necesitaban un fichaje ilusionante para la temporada 2020, la segunda de la historia de la Ducati Panigale V4 R en el Campeonato del Mundo de Superbike. Difícil pensar candidato más idóneo que Scott Redding para formar tándem con Chaz Davies.
Hace un año prácticamente exacto, al anunciarse el fichaje de Bautista, señalé al campeón de 125cc en 2006 como el nuevo desafío para el dominio de Jonathan Rea, el mayor que se había encontrado el norirlandés desde que dejó atrás aquella Honda con la que solo él ganaba, accedió por fin a una moto competitiva y desde el primer minuto empezó a coleccionar títulos mundiales.
Algo después, hace ahora siete meses, cuando la temporada 2019 iba calentando motores en los test previos, escribí un artículo titulado ‘La incógnita no es Álvaro Bautista’. Alejando toda duda sobre el potencial ganador del español, la duda estribaba en ver si la moto respondería como se esperaba. Después de eso, empezaría el año ganando once carreras seguidas… pero solo ganaba él. La moto sí era una incógnita; Bautista el único que logró despejar la equis.
Ahora, y con Rea habiendo encarrilado su quinto título mundial consecutivo a base de no fallar nunca y aprovechar los fallos del talaverano –que ha pagado en forma de caídas el terreno desconocido al que ha llevado a la moto desde que empezó el curso-, las predicciones para 2020 sitúan a Redding como su futuro gran rival.
Puede pasar también que Honda por fin haga una moto ganadora y Bautista vuelva a pelear por todo, pero la experiencia de Honda en los últimos años en Superbike deja claro que, en el caso del español, la incógnita sigue sin ser el piloto. Que la que tiene una equis inmensa encima es la moto. Pero de eso ya habrá tiempo de hablar cuando se haga oficial.
Donde no hay incógnita es en el binomio que habrán de formar Redding y la Panigale V4 R del Mundial de Superbike. Es un binomio condenado a funcionar, básicamente porque ya funciona. Su rendimiento en el Be Wiser Ducati en su año de debut en el British Superbike resulta una inmejorable credencial para el próximo curso.
Cuando Redding perdió su sitio en Aprilia para MotoGP 2019, lo fácil desde fuera era situarle en el Mundial de Superbike. Había huecos para acomodarle. Sin embargo, su discurso fue cristalino desde que supo que no continuaría en el paddock al que llegó siendo un quinceañero y en el que batió el récord de ganador más joven, que duró hasta noviembre del año pasado cuando se lo arrebató Can Oncu. Redding lo dejó claro: fuese al campeonato que fuese, iría para ganar.
Así lo hizo. Al no encontrar una oferta que le sedujese a nivel deportivo en el Mundial de Superbike, aceptó la oferta del Be Wiser Ducati para correr el apasionante British Superbike. Su temporada está siendo de notable alto tirando a sobresaliente. Con algunos errores de bulto –demostrando una vez más que la regularidad nunca ha sido complementaria a su talento-, está metido de lleno en la lucha por el título.
Redding cumplirá 27 en enero, mientras Bautista hará 35 en noviembre. El español es uno de los mejores pilotos del mundo ya en la fase final de su carrera. Redding es un proyecto ilusionante que está entrando en la edad de plenitud de un piloto. Tan cierto es que les hubiese gustado conservar al manchego como que el fichaje del inglés supone un ilusionante bálsamo para Ducati en general y el Mundial de Superbike en particular.
Resulta un bálsamo porque, desde que el rumor de Bautista dejando Ducati por Honda comenzó a coger fuerza, la perspectiva de cara a 2020 era que el binomio Rea/Kawasaki volvería a quedarse sin un binomio a su altura. Basta con darse un garbeo por las redes sociales para cerciorarse de que la confianza en que la marca del ala dorada proporcione un material ganador al español tiende a cero.
El fichaje de Redding corta ese miedo, al menos a priori. Por más que las cosas no le salieran según lo esperado en MotoGP, nadie olvida el talento innato que mostró en 125cc: sigue fresco el podio de Donington 2008, donde tanto él como Marc Márquez se estrenaron. El de Cervera tercero, él en lo alto. También pudo dejar destellos en la categoría reina, donde consiguió dos podios, ambos en lluvia y con motos privadas: con la Honda en Misano 2015 y con la Ducati en Assen 2016.
Redding y la Panigale serán, por lo tanto, otro desafió ‘made in MotoGP’ para el dominio de Jonathan Rea. Un piloto mucho más joven que el norirlandés, sobrado de talento, que llega a un equipo experimentado y con una moto que ya conoce y cuyo potencial sigue siendo inabarcable. A todas luces, una gran noticia para el Mundial de Superbike.